José Miguel Ángel Mora López, mejor conocido con el apodo de ‘El Ruso’, era un comerciante que se dedicaba a vender papas caseras con su propia salsa secreta, en diferentes puntos de la capital poblana, la gente podía encontrarlo cerca de las escuelas, carreteras o paraderos. Su paso por la ciudad es recordado por muchas personas que solían adquirir sus productos desde muy jóvenes.
Él nació en la junta auxiliar de San Baltazar Campeche, en el año 1950; para sacar a su familia adelante, decidió vender estas frituras en una bicicleta, más tarde logró incluir camiones para repartirlas, hasta que colocó locales para ofrecer sus productos, ampliar su menú y así añadir, nieves, churros, cacahuates, pepinos y jícamas.
Luego de que falleciera, sus hijos se quedaron al frente del negocio, que tiene sucursales a un costado de la Plaza W, Parque España I, y la Noria. Sus últimos días fueron complicados, ya que desarrolló varias enfermedades que fueron deteriorando su salud, incluso le amputaron una pierna. Su familia detalla que él siempre buscó la manera de estar presente en todos lados, como fiestas o graduaciones.
¿POR QUÉ LO APODABAN ‘EL RUSO’?
Él comenta que mientras vendía cerca del Instituto Oriente, los alumnos comenzaron a llamarlo ruso por la forma que tenía el sombrero que ocupaba para cubrirse del sol, tiempo después esto tomó más fuerza porque lo invitaban a jugar futbol y como no recordaban su nombre, usaban su apodo. Algo que luego él utilizaría para bautizar a su negocio.
El señor José Miguel estuvo trabajando por muchos años, hasta que le detectaron diabetes e hipertensión, tras algunas complicaciones tuvieron que amputarle la pierna izquierda, motivo por el que cayó en depresión. Tiempo después sufrió de una trombosis que dañó su habla y mano derecha, generando demencia.
Luego de que lo vieran pidiendo limosna en la calle, en el 2016 un medio local lo entrevistó para conocer su estado, él comentó que sus hijos lo habían sacado de su propia casa porque tenía otra familia, algo que criticó.
En contraste, su familia indicó que eso no era cierto, y que ‘El Ruso’ seguía viviendo con ellos, además comentaron que entre todos se dedicaban a bañarlo, darle de comer y atenderlo en todas sus necesidades básicas, resaltaron que jamás tratarían así a su padre y que se escapaba de su hogar.
Finalmente, luego de vivir pidiendo dinero y comida regalada, murió el 18 de marzo del 2018, por complicaciones médicas, en su despedida sus seres queridos comentaron que su legado continuará para seguir expandiéndose.