“No quieran trasladar un problema de un punto a otro de la ciudad”, reprochó María Morales vecina del barrio de San Antonio que criticó las medidas del gobierno del estado para regular al trasporte público en las calles 20 y 22 Oriente-Poniente.
Mary, como pidió llamarse por seguridad, lleva más de 28 años viviendo en este barrio popular en el que aceptó hay problemas con las bandas delictivas.
“La semana pasada a unos metros de acá (señalando la calle 22 Oriente) asaltaron a un chavo en frente de la policía”, agregó desconcertada de las recientes declaraciones de las autoridades sobre que 60 rutas cambiarán su trayecto a esta zona.
Las calles parecen desoladas, con casonas viejas y muchas de ellas abandonadas. Otros son negocios que solo abren un rato en el día.
En algunos puntos de la vialidad, entre San José, El Refugio y San Antonio, hay baches y otros más presentan hundimientos. Algunos paredones tienen grafitis, pero existen un poco más que ya fueron decorados como si fuera un mural.
Durante el recorrido que duró más de una hora no se observó algún rondín de patrullas de seguridad y la mayoría de las viviendas habitadas o vecindades se encontraban cerradas.
En algunas intercesiones como la 20 Oriente y la 5 Norte, hacen falta semáforos. El recorrido en autos particulares en ese trayecto es de 8 a 15 minutos, pero se espera que, con el alojamiento de todas las unidades, se duplique.
Francisco “N”, un vecino de San José con discapacidad motriz, señaló que se le dificultará los trayectos a su vivienda, ya que aumentará la concentración de personas en las banquetas: “No podrá pasar, peor porque son personas de la tercera edad y de seguridad, ni decimos”.
Sobre la 20 Oriente, ya circulan algunas unidades de rutas como la 30A, Jaguar, Enlace 2010 Zaragoza, 17, 38, 52, 35 y 38A, cuyo recorrido fue modificado por el ingreso de la tercera línea de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA).
“Tomar el microbús por acá (en la 20 Oriente) es mucho más peligroso, ahorita solo se la pasan robando. No estamos seguros, no tenemos vigilancia de los policías y lo poquito que tenemos, nos lo van a quitar. A las autoridades no les importa porque no utilizan el transporte público”, comentó Beatriz, usuaria del transporte público de la ruta Enlace.
Mientras Jorge Pérez, comentó que tienen que tomar el transporte público porque es su única opción y que, como personas de la tercera edad, es complicado el uso de tarjetas de RUTA: “Uno no puede hacer nada, es muy difícil para los que ya estamos viejitos el uso de tarjetas, luego, más complicado es caminar más de tres cuadras, ya es muy cansado”.