/ miércoles 8 de febrero de 2023

RUTA: Línea 1 incumple expectativas de usuarios tras 10 años de funcionamiento

La línea 1 de RUTA quedó muy lejos de ser el sistema de transporte de primer mundo que prometió el entonces gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle

Después de diez años de su inauguración, la Línea 1 de la Red Urbana del Transporte Articulado (RUTA) quedó muy lejos de ser el sistema de transporte de primer mundo que prometió el entonces gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, pues la falta de mantenimiento la hace lucir en estado de abandono, hay exfuncionarios detenidos por presuntos actos de corrupción en su manejo y es la única que no conecta con ninguna de las dos líneas que se pusieron en marcha años más tarde.

La implementación de este sistema de traslado masivo pretende brindar una mejor calidad del servicio con autobuses de mayor capacidad y tecnología, así como un sistema de pago automatizado para terminar con el cobro en efectivo, pero la realidad es que los usuarios se enfrentan cotidianamente a varias problemáticas.

A decir de Ana Paula Muñoz, integrante del Consejo Ciudadano de Movilidad, esta Línea es la más complicada de las tres que tiene ese sistema de transporte debido a que fue la primera en lanzarse y se ha quedado en el abandono. Explica que, además de enfrentarse a los problemas previamente mencionados, hace frente a las deficiencias en las estaciones, ya que están ubicadas en zonas de difícil acceso, así como a la falta de interconexión con la Línea 2 y 3 del llamado Metrobús pues, aunque hay puntos donde sí cruzan, los usuarios deben pagar un pasaje nuevo para transbordar.

En este sentido, califica como fundamental que Puebla cuente con un fondo metropolitano de movilidad, con la finalidad de invertir en mejorar la calidad de desplazamiento de la mayoría de los habitantes en la entidad poblana a través de este medio de transporte.

“Podemos decir que esta es la Línea que tiene el servicio más deficiente, las unidades se encuentran colapsadas (...) el tema no es que tengas a demasiadas personas usando un servicio de transporte, el problema es la infraestructura que se tiene para atender esta demanda”, señala.

Por su parte, Arturo Balderas Moyano, representante de la agrupación Corresponsabilidad en el Transporte, dice que pese a que este sistema de transporte sí cumple con una movilidad urbana de manera rápida, debido al carril exclusivo que permite el libre recorrido a los autobuses articulados, las malas prácticas persisten en el cobro en efectivo y el descuido de las unidades, ya que comienzan a deteriorarse y caerse.

Paraderos y unidades deficientes

El reloj está a punto de marcar las seis de la tarde, los últimos rayos del sol se dejan ver y los usuarios del metrobús comienzan a congregarse en el paradero de El Rayito de la Línea 1, que recorre el tramo Tlaxcalancingo-Chachapa.

Los límites de la infraestructura de esta estación, ubicada sobre la Diagonal Defensores de la República, son utilizados como tiradero de desperdicios pues no es necesario asomarse demasiado para notar que llantas, latas, bolsas de basura y hierba crecida se acumula en los costados.

Además, el adoquín azul–color que representó al gobierno panista y se colocó en cada uno de los espacios de esta Línea— se cae a pedazos, pues ya luce incompleto e incluso, en algunas terminales, las piezas permanecen tiradas en la vialidad.

A decir de María José, una usuaria, las malas condiciones en las que se encuentran los paraderos son un “foco rojo” en temas de inseguridad.

“En la noche los borrachos o delincuentes se andan por estas zonas, se quedan aquí (señala un costado de la estación) y dejan su tirado (basura y escombros) o luego lo usan para otras cosas y, como quiera, ponen en riesgo a los pasajeros, nos da miedo”, comparte para esta casa editorial.

Al interior del paradero, en una de las máquinas se asoma un pedazo de papel sobrepuesto con indicaciones para hacer uso de ella, que dista de la tecnología prometida.

Han pasado poco más de 10 minutos y a lo lejos se puede ver la llegada de un camión convencional, pequeño y únicamente con dos puertas–alejado de los articulados y biarticulados que recorren la Línea 2 y 3 del metrobús– con las llantas desgastadas y sin el holograma de verificación vehicular visible.

