/ miércoles 14 de febrero de 2024

¡Sí se puede morir de amor! Mal manejo de emociones podría derivar en problemas cardiacos

Las personas que no saben controlar el estrés emocional ante una pérdida y la soledad, convierten el malestar sentimental en un síntoma físico que puede llevar a la muerte

El final de una relación amorosa no deja literalmente un corazón roto, pero si se conjunta con una comorbilidad o una depresión puede desencadenar problemas cardíacos que de no atenderse sí pueden llevar a la muerte. He aquí la importancia de realizar una revisión médica constante y aprender el correcto manejo de las emociones con ayuda de un experto, advierten especialistas.

Este problema no es una situación menor, pues las enfermedades del corazón son la primera causa de muerte en Puebla, según revela el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en las Estadísticas de Defunciones Registradas (EDR) en el país, de enero a junio de 2023. Dicho estudio da a conocer que durante el primer semestre del año pasado 5 mil 522 poblanos y poblanas fallecieron por dichas afecciones.


Las también conocidas como enfermedades cardiovasculares pueden presentarse por tabaquismo, mala alimentación, sedentarismo, el consumo excesivo de alcohol, hipertensión, diabetes, obesidad y antecedentes familiares, pero también por el mal manejo de las emociones, refiere Ivonne Martínez Hernández, psicóloga y docente de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).

En entrevista con El Sol de Puebla, apunta que cuando las personas no saben controlar el estrés emocional ante una pérdida y la soledad, convierten el malestar sentimental en un síntoma físico, en este caso se liberan hormonas que impactan directamente al corazón, con lo que se afecta el funcionamiento de este órgano.


“Se tiende a somatizar la situación psicológica, este estrés emocional intenso es real, libera hormonas en el cuerpo que afectan en un impacto directo al corazón (...) esto va a hacer un daño hacia mi sistema cardiovascular, entonces estos cambios temporales en el corazón por tristeza profunda o por depresión también afectan el funcionamiento. Si no tengo una salud adecuada, si no cuido mi salud, puede conllevar situaciones que desencadenan problemas cardíacos”, declara.

Expone que en la actualidad, a través de las redes sociales, se imponen los diferentes comportamientos que supuestamente deben tener los seres humanos para las celebraciones como la Navidad y el Día del Amor y la Amistad, en donde se exige que la gente cuente con pareja o conviva con sus seres queridos, por lo que esto es otro causante de un problema emocional, como la depresión, para quien no cumple estos estándares.

Incluso en estas fechas se estima que aumentan 70 por ciento los casos de este trastorno mental caracterizado por tristeza y un bajo estado de ánimo, lo cual también repercute en el número de casos atendidos en el sistema de urgencias de los servicios de salud públicos y privados.

La sociedad me exige que el 14 de febrero yo tengo que estar con pareja, debo convivir con mi pareja, es un deber, si yo no lo cubro se puede suscitar ese estrés emocional que lleva a tristeza, a no funcionar adecuadamente en el trabajo, en la familia, en la sociedad (...) a somatizar la situación, es decir, pasar de lo psicológico a la físico con dolores de cabeza, taquicardia, cansancio, fatiga extrema y depresión”, subraya la especialista.

Esta es una situación que merece toda la importancia y difusión, señala Andrea Romero Ordóñez, cardióloga egresada de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), quien asegura que faltan esfuerzos por concientizar a la gente sobre este tipo de afecciones, que pueden acabar con la vida de una persona en “un dos por tres”.


Infografía: El Sol de Puebla



Asevera que la enfermedad cardíaca más común es la coronaria, la cual se produce cuando las arterias que llevan sangre al músculo del corazón se endurecen y estrechan debido a la acumulación de grasa, colesterol y otras sustancias. Ésta muchas veces deriva en un infarto.

Otras afecciones pueden ser la insuficiencia cardíaca congestiva (no se puede bombear sangre), arritmia (latidos anormales del corazón), la enfermedad cardíaca congénita (que se presente al nacer) y la endocarditis (inflamación de la capa interna del corazón).

Para la enfermedad coronaria, que es la más usual, se pueden presentar síntomas como sudoración fría, dolor en el pecho, acidez estomacal, entre otros signos de alarma, los que mayormente se pasan por alto, indica Romero Ordóñez. La especialista agrega que hay pacientes que pueden continuar con sus actividades normales, pese a tener dolencias, pero de no atenderse pueden llegar a tener un infarto y perecer.

“Hay gente que cuando tiene un infarto no se da cuenta, a veces tienen un umbral del dolor muy alto y por eso aguantan, pero hay quienes se automedican y el malestar se le va por un momento; sin embargo, cuando regresa, a veces ya es fulminante”, afirma.


