En ocasiones, cuando se presentan casos de linchamiento la población solicita la intervención de los párrocos para calmar la situación y evitar la desgracia, los sacerdotes ayudarán siempre que estén en condiciones de hacerlo pero es necesario que las autoridades actúen, aseveró el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa.
“En muchos lugares son ellos los que sacan la cara para que se calme la situación, en muchos lugares acuden a nosotros, a mí, para que le diga al padre que calme un poquito y así logramos controlar muchas situaciones y lo seguiremos lo haciendo siempre que esté en nuestras posibilidades pero queremos acciones de la autoridad, dijo.
En entrevista, el arzobispo detalló que los sacerdotes han intervenido en hechos violentos en la comunidad de San Rafal Ixtapaluca, que se encuentra en Tlahuapan, así como en Santa Isabel Tlanepantla, donde los párrocos le han entrado a “los cocolazos”.
En ese sentido, mencionó que la violencia se ha incrementado en los municipios de Santa Rita Tlahuapan, San Martín Texmelucan, Acatzingo, Tepeaca, Tecamachalco y Quecholac, pero los ciudadanos no deben tomar justicia por su propia mano.
Por otra parte, Víctor Sánchez mencionó que a Puebla no llegarán recursos de los 500 mil dólares donados por la Santa Sede para atender a los migrantes, ya que en el norte del país, se necesitan más apoyos porque ahí se encuentran varados miles de centroamericanos.
Mencionó que en las cuatro parroquias donde se habilitaron albergues para centroamericanos ha sido suficiente el apoyo y donaciones de las familias para que los migrantes sean atendidos, por lo que se requieren más recursos en las fronteras norte y sur del estado.
“Si aquí destinara algún recurso, en lo personal, lo donaría a las fronteras del sur y del norte donde la situación está más difícil, Tapachula y arriba Tijuana, Juárez, Matamoros, etcétera. Puebla, con la generosidad de la gente en los cuatro albergues que tiene va atendiendo a nuestros migrantes y lo hace con mucho cariño”, dijo.