La pandemia está afectando aún más en la cuestión educativa a la zona rural, donde la posibilidad de los jóvenes de continuar sus estudios a nivel superior es menor al 30 por ciento, advirtió Juan Manuel Moreno Domínguez, docente y director del bachillerato Vicente Suárez Ferrer, localizado en la pequeña inspectoría de San Lucas Teteletitlán, enclavada en la Mixteca poblana.
La comunidad que pertenece al municipio de Atexcal, se ubica a 23 kilómetros de la cabecera municipal, cuenta con aproximadamente 900 habitantes, no tienen transporte público y su carretera es de terracería.
En entrevista para El Sol de Puebla, Juan Manuel Moreno, director y docente de ciencias exactas y matemáticas, declaró que de por sí en esta región es mínimo el número de estudiantes del nivel medio superior que continúan con una licenciatura por múltiples factores, pero ahora, con la pandemia, esto empeoró.
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El ciclo escolar pasado, de 16 egresados sólo tres continuaron sus estudios de nivel superior; en esta ocasión, de los 22 estudiantes que culminarán su bachillerato, al momento únicamente seis han solicitado una constancia para sacar ficha en alguna universidad.
La escuela de nivel medio superior concentra alumnos de al menos tres localidades vecinas, debido a que no hay otra escuela cercana y los jóvenes llegan a pie o en motocicleta.
De acuerdo con el docente, a raíz de que los alumnos no acuden a clases presenciales, han visto la oportunidad de trabajar en la albañilería, en el campo, en fábricas de mármol o en otras labores, para aportar económicamente en casa.
“En esta zona, se percibe muy poca aspiración de continuar estudiando después de la secundaria o bachiller. Muchos salen a las ciudades a trabajar, incluso también a los Estados Unidos, en busca del sueño americano”, comentó.
Lo anterior, lo atribuyó a la difícil situación económica de las familias, la falta de oportunidades de empleo y la carencia de universidades en la región.
El director informó que la matrícula en los tres grupos con los que cuenta la escuela, es de 56 alumnos, de los cuales sólo el 60 por ciento cumple con sus tareas. A su parecer, el problema no es la falta de herramientas como el Internet, sino más bien, dijo es que no hay interés, porque no tienen planes de continuar estudiando.
“Otro problema es que antes de terminar el ciclo escolar pasado, la indicación era de no reprobar a nadie y de poner calificación, pese a no recibir evidencias; pero ahora, es distinta la orden, no se pondrá calificación en caso de que el estudiante no haya cumplido y esto va afectar en su promedio final”, comentó.
El docente argumentó que los jóvenes y sus padres se confiaron o se quedaron con esa idea, y ahora que trabajan, adquieren otras responsabilidades y por ello van dejando de lado la escuela.
“La pandemia, sumado al contexto de los jóvenes, vino afectar más su situación, que repercutirá en su futuro”, finalizó.