Comorbilidades, factores para ser más vulnerable

Por separado, César Mejía Vera, coordinador del servicio de urgencias de la Cruz Roja delegación Puebla, menciona que sobrepeso, sedentarismo, obesidad, triglicéridos altos, colesterol, hipertensión y diabetes condicionan la vulnerabilidad para presentar alguna enfermedad del corazón, la más frecuente son las arterias tapadas que llevan a un infarto al miocardio.

Advierte que cuando un vaso sanguíneo se tapa se tiene que realizar un cateterismo cardiaco, en el que a través de un proceso en la sala de hemodinamia se lleva a cabo “el destape”, es decir, que se liberan las arterias tapadas.

Destaca que existe una alta incidencia de infartos agudos al miocardio, que se presentan en la situación antes referida, ya que el corazón no bombea adecuadamente la sangre y por ende no llega a todas las cavidades de este órgano.

En ese sentido, expone que al ocurrir esto, los latidos no tienen la misma fuerza que la frecuencia, lo que ocasiona síntomas como dolor, falta de aire y sudoración fría, lo que representa el cuadro muy básico.

“Hay que tener precaución, estos casos específicos a veces se pasan por alto y lamentablemente conozco infinidad de casos que llegan con el médico, se le receta medicamento, pero vuelven a presentar la sintomatología y llegan a urgencias, a veces se desmayan frente a la puerta”, subraya.

Pacientes llegan para una intervención

Soledad Beatriz Villegas González, cardióloga intervencionista y jefa de división de Cardio-Neumo y Cirugía de Corazón de la Unidad Médica de Alta Especialidad, Lic. Manuel Ávila Camacho, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Puebla, señala que al mes se reciben en promedio 300 pacientes con enfermedades del corazón, de los cuales al menos la mitad acude por primera vez en busca de un diagnóstico, el cual en su mayoría no es favorable.


Exhorta que si se presentan angina de pecho, falta de aire, entre los otros síntomas abordados anteriormente, el paciente debe acudir de inmediato a un médico y mencionar todos los malestares para que le realicen un electrocardiograma, puesto que atenderse en ese momento es cuestión de “vida o muerte”. Añade que este punto es importante, puesto que al menos el 30 por ciento de los enfermos no presentan signos de alerta, por ello es que se requiere una revisión médica constante.

“Si siento algo, eso no es para que diga ‘mañana voy al médico’, no, eso se tiene que atender de manera inmediata (...) se debe de acudir a una atención inmediata, ya sea derechohabiente o en la unidad de servicio que le corresponda”, indica.

Debido a la incidencia de infartos es que en las unidades especializadas del IMSS se cuenta con el “Código Infarto y Código Cerebro”, que son dos programas importantes con mayor repercusión en la atención del paciente. En estos casos hay una fuerte comunicación con los médicos encargados de atender al doliente para asegurar su vida, pues en cuestión de segundos se decide la forma de ayudarlo.

Villegas González apunta que en México y Puebla las enfermedades del corazón siguen como la principal causa de muerte en personas mayores de 45 años, ya que no existe la cultura de acudir a una revisión médica de forma periódica.

“Voy a vigilar mi presión y voy a vigilar mi azúcar, a lo mejor ya en una cierta edad debo hacerme pruebas diagnósticas de cómo funciona mi insulina (...) Entonces eso ya es invertir en nosotros, es preocuparse por nosotros y de ahí nuestros hijos. Sirve para prolongar la vida en un momento dado”, enfatiza.

Pacientes viven con muchos cuidados

Genaro Guerrero Ayala, de 60 años de edad, es originario del municipio de Chietla y fue hace seis años cuando le diagnosticaron un mixoma (tumor) en el corazón. Él comparte que desde entonces su vida cambió por completo, pues no puede cargar más de 20 kilos y dejó de trabajar debido a su condición.

“Empecé a los 54 años, al principio mi cuerpo empezaba a sudar, era un sudor frío, mi temperamento de mi cuerpo también era helado, hasta me decían que estaba muerto, iba yo al Seguro, pero nunca me dijeron lo que tenía, al pasar unos meses empecé con la falta de aire al respirar, me ponía mal, fue cuando caí al seguro. Me hicieron estudios (...) se dieron cuenta de que tenía yo un mixoma gigante”, expone.

Relata que a sus 54 años de edad tuvo que acudir al médico de forma urgente, puesto que presentó síntomas como sudor frío y dificultad para respirar, por lo que al visitar al médico le hicieron un electrocardiograma, el cual arrojó el diagnóstico: tenía un tumor en el corazón.

