La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) solventó las observaciones de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y evitó la revisión de la cuenta pública 2018, según consta en la tercera entrega del informe de fiscalización publicado el jueves.
El reporte señala que en 2019 el órgano fiscalizador detectó un probable daño patrimonial de 98.9 millones de pesos en la universidad, sin embargo acreditó el destino del recurso.
En el ejercicio fiscal de 2018, la BUAP recibió 4 mil 146 millones 718.3 mil pesos del fondo de Subsidios para Organismos Descentralizados Estatales del gobierno federal y de estos se auditó el 82.7 por ciento, es decir, 3 mil 429 millones 805.7 mil pesos, sin que se detectara alguna anomalía al término de la evaluación.
“La BUAP dispone de un adecuado sistema de control interno que le permita identificar y atender los riesgos que limitan el cumplimiento de los objetivos de los subsidios”, resolvió.
La Auditoría Superior de la Federación analizó el control interno instrumentado por la máxima casa de estudios de Puebla a los recursos de los subsidios, aplicó un cuestionario y evaluó la documentación comprobatoria con la finalidad de contribuir proactiva y constructivamente a la mejora continua de los sistemas de control interno.
Después de revisar las evidencias y respuestas, los resultados más relevantes de la evaluación arrojaron fortalezas y debilidades en la gestión.
Entre las fortalezas destacan que la BUAP contó con normas generales en materia de control interno, estableció formalmente lineamientos de códigos de conducta y ética para todo el personal, que fueron difundidos por medio de capacitación y página de internet.
También formuló cartas compromiso y un cuestionario de evaluación del conocimiento de los lineamientos del código de ética y conducta para su formal aceptación.
Instituyó un procedimiento para vigilar, detectar, investigar y documentar las posibles violaciones a los valores éticos y a las normas de conducta mediante la defensoría de los derechos universitarios.
Cuenta con medios para recibir denuncias de posibles violaciones a los valores éticos y a las normas de conducta contrarias a lo establecido por la Contraloría Interna. Además, informó al rector Alfonso Esparza Ortiz y al secretario técnico del Consejo Universitario de la BUAP de las actividades y la atención de las investigaciones de las quejas.
LAS DEBILIDADES
La ASF encontró que aunque la BUAP cuenta con un plan de desarrollo institucional en el que se establecen los objetivos y metas que permitan presupuestar, distribuir y asignar los recursos del subsidio, indicadores a evaluar, metas a alcanzar y parámetros determinados de cumplimiento, la situación de riesgos y su atención no es informada a alguna instancia.
En cuanto a las actividades de control, la institución educativa no proporcionó evidencia de contar con un programa formalmente implantado para el fortalecimiento de los procesos del control interno, con base en los resultados de las evaluaciones de riesgos.
RECHAZA REVISIÓN DE LA ASE
A nivel local, la BUAP se negó a la revisión preventiva de la Auditoría Superior del Estado (ASE), al considerar que la medida es inconstitucional y carece de facultades para fiscalizar los recursos públicos federales, por lo que en respuesta el gobierno de Miguel Barbosa propuso al Congreso del Estado crear un Órgano Interno de Control en la universidad para revisar los recursos públicos, lo que ha sido interpretado como un golpe a la autonomía.