A decir de la secretaria de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial del gobierno del estado, Beatriz Manrique Guevara, con fecha al corte del 2 de enero de este año, esta Línea no había cumplido con el proceso de verificación y esto se hace evidente en unidades que aún emiten humo negro al estar en movimiento.

La gente comienza a ingresar al camión; la dimensión de la unidad complica el ascenso y descenso de los pasajeros, quienes se abren paso entre empujones para no quedar fuera y no tener que esperar más tiempo en que llegue un segundo vehículo. Al interior de la unidad existe solo una cámara de videovigilancia, que se desconoce si funciona o solo fue colocada para espantar a los carteristas que se aprovechan de la unidad saturada para cometer atracos. Lo mismo sucede con el botón de pánico, visible pero no se sabe si es funcional.

El conductor cierra la puerta y comienza a avanzar, pero un usuario hace que frene la unidad y, por segunda ocasión, abra la puerta, aunque no esté permitido.

El camión retoma su ruta y transita por un carril confinado situado en medio de las vialidades que, frecuentemente, es utilizada por ciclistas como una forma de circular de manera supuestamente más segura que entre los automóviles del resto de los carriles.

En otros tramos los confinadores de acero que debían marcar el carril ya no existen o están a medias, lo que provoca que algunos vehículos no respeten el espacio.

Al interior de la unidad, las conversaciones en voz alta forman parte del ambiente sonoro acompañado de un constante y penetrante ruido, se trata de una de las puertas que comienza a desprenderse de la parte superior y que, en cualquier momento, podría terminar por caerse; el rostro despreocupado de algunos viajeros y del conductor parece indicar que no es un problema nuevo y que, en realidad, todos se han acostumbrado al sonido.

Un usuario cuenta a este diario que presenció el desprendimiento de una ventana al pasar por un bache en la esquina de la calle Defensores de la República y bulevar 5 de Mayo, donde los vidrios le cayeron a un jóven que iba en el asiento, pero sin causar daños mayores y quedando solo en “un susto”.

Además, comenta que son constantes las ocasiones que le ha tocado bajarse del camión y buscar alternativas para llegar a su destino, debido a que las unidades se descomponen en el trayecto.

El vehículo lleva poco más de media hora de viaje, al mismo tiempo que la oscuridad empieza a caer. Esto se hace evidente en algunos tramos donde la iluminación es inexistente tanto en el carril como en la zona de los paraderos—como Galaxia, El Pilar y Mixatlac—poniendo en riesgo a los ciudadanos.

En el recorrido de regreso, la unidad que transporta a esta reportera, cuenta con una cámara de videovigilancia de la que también se desconoce si funciona o no y, en este caso, carece de botón de pánico.

Es a la altura de la estación 18 de Noviembre en la colonia Villa Verde, donde, sin avisar, el autobús se desvía del carril exclusivo y se integra al arroyo vehicular.

El conductor explica que su trayecto es con rumbo al primer cuadro de la capital poblana. Los ciudadanos hacen la parada para ingresar. Aunque por dentro hay un papel que dice “No efectivo”, algunos le dan el dinero al chofer, quien lo acepta, y entonces los usuarios proceden a agacharse y pasar por debajo del torniquete.

De acuerdo con el representante de la agrupación Corresponsabilidad en el Transporte, esta problemática, la de aceptar pago en efectivo, es frecuente e interminable, pues es la “caja chica” de los conductores.

La señora Luisa narra que en algunas ocasiones se ha visto en la necesidad de recurrir a esta práctica, pues suele olvidar su tarjeta, por lo que considera que restringir el cobro de esta manera pondría en “aprietos” a algunos usuarios.

Aunque en el recorrido no se constató de esta problemática, Ana Paula, integrante del Consejo Ciudadano de Movilidad, platica que las unidades de la Línea 1 no cuentan con una zona de maletero para quienes tienen bicicleta y la necesidad de transportarla, espacio que sí está disponible en las líneas 2 y 3 en un horario restringido.

Miguel Barbosa, gobernador de Puebla fallecido, calificó en su momento como “un monstruoso fraude” la implementación del servicio RUTA. Foto: Julio César Martínez | El Sol de Puebla

Un monstruoso fraude: Barbosa Huerta

En constantes ocasiones, el exgobernador fallecido Miguel Barbosa Huerta acusó a los responsables de autorizar y poner en marcha este servicio.