Fue a los pocos meses que lo intervinieron quirúrgicamente para colocarle una válvula artificial con una duración de 10 años, y aunque todo salió bien, sus hábitos de vida cambiaron, ya que no puede comer grasas, no debe cargar y le dan calambres en todo el cuerpo.

Además, debe viajar casi tres horas a la ciudad de Puebla cada tres meses para su revisión médica. Por ello es que en su objetivo de concientizar a la población, invita a que acudan a las unidades de salud para realizarse sus chequeos, con los que se puede evitar llegar a su situación.

“Que se chequen su corazón porque uno no sabe, no está de más sacarse algún estudio del corazón porque siempre es necesario, las arterias se afectan y ya cuando viene uno (al médico) es más grave”, recomienda.


Aurora Tovar Flores es otra paciente que se vio afectada por este tipo de problemas, pues en 2019 tuvo un preinfarto. Relata que parecía un día normal por lo que se dirigía al supermercado, sin embargo, cuando manejaba hacia su destino empezó a sentir que le “aplastaban” el pecho y se le dormía el brazo, no entró en pánico, pero sí se desvió para ir a un hospital donde la atendieron y le informaron de su situación.

Tras esto la dejaron en observación médica y le comentaron que era probable que tuviera un infarto de alto riesgo, sin embargo, no ocurrió, por lo que la dieron de alta con una dosis de medicamentos.

Al pasar alrededor de una semana comenzó a sentir mareos y cansancio, por lo que de nueva cuenta visitó a un doctor, ahí fue cuando tras su antecedente le detectaron arritmia, enfermedad que presenta un ritmo cardíaco anormal. Actualmente tiene control de esta afección gracias al tratamiento que le han recetado.

En este panorama, Soledad Beatriz Villegas González, cardióloga intervencionista del IMSS, y César Mejía Vera, coordinador del servicio de urgencias de la Cruz Roja Puebla, aconsejan que se evite el consumo de tabaco, bebidas energizantes, que se haga ejercicio, se asista a consultas de prevención y se tenga en general un mejor estilo vida.

Finalmente, exhortan a que no se quiera corregir una enfermedad con medicina, sino en todos los hábitos, puesto que es mejor invertir tiempo en mejorar el estilo de vida que perder la vida por alguna enfermedad como esta, que puede provocar la muerte en un instante.

El final de una relación amorosa no deja literalmente un corazón roto, pero si se conjunta con una comorbilidad o una depresión puede desencadenar problemas cardíacos que de no atenderse sí pueden llevar a la muerte. He aquí la importancia de realizar una revisión médica constante y aprender el correcto manejo de las emociones con ayuda de un experto, advierten especialistas.

Este problema no es una situación menor, pues las enfermedades del corazón son la primera causa de muerte en Puebla, según revela el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en las Estadísticas de Defunciones Registradas (EDR) en el país, de enero a junio de 2023. Dicho estudio da a conocer que durante el primer semestre del año pasado 5 mil 522 poblanos y poblanas fallecieron por dichas afecciones.


Las también conocidas como enfermedades cardiovasculares pueden presentarse por tabaquismo, mala alimentación, sedentarismo, el consumo excesivo de alcohol, hipertensión, diabetes, obesidad y antecedentes familiares, pero también por el mal manejo de las emociones, refiere Ivonne Martínez Hernández, psicóloga y docente de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).

En entrevista con El Sol de Puebla, apunta que cuando las personas no saben controlar el estrés emocional ante una pérdida y la soledad, convierten el malestar sentimental en un síntoma físico, en este caso se liberan hormonas que impactan directamente al corazón, con lo que se afecta el funcionamiento de este órgano.


“Se tiende a somatizar la situación psicológica, este estrés emocional intenso es real, libera hormonas en el cuerpo que afectan en un impacto directo al corazón (...) esto va a hacer un daño hacia mi sistema cardiovascular, entonces estos cambios temporales en el corazón por tristeza profunda o por depresión también afectan el funcionamiento. Si no tengo una salud adecuada, si no cuido mi salud, puede conllevar situaciones que desencadenan problemas cardíacos”, declara.

Expone que en la actualidad, a través de las redes sociales, se imponen los diferentes comportamientos que supuestamente deben tener los seres humanos para las celebraciones como la Navidad y el Día del Amor y la Amistad, en donde se exige que la gente cuente con pareja o conviva con sus seres queridos, por lo que esto es otro causante de un problema emocional, como la depresión, para quien no cumple estos estándares.

