Aunque la historia de los Reyes Magos es un relato bíblico, lasescrituras religiosas sólo hablan de “magos” que visitaron aJesús de Nazaret en Belén, sin precisar el número de visitantes,los nombres, ni el origen de los mismos.
Según la leyenda, guiados por una estrella, los magos llegaronante Herodes, rey de Judea, en busca del recién nacido que seríael Rey de los Judíos.
Tras consultar con sus consejeros, Herodes les indicó quesegún la creencia del pueblo, el mesías debía nacer en Belén,por lo que les pidió averiguar el sitio y volver cuando lohallaran para que él también fuera a adorarlo.
Al reanudar su camino, los magos habrían vuelto a divisar laestrella que los llevó hasta el sitio donde estaba Jesús y allí,le regalaron oro, incienso y mirra, como simbolismo de riqueza,espiritualidad y la pasión que debería enfrentar.
Relatos plasmados tiempo después, hablan acerca de que unángel advirtió a los magos para no regresar con Herodes, asícomo a los padres del recién nacido, sobre las intenciones del reypara asesinar al mesías. Esto habría provocado la migración deJosé, María y el niño hacia Egipto.
La tradición indica, que ante el temor de perder su reino,Herodes mandó a asesinar a todos los menores de dos años, aunquetampoco se precisa cuánto tiempo después del paso de los magospor su templo.
Escritos antiguos mencionaron por primera vez en el siglo V lossupuestos nombres de aquellos magos, identificándolos como Gaspar,Melchior, Balthassar. Sin embargo, no habrían sido magos, como losque conocemos actualmente, sino más bien, sabios o personasdedicadas a la ciencia.
Otra versión posterior indica que tras la muerte de Jesús, elapóstol Tomás los habría encontrado en un la ciudad de Saba,donde fueron bautizados y ordenados obispos. No obstante, derivadode su fe, al parecer, los tres fueron martirizados y sepultadosjuntos.
La misma tradición indica que los restos de los “magos”fueron rescatados por Santa Elena y llevados a Constantinopla, peroposteriormente en el siglo XII habrían sido trasladados a laciudad de Colonia, en Alemania, donde actualmente miles acuden avenerarlos.