Desde una de sus conferencias matutinas, calificó como “un monstruoso fraude” la implementación de este servicio, además, advirtió que quitaría los contratos a las empresas que manejan el cobro de los accesos por las anomalías detectadas desde su administración.

En el caso de la Línea 1 de RUTA se trata de la empresa Sistema de Transporte Metropolitano de Puebla S.A. de C.V, que surgió en octubre de 2016.

Barbosa explicó que debió tener un pago fijo o cuando mucho un 10 por ciento de los pasajes, pero al ser un porcentaje mayor, refiere a una estafa que beneficia a los privados, en donde se ven involucrados los funcionarios en los gobiernos del PAN que firmaron en nombre del gobierno de Puebla y que también reciben parte de las ganancias de este tipo de transporte.

Posteriormente, en mayo de 2022, durante la inauguración del Centro de Control Operacional de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA), Barbosa Huerta refirió que el sistema estaba maldito ya que nombró como titulares a dos personas que se dedicaron a robar, señalando a Rodolfo Chávez Escudero, ex director de Carreteras de Cuota Puebla (CCP).

Fue hasta el nueve de enero de este año cuando Chávez Escudero fue detenido por autoridades federales en el aeropuerto de Ciudad de México. El ex funcionario está acusado de otorgar una concesión “inconveniente” para RUTA, así como diversos actos de corrupción.

¿Qué dicen las cifras?

La Línea 1 del RUTA recorre 18.3 kilómetros, siendo la que mayor trayecto, ya que la Línea 2 tiene 13.9 kilómetros de carril confinado y el de la Línea 3 es de 14.7 kilómetros.

De acuerdo con información pública disponible en la Plataforma Nacional de Transparencia, de enero a abril del año pasado esta Línea reportó el ingreso más bajo de las Líneas del sistema.

Según la cifra entregada por Carreteras de Cuota Puebla ingresaron 41 millones 703 mil 302 pesos, la Línea 2 registró 74 millones 217 mil 46 pesos y la Línea 3 obtuvo 50 millones 552 mil 206 pesos.


Después de diez años de su inauguración, la Línea 1 de la Red Urbana del Transporte Articulado (RUTA) quedó muy lejos de ser el sistema de transporte de primer mundo que prometió el entonces gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, pues la falta de mantenimiento la hace lucir en estado de abandono, hay exfuncionarios detenidos por presuntos actos de corrupción en su manejo y es la única que no conecta con ninguna de las dos líneas que se pusieron en marcha años más tarde.

La implementación de este sistema de traslado masivo pretende brindar una mejor calidad del servicio con autobuses de mayor capacidad y tecnología, así como un sistema de pago automatizado para terminar con el cobro en efectivo, pero la realidad es que los usuarios se enfrentan cotidianamente a varias problemáticas.

A decir de Ana Paula Muñoz, integrante del Consejo Ciudadano de Movilidad, esta Línea es la más complicada de las tres que tiene ese sistema de transporte debido a que fue la primera en lanzarse y se ha quedado en el abandono. Explica que, además de enfrentarse a los problemas previamente mencionados, hace frente a las deficiencias en las estaciones, ya que están ubicadas en zonas de difícil acceso, así como a la falta de interconexión con la Línea 2 y 3 del llamado Metrobús pues, aunque hay puntos donde sí cruzan, los usuarios deben pagar un pasaje nuevo para transbordar.

En este sentido, califica como fundamental que Puebla cuente con un fondo metropolitano de movilidad, con la finalidad de invertir en mejorar la calidad de desplazamiento de la mayoría de los habitantes en la entidad poblana a través de este medio de transporte.

“Podemos decir que esta es la Línea que tiene el servicio más deficiente, las unidades se encuentran colapsadas (...) el tema no es que tengas a demasiadas personas usando un servicio de transporte, el problema es la infraestructura que se tiene para atender esta demanda”, señala.