Incluso en estas fechas se estima que aumentan 70 por ciento los casos de este trastorno mental caracterizado por tristeza y un bajo estado de ánimo, lo cual también repercute en el número de casos atendidos en el sistema de urgencias de los servicios de salud públicos y privados.

La sociedad me exige que el 14 de febrero yo tengo que estar con pareja, debo convivir con mi pareja, es un deber, si yo no lo cubro se puede suscitar ese estrés emocional que lleva a tristeza, a no funcionar adecuadamente en el trabajo, en la familia, en la sociedad (...) a somatizar la situación, es decir, pasar de lo psicológico a la físico con dolores de cabeza, taquicardia, cansancio, fatiga extrema y depresión”, subraya la especialista.

Esta es una situación que merece toda la importancia y difusión, señala Andrea Romero Ordóñez, cardióloga egresada de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), quien asegura que faltan esfuerzos por concientizar a la gente sobre este tipo de afecciones, que pueden acabar con la vida de una persona en “un dos por tres”.


Infografía: El Sol de Puebla



Asevera que la enfermedad cardíaca más común es la coronaria, la cual se produce cuando las arterias que llevan sangre al músculo del corazón se endurecen y estrechan debido a la acumulación de grasa, colesterol y otras sustancias. Ésta muchas veces deriva en un infarto.

Otras afecciones pueden ser la insuficiencia cardíaca congestiva (no se puede bombear sangre), arritmia (latidos anormales del corazón), la enfermedad cardíaca congénita (que se presente al nacer) y la endocarditis (inflamación de la capa interna del corazón).

Para la enfermedad coronaria, que es la más usual, se pueden presentar síntomas como sudoración fría, dolor en el pecho, acidez estomacal, entre otros signos de alarma, los que mayormente se pasan por alto, indica Romero Ordóñez. La especialista agrega que hay pacientes que pueden continuar con sus actividades normales, pese a tener dolencias, pero de no atenderse pueden llegar a tener un infarto y perecer.

“Hay gente que cuando tiene un infarto no se da cuenta, a veces tienen un umbral del dolor muy alto y por eso aguantan, pero hay quienes se automedican y el malestar se le va por un momento; sin embargo, cuando regresa, a veces ya es fulminante”, afirma.


Comorbilidades, factores para ser más vulnerable

Por separado, César Mejía Vera, coordinador del servicio de urgencias de la Cruz Roja delegación Puebla, menciona que sobrepeso, sedentarismo, obesidad, triglicéridos altos, colesterol, hipertensión y diabetes condicionan la vulnerabilidad para presentar alguna enfermedad del corazón, la más frecuente son las arterias tapadas que llevan a un infarto al miocardio.

Advierte que cuando un vaso sanguíneo se tapa se tiene que realizar un cateterismo cardiaco, en el que a través de un proceso en la sala de hemodinamia se lleva a cabo “el destape”, es decir, que se liberan las arterias tapadas.

Destaca que existe una alta incidencia de infartos agudos al miocardio, que se presentan en la situación antes referida, ya que el corazón no bombea adecuadamente la sangre y por ende no llega a todas las cavidades de este órgano.

En ese sentido, expone que al ocurrir esto, los latidos no tienen la misma fuerza que la frecuencia, lo que ocasiona síntomas como dolor, falta de aire y sudoración fría, lo que representa el cuadro muy básico.

“Hay que tener precaución, estos casos específicos a veces se pasan por alto y lamentablemente conozco infinidad de casos que llegan con el médico, se le receta medicamento, pero vuelven a presentar la sintomatología y llegan a urgencias, a veces se desmayan frente a la puerta”, subraya.

Pacientes llegan para una intervención

Soledad Beatriz Villegas González, cardióloga intervencionista y jefa de división de Cardio-Neumo y Cirugía de Corazón de la Unidad Médica de Alta Especialidad, Lic. Manuel Ávila Camacho, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Puebla, señala que al mes se reciben en promedio 300 pacientes con enfermedades del corazón, de los cuales al menos la mitad acude por primera vez en busca de un diagnóstico, el cual en su mayoría no es favorable.


Exhorta que si se presentan angina de pecho, falta de aire, entre los otros síntomas abordados anteriormente, el paciente debe acudir de inmediato a un médico y mencionar todos los malestares para que le realicen un electrocardiograma, puesto que atenderse en ese momento es cuestión de “vida o muerte”. Añade que este punto es importante, puesto que al menos el 30 por ciento de los enfermos no presentan signos de alerta, por ello es que se requiere una revisión médica constante.

