“Que no se queden con la primera opinión médica que reciban, a veces eso influye en vivir o morir”, refieren las mujeres sobrevivientes al cáncer de mama, quienes advierten sobre la importancia de la detección temprana una vez que se nota una irregularidad en los senos, como hundimientos, bultos, dolor y otro tipo de coloración. Cuando eso suceda, subrayan, hay que acudir a un médico especialista para salvar la vida. En tanto, los expertos exhortan al desarrollo de la cultura de prevención, pues comentan que muchas veces las pacientes llegan con la enfermedad en una etapa ya avanzada.
A propósito del Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, que se conmemora este 19 de octubre, y de acuerdo con la Secretaría de Salud estatal, en lo que va del 2023 se han detectado 123 casos nuevos de cáncer de mama, además de que hay mil 137 pacientes en tratamiento oncológico, de ellas, 162 están en radioterapia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que esta enfermedad se produce porque las células de la mama sufren alteraciones, se multiplican sin control y forman tumores que, de no tratarse, pueden propagarse por todo el cuerpo y causar la muerte.
La falta de prevención es uno de los factores que más afecta a las integrantes del sexo femenino, señala la titular de la Secretaría de Salud en Puebla, Araceli Soria Córdoba, quien añade que se debe a que las mujeres se dedican a cuidar de la familia, el trabajo y hasta de las tareas del hogar, pero dejan al último su salud, por lo que acuden al médico hasta que tienen malestares y a veces ya no se puede hacer mucho para salvarlas.
Recalca que en este sector poblacional se requiere concientizar el autocuidado, puesto que aún existe miedo al tocarse, explorarse y conocerse así mismas, por lo que esto debe acabar, ya que lo que pareciera insignificante realmente es un paso importante para detectar a tiempo el cáncer de mama y no perecer a causa de este.
“Aquí es mucho la cuestión del autocuidado de la salud, creo que es cultura, es educacional. La mujer por lo regular no se cuida, se preocupa más por la estabilidad de la familia, del hogar, cuidar de los hijos, cuidar del esposo, de la mamá o el papá y hasta el último nos dejamos; ya vamos (al médico) cuando realmente ya nos sentimos mal. No prevemos (...) no estamos con esa cultura de que cada año tenemos que hacernos un examen médico”, resalta.
Enferman a una edad más temprana que en el pasado
Mercedes Paola Dehesa Isidoro, médico geriatra y docente de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), detalla que el género, la genética respecto a antecedentes familiares, la menopausia tardía, la menstruación precoz, la exposición continua a radiaciones, el alcoholismo, tabaquismo y ahora no tener hijos son las principales causas para tener cáncer de mama.
“Las actividades en la mujer han cambiado, la prioridad de tener un bebé se va aplazando y entonces van apareciendo otros proyectos y simplemente la parte económica, ya tener un hijo es de pensarse porque ya no es fácil”, menciona.
Destaca que uno de los puntos antes enlistados, como no tener hijos, se ha vuelto un tema de preocupación, ya que las nuevas generaciones buscan el crecimiento profesional, las experiencias y no tienen arraigada la idea de sentirse plenas solo por formar una familia, lo que si bien es un acto de felicidad, puede convertirse en una afectación.
Aunado a ello, la ingesta de anticonceptivos por más de cinco años desencadena un descontrol en las hormonas de las mujeres, lo que influye en ser pacientes oncológicas, al igual que la reducción del tiempo de lactancia, debido a que cuando la madre amamanta, el succionamiento del bebé produce una regulación hormonal.
“Ha cambiado nuestra vida, ya no es tanto en movimiento, ya no estamos en el hogar, estamos en empresas, instituciones y eso nos lleva a tener la decisión de consumir más anticonceptivos (...) ahora el otro reto es, para quienes ya se convierten en madres, que no pueden dar seno materno y deciden darle una lactancia diferente su hijo o hija, pero esto también es un factor de riesgo”, informa.
Arianna Vidrio Salazar, especialista en ginecobstetricia del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), añade que el tiempo ideal para la lactancia, de acuerdo con la OMS, es de los 0 a 2 años y exclusivamente dar de comer al bebé con leche materna es de los 0 a 6 meses. Con esto no solo se hace un ajuste benéfico de hormonas, sino también en el peso de la madre, lo que resulta beneficioso.
Incluye que los tratamientos de fertilidad, de la misma manera, interfieren en la incidencia de cáncer de mama, pues son hormonales y generan desajustes.
En ese sentido, expresa que en la actualidad hay pacientes menores de 30 años, cuando tiempo atrás lo común era a partir de 50 años, pero esto se debe al cambio en los hábitos.
“Yo creo que es muy respetable la decisión de cada persona en cuanto a decidir si quiere tener o no familia, pero si hablamos de números fríos, la verdad es que es un factor de riesgo no tener hijos y también no amamantarlos; (por no hacer esto se) puede desarrollar cáncer de mama”, declara.
