Lo que pareciera ser un área de juegos en una escuela como cualquier otro, no es el caso del jardín de niños Tonatihu, el cual se encuentra al norte de la capital poblana, en donde un socavón se traga poco a poco los juegos que hay en el lugar y que pese a que éste crece se han reanudado las actividades ante el regreso a clases.
Ubicada en la colonia Naciones Unidas, en la Privada 80 Poniente y Ginebra, el instituto se observa en un desnivel, pues una de las bardas se ha sumido debido a que la escuela se encuentra construida en donde una vez hubo una barranca, por lo que con el paso de los años la tierra ha ido reclamando su espacio y esto ha desencadenado que se cree un hoyo que podría tragarse el inmueble.
En entrevista con El Sol de Puebla el comité de padres de familia de dicha institución pública reportó que la situación se vuelve cada vez más grave, ya que éste no es el único desperfecto, pues los salones tienen grietas, filtraciones de agua y por ende uno de ellos no tiene luz eléctrica, pues la humedad podría generar un corto.
Esta es la problemática a la que se han enfrentado desde hace más de 15 años cuando comenzaron a observase las fracturas en las paredes y techos, no obstante, pese a que se ha pedido apoyo de las autoridades correspondientes solo se ha hecho caso omiso.
De acuerdo con Raymundo Padilla, presidente del comité, fue desde 2018 cuando los directivos del jardín de niños enviaron solicitudes a la SEP, Secretaría de Infraestructura Estatal, Secretaría de Gobernación Municipal, Protección Civil Municipal, así como al Comité Administrador Poblano para la Construcción de Espacios Educativos (CAPCEE).
Si bien en su mayoría hubo respuesta relacionada con la supervisión del inmueble, no se hizo más que dar recomendaciones para evitar algún accidente, por lo que urgen que la situación se atienda, pues se necesita la inversión de las autoridades correspondientes.
A decir de los padres y tutores, la problemática continúa avanzando, pues con el temblor de septiembre en 2017 las paredes de la escuela se separaron de los otros edificios, por lo que hay al menos 15 centímetros entre cada inmueble.
Esto también ha provocado que los techos vayan en picada, ya que justo en la entrada de cada salón se puede observar el desnivel, lo cual en caso de algún sismo podría colapsar.
Aunque en ese entonces Protección Civil los direccionó a otro preescolar debido al riesgo de la escuela, ocho meses después fueron regresados al jardín de niños al que no se le hizo ninguna reparación o construcción nueva.
En su intervención, Guadalupe Pérez madre de familia destacó que, pese a que los tutores juntaron firmas para que la situación se atendiera, “nunca se vio la intención” de repararse por parte de la SEP, por lo que hace un par de años los padres de familia cooperaron para hacer la rehabilitación de los techos, pero esto fue superficial y lo que se necesita es a fondo.
Esta situación ha ocasionado que algunos niños no acudan a clases, ya que no hay medidas de seguridad, pues incluso si hay un área acordonada fue porque la misma institución así lo delimitó, ya que de manera municipal y estatal no se actuó.
Este es el caso del pequeño de Ana María López, quien aseguró que los niños necesitan un espacio seguro, por lo que con las condiciones estructurales que tiene el jardín de niños no es viable que todos regresen a las aulas.
“Yo no pienso enviar a la escuela a mi hijo, porque no es posible que quieran que regresen los niños a la escuela si no tienen las medidas de seguridad… yo no voy a arriesgar a mi hijo a que se vaya al agujero”, dijo.
Es por ello, que los padres de familia han urgido que se rehabilite la escuela o incluso que se reubique, pues al estar en un espacio que fue rellenado no se sabe qué pasará más adelante con las lluvias y el tiempo.
Esta casa editorial pidió una postura por parte de la Secretaría de Educación Pública, sin embargo, hasta el cierre de esta edición no se recibió alguna respuesta.