“Si siento algo, eso no es para que diga ‘mañana voy al médico’, no, eso se tiene que atender de manera inmediata (...) se debe de acudir a una atención inmediata, ya sea derechohabiente o en la unidad de servicio que le corresponda”, indica.

Debido a la incidencia de infartos es que en las unidades especializadas del IMSS se cuenta con el “Código Infarto y Código Cerebro”, que son dos programas importantes con mayor repercusión en la atención del paciente. En estos casos hay una fuerte comunicación con los médicos encargados de atender al doliente para asegurar su vida, pues en cuestión de segundos se decide la forma de ayudarlo.

Villegas González apunta que en México y Puebla las enfermedades del corazón siguen como la principal causa de muerte en personas mayores de 45 años, ya que no existe la cultura de acudir a una revisión médica de forma periódica.

“Voy a vigilar mi presión y voy a vigilar mi azúcar, a lo mejor ya en una cierta edad debo hacerme pruebas diagnósticas de cómo funciona mi insulina (...) Entonces eso ya es invertir en nosotros, es preocuparse por nosotros y de ahí nuestros hijos. Sirve para prolongar la vida en un momento dado”, enfatiza.

Pacientes viven con muchos cuidados

Genaro Guerrero Ayala, de 60 años de edad, es originario del municipio de Chietla y fue hace seis años cuando le diagnosticaron un mixoma (tumor) en el corazón. Él comparte que desde entonces su vida cambió por completo, pues no puede cargar más de 20 kilos y dejó de trabajar debido a su condición.

“Empecé a los 54 años, al principio mi cuerpo empezaba a sudar, era un sudor frío, mi temperamento de mi cuerpo también era helado, hasta me decían que estaba muerto, iba yo al Seguro, pero nunca me dijeron lo que tenía, al pasar unos meses empecé con la falta de aire al respirar, me ponía mal, fue cuando caí al seguro. Me hicieron estudios (...) se dieron cuenta de que tenía yo un mixoma gigante”, expone.

Relata que a sus 54 años de edad tuvo que acudir al médico de forma urgente, puesto que presentó síntomas como sudor frío y dificultad para respirar, por lo que al visitar al médico le hicieron un electrocardiograma, el cual arrojó el diagnóstico: tenía un tumor en el corazón.

Fue a los pocos meses que lo intervinieron quirúrgicamente para colocarle una válvula artificial con una duración de 10 años, y aunque todo salió bien, sus hábitos de vida cambiaron, ya que no puede comer grasas, no debe cargar y le dan calambres en todo el cuerpo.

Además, debe viajar casi tres horas a la ciudad de Puebla cada tres meses para su revisión médica. Por ello es que en su objetivo de concientizar a la población, invita a que acudan a las unidades de salud para realizarse sus chequeos, con los que se puede evitar llegar a su situación.

“Que se chequen su corazón porque uno no sabe, no está de más sacarse algún estudio del corazón porque siempre es necesario, las arterias se afectan y ya cuando viene uno (al médico) es más grave”, recomienda.


Aurora Tovar Flores es otra paciente que se vio afectada por este tipo de problemas, pues en 2019 tuvo un preinfarto. Relata que parecía un día normal por lo que se dirigía al supermercado, sin embargo, cuando manejaba hacia su destino empezó a sentir que le “aplastaban” el pecho y se le dormía el brazo, no entró en pánico, pero sí se desvió para ir a un hospital donde la atendieron y le informaron de su situación.

Tras esto la dejaron en observación médica y le comentaron que era probable que tuviera un infarto de alto riesgo, sin embargo, no ocurrió, por lo que la dieron de alta con una dosis de medicamentos.

Al pasar alrededor de una semana comenzó a sentir mareos y cansancio, por lo que de nueva cuenta visitó a un doctor, ahí fue cuando tras su antecedente le detectaron arritmia, enfermedad que presenta un ritmo cardíaco anormal. Actualmente tiene control de esta afección gracias al tratamiento que le han recetado.

En este panorama, Soledad Beatriz Villegas González, cardióloga intervencionista del IMSS, y César Mejía Vera, coordinador del servicio de urgencias de la Cruz Roja Puebla, aconsejan que se evite el consumo de tabaco, bebidas energizantes, que se haga ejercicio, se asista a consultas de prevención y se tenga en general un mejor estilo vida.

Finalmente, exhortan a que no se quiera corregir una enfermedad con medicina, sino en todos los hábitos, puesto que es mejor invertir tiempo en mejorar el estilo de vida que perder la vida por alguna enfermedad como esta, que puede provocar la muerte en un instante.

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