Un total de 239 clausuras o sanciones en mercados y la Central de Abasto se han aplicado en lo que va de la actual administración municipal, por diversas irregularidades como la venta de alcohol o de pirotecnia, informó la Unidad de Normatividad Comercial, del Ayuntamiento de Puebla.
La dependencia que dirige Enrique Guevara Montiel detalló que durante el año pasado realizó 203 clausuras, por venta de alcohol sin los permisos correspondientes y derivadas de los operativos de inhibición de venta de pirotecnia, realizados con la Dirección de Mercados, Protección Civil y la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
En tanto que, del 1 de enero al 16 de abril del presente año fueron 31 las clausuras o sanciones impuestas, ya sea desprendidas de quejas, solicitudes por oficio y venta de alcohol de forma irregular.
Las cinco clausuras restantes se realizaron entre el 15 de octubre y el 31 de diciembre de 2021, durante los primeros días de la actual administración y en todos los casos fueron a causa de la venta ilícita de bebidas alcohólicas.
Respecto a los mercados de la ciudad en donde se ha detectado la venta irregular de bebidas embriagantes, la unidad de normatividad destacó que son los de Xonacatepec, Morelos, Independencia y Zapata.
De acuerdo con la dependencia, han sido 87 los recorridos realizados en los diversos centros de abasto, 61 notificaciones para evitar actos irregulares y también se han efectuado 975 convenios para regularizar la ocupación de espacios municipales.
Cabe mencionar que de acuerdo con el Código Reglamentario Municipal (COREMUN), la venta irregular de bebidas alcohólicas se sanciona con multas que van de las 100 a las 500 Unidades de Medida y Actualización (UMAS), es decir de los 10 mil 354 y hasta los 51 mil 870 pesos.
Recientemente, el director de mercados, Julio César González Valencia, dio a conocer que la mayoría de las sanciones aplicadas por la venta irregular de alcohol han sido hacia los propios locatarios de los mercados, debido a que incumplen con los permisos que tienen autorizados.
Señaló que lo que ocurre regularmente es que quienes tienen autorización para vender alimentos con cerveza en botella abierta terminan por ofrecer otros productos como las micheladas, o bien, terminan por comercializar bebidas alcohólicas en mayor proporción que la comida.