En pocos lugares se puede sentir la fuerza que emite un volcán activo, pero en el municipio de San Nicolás de los Ranchos tienen la experiencia de vivirlo gracias al Popocatépetl. Sin embargo, la fortuna de apreciarlo viene acompañada de miedo, pues en últimos días ha registrado intensa actividad y una explosión que despertó la incertidumbre de los ciudadanos.
Popocatépetl en náhuatl significa “la montaña que humea” y estos últimos días del 2022, es lo que ha hecho, lanzar material incandescente, así como ceniza que el viento dispersó al noreste de Puebla. Para los pobladores, esta actividad es un recordatorio que “Don Goyo”, sigue vivo y que hay que tenerle respeto.
¿Por qué no se van de ese lugar?, ¿no tienen miedo?, son algunas de las preguntas frecuentes que reciben los ciudadanos de San Nicolás, y la respuesta es simple: es su hogar; y abandonarlo no está dentro de sus planes, ni siquiera les ha pasado por su cabeza a pesar de ser un municipio colindante con el volcán.
Los demás municipios cercanos de Puebla son Huejotzingo, San Salvador el Verde, Domingo Arenas y Tochimilco. En todos ellos, se puede ver la manifestación del volcán y existe tanto el respeto, el miedo, como la cotidianidad de tenerlo tan próximo.
Desde que llegas a San Nicolás de Los Ranchos puedes ver los letreros de “Ruta de Evacuación” y hay tiendas que se llaman “Popocatépetl” o “Los volcanes”. Asimismo, hay cartulinas que los mismos vecinos hicieron con la leyenda “ruta de simulacro”.
Estos mensajes alertan a los foráneos, pero para los habitantes de este municipio es algo normal. Incluso, muchos de ellos aseguran que si llega a explotar el volcán no irían a un refugio, sino que se quedarían en su hogar por miedo a que les roben sus pertenencias.
Tras la explosión registrada este lunes 26 de diciembre, a las 02:16 horas, los habitantes se dividieron en opiniones. Están los que se despertaron con incertidumbre de lo que había ocurrido y otra parte que sí escuchó el crujido, pero están tan acostumbrados a los cuetes y a los típicos ruidos de las fiestas decembrinas, que creyeron que se trataba de eso.
La noticia la confirmaron al despertar, pues se dieron cuenta que ese sonido tan intenso no fue ninguna “pachanga”, sino que se trató del Popo.
Que estén acostumbrados a este tipo de situaciones no quiere decir que el miedo se haya ido, el miedo sigue presente y es también una forma de decirle a Don Goyo que le tienen respeto. Lo único que hacen estos días es barrer más de lo normal y estar más atentos a las noticias.
Se pensaría que estos últimos días que el volcán ha sido tema nacional por su alta actividad, los ciudadanos tendrían una vista imponente del cráter, pero la realidad es que hay nubosidad en la zona desde hace varias semanas y la visibilidad es escasa, solo se logran ver las faldas y el Iztaccíhuatl.
Todas las actividades continúan como cualquier otro día normal, pues no pueden detenerse a pesar de que esa explosión formó parte de las 167 exhalaciones, principalmente de vapor de agua y ligeras cantidades de ceniza, a las que se sumó una hora de tremor de baja amplitud.
A un costado de la presidencia municipal hay un letrero grande de las comunidades con refugios temporales, las comunidades con riesgo mayor, medio y menor, para que los ciudadanos sepan a dónde acudir en caso de una emergencia. No obstante, el letrero luce viejo y no todas las rutas puedes verse. Este tipo de anuncios se pueden ver también a las salidas del municipio, pero todos están desgastados.
Ya en el Ayuntamiento del municipio no se puede ver información al respecto en las paredes, pero si un ciudadano llega a solicitar informes se los brindan, por ejemplo, para este 27 de diciembre, les dicen que el volcán está en el semáforo amarillo fase 2 y que no deben de acercarse como mínimo a 12 kilómetros a la redonda.
También que barran de manera constante los espacios cubiertos por la caída de la ceniza, que la reposten en bolsas desechables y nunca la arrojen a los desagües, que cierren puertas, así como ventanas y que tapen con trapos húmedos los espacios donde pueda filtrarse.
El área de comunicación social del Ayuntamiento de San Nicolás de Los Ranchos compartió a El Sol de Puebla que el 27 de diciembre se realizó una reunión entre el Gobierno Municipal con presidentes auxiliares, el Comisariado ejidal, protección civil y seguridad pública para crear un plan ante una posible contingencia.
Las acciones que ya se están tomado para tomar precauciones es cerrar el paso de los caminos que dirigen hacia el cráter, para que ningún “valiente” quiera subir a explorar o para que los ciudadanos no acudan. También están liberando todas las calles porque en este municipio es muy común dejar los coches en las avenidas y ante una contingencia todo debe de estar despejado.
De igual modo, están exhortando para retirar las cenizas de los hogares y no tirarla en alcantarillas o en espacios en donde va a generar más contaminación.
El CENAPRED informó que hasta el 27 de diciembre el volcán continúa en fase 2 en amarillo y que las últimas 24 horas ha registrado 138 exhalaciones, 65 minutos de tremor y tres explosiones.