Sus padres se salvan de terremoto, engrillado de Atlixco dedica penitencia

Espinas, pesadas cadenas y túnica negra lo acompañan

Miguel Ángel Domínguez

  · viernes 30 de marzo de 2018

El de hoy Viernes Santo será el quinto año consecutivo cumpliendo la manda de entregarse física y espiritualmente a Dios. Las espinas, las pesadas cadenas y la túnica negra están listas para acompañarlo.

Pero en esta ocasión, a diferencia de los cuatro restantes, el agradecimiento será distinto: “literalmente el temblor del pasado 19 de septiembre nos movió el tapete. Y el poder contar que mis padres están vivos prácticamente de milagro, es un motivo para sacrificarse físicamente con más ánimo”, compartió.

En efecto, aquel martes Jorge estaba trabajando en el Estado de México en un gigantesco centro comercial. Llegó el sismo y con éste el ansia, la intranquilidad y desde luego la zozobra.

“Mis papás, de 67 y 69 años cada uno, viven solos en el centro de Atlixco. Y en una vecindad, quizá no vieja, pero con falta de mantenimiento de la calle 6 Oriente, un espacio ampliamente dañado por el movimiento telúrico al grado de derrumbarse ahí casi cuadra y media”.

Fueron, dijo, “cinco horas de verdadero sufrimiento porque no sabía qué había pasado con ellos. Lejos y sin posibilidad de llamarles, fue un tormento. Sobre todo por el tema de la condición estructural de la casa”.

Afortunadamente los padres de este atlixquense lograron salir del inmueble a tiempo.

Ya por la noche de ese 19 de septiembre, y de regreso a Atlixco, el tormento terminó pero resultó necesario dejar por varias semanas la vivienda y trasladarse con familiares. “Quizá en 15 días estaremos de regreso. Pero el susto y el miedo nadie no los quita”.

Por ese motivo, confirmó, por la protección divina de Dios en el temblor para con sus padres, “este año dedicaré mi camino como engrillado a darle las gracias por salvarlos. Y será con mucho gusto”.