“Tía párate”, “Óyeme por favor”, “Tía, por favor, vamos a desayunar a mi casa, corre”, “No me dejes por favor”, eran algunos de los gritos desgarradores con el que recibieron uno de los cuerpos, de seis víctimas, que provocó un alud de lodo que arrasó con una vivienda en la junta auxiliar de Santo Tomás Chautla.
Las familias afectadas quieren mantener en privacidad el acto funerario y han cerrado las puertas de sus viviendas para vivir su luto. El dolor ha cruzado las paredes y de lejos se oyen se escucharon los lamentos: “No me puedes dejar”.
Durante la noche del 10 de julio, las víctimas de la lluvia torrencial habían acudido a comer para festejar la graduación de secundaria del hijo de la familia Gutiérrez Leyva.
El festejo se convirtió en funeral y ahora en la comunidad se escuchan las campanas de la iglesia y también, el perifoneo de algunos pobladores que se han organizado para pedir una colecta económica para entregarlas a las familias.
Las flores, veladores, los rezos e imágenes religiosas como la Virgen de Guadalupe, enmarcan el duelo de la junta auxiliar, que se encuentra a casi una hora de la capital poblana.
Eugenia Leyva Alvarado de 61 años de edad, Antonia Leyva Flores 41, Dulce Rosario Calbarín Merino de 42, y los menores Fátima Muñoz Rodríguez de 9 años de edad, Gaspar Flores Leyva de 6 y Joseline Flores Ibáñez de 4 años, son los nombres de las víctimas.
En Santo Tomas Chautla hay zócalo vacío y la mayoría de vecinos, que guardan silencio ante la tragedia, observan desde sus ventanas, las actividades de Protección Civil y elementos de seguridad.
Fue una tragedia lo que aquí pasó. La familia es gente buena, que no se mete con nadie decía Lucia Navarro.
Víctor Gutiérrez Flores, padre del dueño de la vivienda afectada, señaló que en el momento de la tragedia se encontraban en la iglesia rezando y que cuando llegaron, los familiares de su nuera ya habían perdido la vida.