Las movilizaciones del 8 de marzo, Día de la Mujer, dejaron varias historias, entre ellas las de la señora Rosario Mateos Rodríguez, una mujer de la tercera edad que busca a su nieta, Alejandra Paz Landeros desde el 2016. “Ale”, como le decían sus amigos, desapareció en Teziutlán cuando se dirigía a la escuela y, hasta el momento, se desconoce su paradero.
Rosario se levantó muy temprano el 8 de marzo para viajar desde Teziutlán a Puebla y ser parte de la movilización que encabezó el Colectivo Voz de los Desaparecidos. En años anteriores, sus familiares ya habían marchado, pero lo hacían en su demarcación. Para este 2024, quisieron que más personas supieran del caso.
Alejandra acudió como todos los días a la escuela, era un 7 de abril del 2016. Sin embargo, no llegó a clases. Cuando su madre notó su ausencia, marcó a su celular, pero se encontraba ocupado y al llamarle a sus amigas, le indicaron que no había asistido a sus ensayos de Banda de Guerra en la secundaria técnica 24.
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La abuela Rosario y el padre de Ale, Juan Carlos Paz, no son originarios de Puebla, sino que son de la Ciudad de México. Así que cuando vieron todas las irregularidades que se estaban registrando en el caso, se involucraron. Al principio, las autoridades no no quisieron abrir una carpeta de investigación, luego no quisieron emitir la Alerta Amber.
“Yo soy su abuelita, tenia 15 años cuando desapareció en Teziutlán y en ese entonces mi hijo y yo no vivíamos con ella, vivía con su mamá, quien se casó con otra persona y nosotros solo la veíamos en sus cumpleaños, que fue lo que me permitió su mamá. Desde que se perdió no hay respuesta”, comentó.
Rosario se distinguió entre los asistentes debido a que llevaba la foto de su nieta en el cuello, como un tipo vestimenta y a todos los presentes les dio a conocer su historia. Platicó de su nieta, su amor por la música, que era reservada y que antes de desaparecer, tenía el sueño de marchar en el desfile del 5 de Mayo.
La Fiscalía General del Estado de Puebla nunca dio avances, por lo que los familiares pidieron que el caso fuerara llevado por autoridades federales. “Nunca hubo respuesta y somos nosotros los que estamos buscando y haciendo más investigaciones”, reclamó la abuela.
En suma, lamentó que la madre de Alejandra se haya deslindado del caso y no la busque. “Su mamá no la busca, ella vive en Teziutlán y nunca ha salido a marchar. Ella es la que debería estar más pendiente, pero nosotros somos los que tenemos que estar regresando a Puebla y lo hacemos porque la amamos”, dijo.
La señora Chayo criticó que no haya ni una sola pista del paradero de su nieta y le preocupa que se sigan registrando más desapariciones, ya que eso refleja que algo no está bien dentro del estado. “Desde que la niña se perdió y hasta que encontramos el Colectivo Voz de los Desaparecidos, solo éramos mi hijo y yo, pero bendito a Dios ya tenemos más fuerza y más voces”, expuso.
Para Chayo, marchar el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es una muestra de solidaridad con sus compañeras del Colectivo y es darle voz a su nieta que sigue desparecida. “Aquí estamos, ya se van a cumplir 8 años y nuestro único deseo es volver a abrazarla, besarla y oír su voz”, concluyó.