La temporada de incendios forestales del presente año en Puebla finalizó con la incineración de 18 mil 405 hectáreas de bosque, lo que representó un incremento de 52.5 por ciento, en comparación con lo reportado en 2023 por la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
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Al comparar los daños que dejó el fuego se pudo observar que la cantidad de hectáreas de arbolado adulto incendiadas prácticamente fueron 43.1 por ciento más altas que el año pasado, al pasar de 238.5 a 553.33 ha, mientras que las de árboles de renuevo aumentaron en un 45 por ciento pasando de 162 a 356.20 ha.
Del mismo modo, se dio a conocer que la superficie de arbustos siniestrados pasó de 4 mil 437 a 8 mil 445 hectáreas, la de hierba de 4 mil 828 a 9 mil 319 hectáreas y la de hojarasca de 3.50 a 15 hectáreas, siendo este último tipo de especie el que reportó mayor incremento en cuanto a afectación por incendios.
Por otra parte, el Concentrado Nacional de Incendios Forestales, emitido por las citadas autoridades federales, con corte al 8 de julio, reveló que la entidad registró 427 siniestros, cifra que es un 18.5 por ciento mayor que en 2023, cuando ocurrieron 348.
Al cierre de la temporada de incendios forestales del año pasado la entidad poblana se posicionó en el séptimo lugar a nivel nacional en número de este tipo de eventos, y quedó fuera de los 10 estados con mayor superficie afectada por las llamas. No obstante, al corte del pasado 8 de julio ocupa el sexto en siniestros y el 14 en extensión dañada.
Incendios provocados dispararon la incidencia
Los incendios provocados fueron la principal causa del aumento de conflagraciones y superficie afectada, consideró Norma Angélica Sandoval Gómez, encargada de despacho de la Secretaría de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial (SMADSOT) en Puebla, quien dijo que hasta 80 por ciento de los eventos fueron generados por la mano del hombre.
En entrevista con El Sol de Puebla, la funcionaria detalló que el aumento en la temperatura que se registró durante los periodos de olas de calor y la tardanza con la que se presentaron las lluvias abonó para que el fuego encontrara condiciones propicias para propagarse, a pesar de la tecnología para detectarlo y la capacidad de combate que tiene el Estado.
Sandoval reconoció que la entidad registra un incremento del 52.5 por ciento en incendios forestales en comparación con el año pasado, sin embargo, sostuvo que todavía no se puede afirmar que está entre los estados con mayor número de eventos o superficie afectada, debido a que en el norte del país todavía no termina la temporada y será hasta noviembre próximo cuando se tenga la estadística oficial en el país.
La funcionaria agregó que este año las regiones del estado más perjudicadas por el fuego fueron la Mixteca y las Sierras Norte y Nororiental.
El fuego también daña el suelo
Norma Sandoval enfatizó que el daño provocado por los incendios no se concentra únicamente en la vegetación o especies consumidas por el fuego, sino en los efectos adversos que sufre el suelo e impiden que las zonas puedan esperar al menos dos años para ser reforestadas.
Al perderse la cobertura vegetal se pierde la firmeza del suelo y eso implica un tiempo de espera para que se recupere la tierra y poder reforestar, pero por otro lado, al perder la cobertura el viento se lleva la tierra y eso hace que, en primera, se pierda físicamente y, en segunda, los árboles y toda la cobertura natural que ayudan a que se filtre el agua, al perderse generan que el agua corra, no se infiltra y ocurren deslaves, expuso.
En este sentido, expresó que a partir de las condiciones que se presentaron este año en materia de incendios forestales es necesario que se fortalezcan las acciones de prevención, sobre todo a nivel municipal, en donde es indispensable la existencia de brigadas para cuidar de los bosques.
Faltan guardabosques en Puebla
Para Gustavo Ariza Salvatori, experto en gestión de riesgos y protección civil, los daños provocados por el fuego pudieron ser menores si en la entidad existieran suficientes personas dedicadas a la labor de guardabosque, es decir, que actúen para prevenir los incendios y no solo para combatirlos.
Lo que vemos son brigadas contra incendios, pero la mayoría de los incendios, hasta un 80 por ciento, son provocados, entonces partiendo de ello se necesita gente que prevenga que ocurran, que cuide que no haya personas iniciándolos,, consideró.
Ariza señaló que buena parte de las conflagraciones inician con quemas controladas para preparar los terrenos agrícolas, de tal manera que se necesitan reforzar las campañas de prevención partiendo de esta realidad.
Finalmente, sentenció que las condiciones del clima que se presentaron este año y que fueron propicias para la propagación de los incendios forestales deben sentar un precedente para que las autoridades ajusten las acciones preventivas en el 2025.
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