Una complicidad se aprecia de inmediato cuando Marcos Des Meules, de 55 años de edad, intercambia miradas con su hijo, Mark, de un año y seis meses. Basta verlos para darse cuenta de que, gracias a su convivencia y sin importar la diferencia de edades, cuando están juntos ambos saben lo que necesitan.
Con él Marcos se convirtió en padre por cuarta ocasión. Fue por una decisión conjunta con su esposa que nació el pequeño y, aunque al principio fue difícil volver a acostumbrarse a cambiar pañales, desvelarse, escuchar un llanto y estar agotado físicamente, cada risa y aprendizaje de Mark es una recompensa.
Los comentarios negativos y positivos alrededor de la decisión del padre no se han hecho esperar, específicamente a causa de la edad, sin embargo, no afectan a la pequeña familia, toda vez que fue algo que ellos querían en sus vidas.
Para él la llegada del pequeño Mark ha sido una experiencia día a día y, sin afán de comparar la relación con sus otros cuatro hijos -la mayor de 32 y la menor de 13 años de edad-, ha tenido la oportunidad de apreciar más el crecimiento del risueño bebé y también de conocer lo que quiere a partir de los gestos, movimientos y hasta los sonidos.
Marcos admitió que con sus primeros hijos su crecimiento y educación estuvieron llenos de sorpresas; en ocasiones no sabía cómo actuar o no apreció todos los detalles y esas experiencias fueron más emocionales.
“Todo es muy diferente, se disfruta de otra manera, hay emociones muy diferentes a las que había anteriormente. No es que no te sorprenda sino que ves más allá, como que son más profundas las sensaciones que te hacen sentir, uno las resiente más”, comentó.
Con el nuevo integrante de la familia, gracias a la experiencia que ha logrado a lo largo de los años, se ha dado cuenta de más detalles, razona cada momento que está con el bebé, identifica sus gestos, incluso logró tener una complicidad con él y han llegado a entenderse y comunicarse con miradas.
El padre está seguro de que debido a esta experiencia la manera de educar a Mark será diferente e, incluso, el desarrollo del pequeño será mejor, toda vez que ha buscado, en año y medio, brindarle herramientas y conocimientos que a sus otros hijos no les dio, seguramente porque él tampoco las tenía.
“Creo que él va a ser más centrado, va a estar más preparado que los otros hijos, que han vivido una etapa diferente, más acorde con ellos, porque yo le aporto más cosas y lo manejo de otra manera y, de hecho, lo veo porque él se apega más a mí”, refirió.
También admitió que su vida dio un giro con el nacimiento de su hijo, pues al principio se sentía agotado, aunque después su condición física, comparada con la de sus amigos de la misma edad, mejoró. Tampoco tiene tanto tiempo para descansar como antes o salir a reuniones y realizar actividades sin su hijo, pero no lo resiente.
Cargando y besando a su pequeño hijo, aseguró que no se arrepiente de la decisión tomada, por el contrario, la disfruta al máximo y es completamente feliz con Mark y su esposa, Carmen Gatica, por lo que este Día del Padre lo celebrarán juntos.