Roberto Carlos, un superpapá y superhéroe de la salud

Su labor dio un giro inesperado debido a que en la unidad en la que labora hay un paciente pediátrico de Covid-19

Maricarmen Hernández | El Sol de Puebla

  · domingo 21 de junio de 2020

Foto: Cortesía

Ser papá es una gran bendición, asegura Roberto Carlos Hernández Rodríguez, médico pediatra del ISSSTEP, quien confiesa que el haber disfrutado a sus dos hijos en su etapa de bebés y verlos ahora caminando con paso firme hacia sus propias metas, es una sensación de gran felicidad, situación que lo llena de satisfacción por todos los momentos compartidos y, consciente de los muchos que les faltan por disfrutar, extrema precauciones al estar en un hospital Covid-19 para no exponer a quienes más ama: su familia.

El doctor Hernández detalla que uno de los momentos más emotivos que recuerda de sus hijos fue cuando por primera vez le dijeron papá. Otro recuerdo que atesora con especial cariño es cuando los veía participar en sus primeros festivales y ceremonias escolares y, aunque en ese tiempo eran uno pequeños niños, hoy se han convertido en dos grandes jóvenes de 16 y 18 años quienes valoran el trabajo que su padre hace a diario por la salud de los pequeños especialmente en estos tiempos de pandemia.

Aunque sus hijos ya son unos adolescentes y están conscientes de la situación que se vive en el estado por la pandemia, la preocupación por su padre es grande, por ello, el doctor hace todo un ritual de sanitización antes de entrar a casa y hacer actividades con ellos.

Desde muy joven su conexión con los pequeños fue especial, lo que lo motivó al doctor Roberto desarrollarse en el ámbito de la pediatría, lo que le ha valido el cariño de sus pacientes a quienes cada 30 de abril los sorprende al disfrazarse de super héroe para que más allá de verlo como doctor, lo vean como un gran amigo que los quiere sanara, sin embargo, sus colegas y personas allegadas a él lo describen como un “super héroe de los niños”.

Su labor durante esta contingencia dio un giro inesperado debido a que la unidad en la que labora hay un paciente pediátrico de Covid-19, por lo que ahora más que nunca debe poner a prueba su valentía, profesionalismo y sus “poderes de sanación”, no solo con sus conocimientos, sino también inyectando esa alegría y positivismo que lo caracteriza.

Para el doctor saber que su familia está sana es uno gran regalo y sabe que, aunque por ahora no podrán festejar como quisieran, si continúan cuidando unos a los otros podrán festejar al grande el próximo año.

“Para mí el día del padre es un día muy especial, incluso desde que esperaba la llegada de mi primer hijo y, cuando me dijeron papá, fue lo mejor que me pudo haber pasado. En años pasado ha sido una gran dicha festejarlo en familia, con mis hijos y mi esposa. La felicidad de ser padre es que te conviertes en guía y apoyo para ellos. Sin duda esta será una gran fecha para reflexionar en familia y disfrutar de esta celebración atípica”, aseguró.

Por último, agradeció la paciencia que sus hijos han tenido hacia él porque, al ser una profesión muy demandante, han pausado algunos momentos en familia por atender algunas urgencias médicas, pero valora el hecho de que sus hijos también se sientan orgullosos de lo que ha hecho en su campo profesional.