María, diagnosticada con cáncer de mama a los 35 años
María del Pilar Olguín Tenorio es una sobreviviente al cáncer de mama. Ella fue diagnosticada a los 35 años de edad. Tras 11 años de salir de la enfermedad, relata que fue bendecida, pues durante todo su proceso de tratamiento siempre estuvo presente su familia y amigos.
Relata que en el 2011 al explorarse el busto se encontró una protuberancia pequeña, además de que notó que tenía una secreción en el pezón. No dudó en visitar al médico, sin embargo, desde que el doctor vio su edad le dijo que no era probable que tuviera cáncer, aun así, la mandó a hacer un ultrasonido, donde no se pudo descubrir la anomalía en uno de sus senos y solo le recetaron antiinflamatorios por un año.
Antes de que se cumpliera dicho plazo, María observó que la secreción se había vuelto verdosa y que tenía otra “bolita” en la mama, pero era más grande, por lo que acudió al seguro social, donde de inmediato la diagnosticaron y realizaron una mastectomía.
“Precisamente por mi edad, 35 años, me dijeron que sí estaba raro este tipo de cáncer en mi persona, de hecho el oncólogo me dijo ´te sacaste la lotería porque te tocó el cáncer más maldito’, pero afortunadamente me dieron la mejor atención, nunca me faltó ningún medicamento, las quimioterapias siempre fueron completas y pues aquí estamos”, expone.
Platica que el factor de riesgo que le informó el doctor en ese entonces fue que amamantó poco tiempo y haber pasado por dos tratamientos para poder quedar embarazada, por ello, aunque no tenía antecedentes de cáncer, se sumó a la cifra de pacientes por esta enfermedad.
Cuando pensó que había acabado la pesadilla vino un nuevo diagnóstico, la enfermedad había hecho metástasis y tenía cáncer de ovario, un tiempo después le detectaron cáncer de pulmón. Fueron ocho años lo que le tomó a María ser dada de alta y poder decir “vencí al cáncer”.
“Para poder vencer el cáncer hay que siempre tener una actitud positiva, no estar pensando en que se van a morir o en lo que viene, yo siempre dije cuando me quitaron la mamá que el cáncer ya había salido de mi cuerpo. Me acaban de dar de alta en el 2019, duré ocho años para poder salir adelante”, narra.
La enfermedad la impulsó a estudiar una licenciatura
Otra gran luchadora contra esta enfermedad es María del Rosario López Macias, de 60 años de edad, quien en el 2019 acudió al médico debido a que vio su pezón hundido, sin embargo, le dijeron que no tenía nada, pero al indicar que su seno no era así, la mandaron a realizarse una mastografía donde apareció que sí tenía dicha enfermedad.
Alude que su diagnóstico fue temprano, pues aunque no la han dado de alta, no ha presentado metástasis o alguna otra alteración en su organismo, por lo que invita a que las mujeres tomen en cuenta la prevención.
“En mi caso fue observarme, yo vi que tenía un pezón hundido, me hice los estudios y salió que no había nada, pero ya cuando fui al médico yo le dije ‘sabes que en los estudios sale que todo está bien, pero yo no estaba así, yo veo que sí hay un cambio’, había algo raro”, recuerda.
Cuenta que en su familia materna cuatro integrantes tienen cáncer de mama, mientras que una ya falleció por esa causa. Aun con sus antecedentes, nunca imaginó que tendría dicha enfermedad y aunque aún no la dan de alta, externa que ha sido una experiencia dura, pero que la ha impulsado a ser una mejor persona, pues se animó a cursar la licenciatura en administración de empresas.
“Esta cicatriz que yo tengo, cuando me veo al espejo, digo ‘es la lucha por la vida, es como un símbolo de que soy vencedora’. Ahorita me siento satisfecha conmigo misma, pude pasar todos los retos que la vida me ha puesto y he podido salir adelante, puedo compartir y decir que sí se puede. No es fácil, pero sí se puede, yo pude, yo creo que también todas podemos”, afirma con entusiasmo.
Sobrevivientes crean organización de ayuda
María y Mercedes pertenecen al Grupo Reto Puebla, una organización sin fines de lucro fundada en el Instituto Nacional de Cancerología, la cual está integrada por sobrevivientes de cáncer de mama que se encargan de ayudar a las mujeres que atraviesan por esta enfermedad. Actualmente llevan 25 años en el estado y tienen presencia en San Andrés Cholula, Tecamachalco, Tehuacán y Puebla capital.
María del Pilar Olguín Tenorio no solo es superviviente, sino también la presidenta de Grupo Reto Puebla, ella da a conocer que se encargan de apoyar a las pacientes oncológicas, darles información y ofrecerles compañía. Las dolientes, al ver la alegría y empatía de las voluntarias, se inspiran en no dejarse vencer.
