Samadi fue diagnosticada con leucemia infoblástica cuando apenas tenía un año de edad y, a sus cuatro años, continúa en esta lucha. Su madre, América Flores, anhela que llegue el día en el que su hija esté libre del cáncer, pero para que esto sea posible, considera necesario la intervención de los gobiernos mediante el abasto de medicamentos mismos que, asegura, escasearon con la llegada de la pandemia.
Constantemente el miedo se apodera de América, pues hay días en los que ve radiante a su hija, y en otros, le toca verla internada. A pesar de las dificultades que a su corta edad enfrenta Samadi, no pierden la esperanza de que llegará el día en que el dolor termine.
“Cuando un hijo tiene cáncer, se vive con miedo. Hay días en los que están bien en casa pero hay otros, en los que nos toca verlos en una cama y atados a los aparatos. Nosotros quisiéramos terminar el tratamiento sabiendo que todo va estar bien, y por eso aquí seguimos aquí, echándole muchas ganas. Ojalá el gobierno hiciera lo mismo, apoyándonos con todo lo que un niño con cáncer debe tener”, comparte.
Se sabe que el desabasto de medicamentos a nivel federal repercute directamente en el plano local, y a la fecha, se tiene registro de que en el país hacen falta al menos 11 claves oncológicas: Vincristina, Ciclofosfamida, Citarabina, L- Asparaginasa, Metotrexato, Mercaptopurina, Bleomicina, Doxorrubicina, Daunorrubicina, Etoposido, Carboplatino y Cisplatino.
Incluso, el año pasado, Samadi fue una de las pequeñas que se unió a las voces de aquellos niños que exigieron abasto de algunos de estos medicamentos en el Hospital del Niño Poblano. Su voz fue escuchada, pero la ausencia de algunas claves aún es recurrente, aunado a la falta de equipos de radiación. “Hace falta que el gobierno federal ponga sus ojos en nosotros, que manden los recursos, los medicamentos y las quimioterapias que tienen que llegar. Seguimos con irregularidades en el tema de quimioterapias, no hay trasplantes desde hace más de un año, y faltan equipos de radiación para los niños”, comparte América.
La madre de Samadi destaca que truncar el proceso de radiación o quimioterapias en algún paciente con cáncer provoca que la eficacia no sea la misma, dándole oportunidad a la enfermedad de vencer a los niños. “Un tratamiento incompleto provoca que, si había un 80 por ciento de probabilidad de sanar, tal vez baje en un 50 por ciento, y del mismo modo baja la probabilidad de que pueda vencerse a la enfermedad”.
América reconoce que cuidar a una menor con cáncer, es una prueba muy grande de la vida, pero la fortaleza de seguir adelante la encuentra al ver que su hija no se da por vencida. “Algunos padres se desesperan ante la falta de medicamentos, pero yo creo que si todo estuviera bien en los hospitales, tendrían más ánimos al saber que su hijo se va a curar. Si tuviéramos todos los medicamentos, no habría tantas recaídas como las que hemos pasado”, finalizó.