Por su parte, Arturo Balderas Moyano, representante de la agrupación Corresponsabilidad en el Transporte, dice que pese a que este sistema de transporte sí cumple con una movilidad urbana de manera rápida, debido al carril exclusivo que permite el libre recorrido a los autobuses articulados, las malas prácticas persisten en el cobro en efectivo y el descuido de las unidades, ya que comienzan a deteriorarse y caerse.

Paraderos y unidades deficientes

El reloj está a punto de marcar las seis de la tarde, los últimos rayos del sol se dejan ver y los usuarios del metrobús comienzan a congregarse en el paradero de El Rayito de la Línea 1, que recorre el tramo Tlaxcalancingo-Chachapa.

Los límites de la infraestructura de esta estación, ubicada sobre la Diagonal Defensores de la República, son utilizados como tiradero de desperdicios pues no es necesario asomarse demasiado para notar que llantas, latas, bolsas de basura y hierba crecida se acumula en los costados.

Además, el adoquín azul–color que representó al gobierno panista y se colocó en cada uno de los espacios de esta Línea— se cae a pedazos, pues ya luce incompleto e incluso, en algunas terminales, las piezas permanecen tiradas en la vialidad.

A decir de María José, una usuaria, las malas condiciones en las que se encuentran los paraderos son un “foco rojo” en temas de inseguridad.

“En la noche los borrachos o delincuentes se andan por estas zonas, se quedan aquí (señala un costado de la estación) y dejan su tirado (basura y escombros) o luego lo usan para otras cosas y, como quiera, ponen en riesgo a los pasajeros, nos da miedo”, comparte para esta casa editorial.

Al interior del paradero, en una de las máquinas se asoma un pedazo de papel sobrepuesto con indicaciones para hacer uso de ella, que dista de la tecnología prometida.

Han pasado poco más de 10 minutos y a lo lejos se puede ver la llegada de un camión convencional, pequeño y únicamente con dos puertas–alejado de los articulados y biarticulados que recorren la Línea 2 y 3 del metrobús– con las llantas desgastadas y sin el holograma de verificación vehicular visible.

A decir de la secretaria de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial del gobierno del estado, Beatriz Manrique Guevara, con fecha al corte del 2 de enero de este año, esta Línea no había cumplido con el proceso de verificación y esto se hace evidente en unidades que aún emiten humo negro al estar en movimiento.

La gente comienza a ingresar al camión; la dimensión de la unidad complica el ascenso y descenso de los pasajeros, quienes se abren paso entre empujones para no quedar fuera y no tener que esperar más tiempo en que llegue un segundo vehículo. Al interior de la unidad existe solo una cámara de videovigilancia, que se desconoce si funciona o solo fue colocada para espantar a los carteristas que se aprovechan de la unidad saturada para cometer atracos. Lo mismo sucede con el botón de pánico, visible pero no se sabe si es funcional.

El conductor cierra la puerta y comienza a avanzar, pero un usuario hace que frene la unidad y, por segunda ocasión, abra la puerta, aunque no esté permitido.

El camión retoma su ruta y transita por un carril confinado situado en medio de las vialidades que, frecuentemente, es utilizada por ciclistas como una forma de circular de manera supuestamente más segura que entre los automóviles del resto de los carriles.

En otros tramos los confinadores de acero que debían marcar el carril ya no existen o están a medias, lo que provoca que algunos vehículos no respeten el espacio.

Al interior de la unidad, las conversaciones en voz alta forman parte del ambiente sonoro acompañado de un constante y penetrante ruido, se trata de una de las puertas que comienza a desprenderse de la parte superior y que, en cualquier momento, podría terminar por caerse; el rostro despreocupado de algunos viajeros y del conductor parece indicar que no es un problema nuevo y que, en realidad, todos se han acostumbrado al sonido.

Un usuario cuenta a este diario que presenció el desprendimiento de una ventana al pasar por un bache en la esquina de la calle Defensores de la República y bulevar 5 de Mayo, donde los vidrios le cayeron a un jóven que iba en el asiento, pero sin causar daños mayores y quedando solo en “un susto”.

Además, comenta que son constantes las ocasiones que le ha tocado bajarse del camión y buscar alternativas para llegar a su destino, debido a que las unidades se descomponen en el trayecto.