“Cuando ya son operadas les entregamos algo que se llama la bolsa de recuperación, en la que tienen un folleto informativo que habla sobre todos los aspectos psicológicos que van a vivir, les explicamos que van a tener que platicar lo que sienten, que deben permitir que les ayuden y que se acepten. Les enseñamos cómo cuidar su brazo, porque cuando te hacen la cirugía a veces te extirpan mucha piel y entonces se pega la axila y el brazo, igual les decimos que en cuanto te retiran los puntos debe haber ejercicio de movilidad”, detalla.
También les regalan una prótesis de algodón hipoalergénico, que pueden utilizar los primeros dos meses después de la operación, que ayuda a que no se peguen los puntos con la venda y así el momento de las curaciones no sea un proceso doloroso. Se les entrega un cojín en forma de corazón que permite que se descansen del lado en que fueron intervenidas quirúrgicamente y una pelota para hacer ejercicios manuales.
Después de dos meses pueden adquirir su prótesis de peso, hecha con semilla de mijo y tela, la cual cumple la función de preservar la columna alineada y llenar el pequeño espacio que ha quedado en su cuerpo. Esta tiene un costo de 100 pesos, de recuperación, pero se regalan a quienes no tienen recursos. Al año entregan aproximadamente 720, que más que un número significa una sonrisa y aceptación en las mujeres.
“A veces los doctores tienen muy poco tiempo para explicar todo lo que nosotras hacemos en este grupo, entonces muy pocas saben que tienen que utilizar una prótesis para equilibrar el cuerpo, de hecho recibimos señoras que tienen entre 10 y 15 años operadas y no sabían eso. Desafortunadamente a veces estas pacientes ya son candidatas a una operación de columna, porque ya la tiene muy desviada”, señala.
Cuenta que tienen un banco de pelucas que prestan a quienes las requieren por unos días o ayudan a conseguir quien les compre una, pues cuestan alrededor de 3 mil pesos.
Parte de sus actividades es asistir a hospitales a animar a las mujeres con cáncer de mama, pero también acudir a empresas o escuelas, donde imparten pláticas de cómo cuidarse y prevenir el cáncer de mama.
Olguín Tenorio coincide en que cada vez más las mujeres menores de 30 años son las que se diagnostican con cáncer de mama, pues hace un par de años acudió una chica de 23 años, a quien le hicieron una mastectomía doble, es decir, le retiraron ambos senos. Asevera que no es un caso aislado, debido a que en este último año han recibido a pacientes de entre 25 a 35 años, lo que expresa es preocupante.
Mortalidad a la baja
En los últimos tres años los decesos han permanecido en el rango de los 300 casos, según las cifras del INEGI; en 2020 fueron 338; en 2021, 304, y en 2022, 318. En este último corte, dos fallecimientos fueron en mujeres de 25 a 29 años de edad, el restante tenía entre 30 y 85 años. Ante esto, la secretaria de Salud Araceli Soria Córdoba asegura que las muertes irán a la baja, pues esa es la tendencia.
Comenta que el estado tiene una tasa de mortalidad de 13.70 por cada 100 mil mujeres de 20 años en adelante, lo que la posiciona entre los 10 estados con menos defunciones por esta enfermedad. Adelanta que este panorama puede mejorar, si es que las integrantes del sexo femenino no hacen caso omiso a explorarse y prevenir el cáncer de mama.
Recomienda que a partir de los 20 años se lleve a cabo la autoexploración de las mamas después de siete días de haber menstruado, de 30 a 39 años se realicen un ultrasonido cada año y de 40 años a 69 años se practiquen una mastografía anualmente con el fin de hacer una detección temprana.
Actualmente, la dependencia que encabeza efectúa campañas de prevención, sin embargo, expone que pese a estas, si no hay voluntad de las poblanas para cuidarse, los esfuerzos no rendirán buenos resultados.
“Tenemos el programa detección de cáncer de mama, es muy importante que las mujeres tengan conciencia y sensibilización sobre la importancia de hacerse una detección temprana (...) hay que reforzar las campañas, yo creo que no nada más este mes porque es el día conmemorativo, creo que todos los meses y todo el tiempo tenemos que hacer conciencia y promoción del autocuidado de la salud. No hablo nada más de cáncer de mama, hablamos de la obesidad, de tantas enfermedades que podemos evitar”, remarca.
Finalmente, la geriatra Mercedes Dehesa Isidoro aconseja a las mujeres sanas que cuiden su dieta, eviten el exceso de alcohol y tabaco, hagan ejercicio y acudan a revisiones médicas, así como que no se dejen engañar por tratamientos herbolarios, pues la visita a un médico es lo más confiable y efectivo que pueden hacer.