Con tres líneas en operación y el desplazamiento de más de 4 mil unidades de transporte público convencional a vialidades alternas, la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA) es un fallido inicio de un servicio de transporte público eficiente y sustentable para Puebla, estimaron especialistas en ingeniería ambiental y urbanismo.
Genoveva Rosano Ortega, directora de la Facultad de Ingeniería Ambiental, Francisco Javier Sánchez Ruiz, investigador de la Maestría en Gestión de la Energía, ambos de la UPAEP, y Karen Rossell, integrante del Proyecto Realidad del Clima y especialista en Cambio Climático, coincidieron en que este sistema de autobuses de tránsito rápido fue un buen proyecto de movilidad porque intentó transportar a un elevado número de personas en menor tiempo y emisión de gases contaminantes, pero que no ha dado buenos resultados.
A decir de Rosano Ortega, el proyecto que impulsó el exgobernador Rafael Moreno Valle y continuó su sucesor, Antonio Gali Fayad, es valioso porque trató de avanzar al transporte masivo con la operación de las primeras dos líneas, y en el caso de la línea 3 de la RUTA que usa gas natural, incluso de hacer una transición energética, sin embargo, lamentó no se logró.
En opinión de Sánchez Ruiz, el propósito no se concretó porque se antepusieron criterios políticos y no descartó que también económicos, a la visión de movilidad y sustentabilidad en el transporte.
Como ejemplos, mencionó, la marginación que se hizo de más de 700 transportistas tradicionales que operaban rutas convencionales que cubrieron las dos primeras líneas del servicio, y el desplazamiento que se produjo de más de 4 mil para dar paso a la tercera, no sirvió para hacer evolucionar el servicio, ya que se excluyeron a los concesionarios sin involucrarlos en la adopción de vehículos con menor emisión de contaminantes.
Además, consideró, aunque la línea 3 de la RUTA cambió del uso de gasolinas o diésel a gas natural, que disminuye la emisión de gases contaminantes, no progresó en eliminar la contaminación de las más de 4 mil unidades de transporte público convencional que movió a otras vialidades.
Por su parte, Karen Rossell añadió que las deficiencias operativas en todo el sistema RUTA, pueden ser la razón por la que no cumplió con las expectativas o propósitos de este tipo de servicios y que en consecuencia, no desincentivó el uso de los vehículos particulares e incluso, pudo haber promovido mayor tránsito de éstos.
Y es que continuó, no sólo pudo haber fallado por la falta de visión de hacer una transición energética de combustibles fósiles a otros limpios, sino también los desplazamientos, es decir, que no se hayan considerado las necesidades actuales y futuras de los ciudadanos, tal y como ocurrió en la Ciudad de México.
“Es que estos sistemas deben cubrir las necesidades de los usuarios para realmente desincentivar el uso de autos particulares”, añadió.