El vehículo lleva poco más de media hora de viaje, al mismo tiempo que la oscuridad empieza a caer. Esto se hace evidente en algunos tramos donde la iluminación es inexistente tanto en el carril como en la zona de los paraderos—como Galaxia, El Pilar y Mixatlac—poniendo en riesgo a los ciudadanos.

En el recorrido de regreso, la unidad que transporta a esta reportera, cuenta con una cámara de videovigilancia de la que también se desconoce si funciona o no y, en este caso, carece de botón de pánico.

Es a la altura de la estación 18 de Noviembre en la colonia Villa Verde, donde, sin avisar, el autobús se desvía del carril exclusivo y se integra al arroyo vehicular.

El conductor explica que su trayecto es con rumbo al primer cuadro de la capital poblana. Los ciudadanos hacen la parada para ingresar. Aunque por dentro hay un papel que dice “No efectivo”, algunos le dan el dinero al chofer, quien lo acepta, y entonces los usuarios proceden a agacharse y pasar por debajo del torniquete.

De acuerdo con el representante de la agrupación Corresponsabilidad en el Transporte, esta problemática, la de aceptar pago en efectivo, es frecuente e interminable, pues es la “caja chica” de los conductores.

La señora Luisa narra que en algunas ocasiones se ha visto en la necesidad de recurrir a esta práctica, pues suele olvidar su tarjeta, por lo que considera que restringir el cobro de esta manera pondría en “aprietos” a algunos usuarios.

Aunque en el recorrido no se constató de esta problemática, Ana Paula, integrante del Consejo Ciudadano de Movilidad, platica que las unidades de la Línea 1 no cuentan con una zona de maletero para quienes tienen bicicleta y la necesidad de transportarla, espacio que sí está disponible en las líneas 2 y 3 en un horario restringido.

Miguel Barbosa, gobernador de Puebla fallecido, calificó en su momento como “un monstruoso fraude” la implementación del servicio RUTA. Foto: Julio César Martínez | El Sol de Puebla

Un monstruoso fraude: Barbosa Huerta

En constantes ocasiones, el exgobernador fallecido Miguel Barbosa Huerta acusó a los responsables de autorizar y poner en marcha este servicio.

Desde una de sus conferencias matutinas, calificó como “un monstruoso fraude” la implementación de este servicio, además, advirtió que quitaría los contratos a las empresas que manejan el cobro de los accesos por las anomalías detectadas desde su administración.

En el caso de la Línea 1 de RUTA se trata de la empresa Sistema de Transporte Metropolitano de Puebla S.A. de C.V, que surgió en octubre de 2016.

Barbosa explicó que debió tener un pago fijo o cuando mucho un 10 por ciento de los pasajes, pero al ser un porcentaje mayor, refiere a una estafa que beneficia a los privados, en donde se ven involucrados los funcionarios en los gobiernos del PAN que firmaron en nombre del gobierno de Puebla y que también reciben parte de las ganancias de este tipo de transporte.

Posteriormente, en mayo de 2022, durante la inauguración del Centro de Control Operacional de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA), Barbosa Huerta refirió que el sistema estaba maldito ya que nombró como titulares a dos personas que se dedicaron a robar, señalando a Rodolfo Chávez Escudero, ex director de Carreteras de Cuota Puebla (CCP).

Fue hasta el nueve de enero de este año cuando Chávez Escudero fue detenido por autoridades federales en el aeropuerto de Ciudad de México. El ex funcionario está acusado de otorgar una concesión “inconveniente” para RUTA, así como diversos actos de corrupción.

¿Qué dicen las cifras?

La Línea 1 del RUTA recorre 18.3 kilómetros, siendo la que mayor trayecto, ya que la Línea 2 tiene 13.9 kilómetros de carril confinado y el de la Línea 3 es de 14.7 kilómetros.

De acuerdo con información pública disponible en la Plataforma Nacional de Transparencia, de enero a abril del año pasado esta Línea reportó el ingreso más bajo de las Líneas del sistema.

Según la cifra entregada por Carreteras de Cuota Puebla ingresaron 41 millones 703 mil 302 pesos, la Línea 2 registró 74 millones 217 mil 46 pesos y la Línea 3 obtuvo 50 millones 552 mil 206 pesos.


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