SAN NICOLÁS DE LOS RANCHOS, Pue.- Cuerpos humanos pintados endorado, plateado, verde, rojo, azul o negro, ayer marcaron lapresencia de los "tiznados o xinacates”, quienes por otro añomás, merodearon por las calles de la cabecera local de estemunicipio para asustar tanto habitantes como visitantes.
En una tradición anual que ya alcanzó reconocimiento nacional,el pueblo de San Nicolás de los Ranchos celebró su carnaval,donde no sólo danzantes detonaron sus mosquetones, sino tambiénlos “tiznados” hicieron sonar sus cadenas, látigos y hastabieldos, para dar vida a ese festejo.
Aun con la lluvia y un clima frío, desde niños hasta adultoscumplieron con la encomienda heredada por sus abuelos y padres,quienes a temprana edad, los motivaron a pintarse el cuerpo conuna extraña mezcla de aceite y tinta de águila, colocarse unamáscara y llevar una cadena para dar vida a estos peculiarespersonajes.
Usando máscaras en el rostro –algunas con figuras de condóno de personajes de luchadores- así como antifaces y penachos,los “pintados” escondieron sus identidades para actuar con todalibertad en su principal tarea, que fue asustar a cualquier personacon obsequiarle un abrazo, en caso de que ésta se resistía adarles una moneda para cooperar con su “baño de vapor”.
Tras ser entrevistados, varios de ellos dijeron desconocer elorigen de los “tiznados” al coincidir que si se transforman lohacen para divertirse con el temor que llegan a generar entre loshabitantes.
“Mi abuelita me dijo que salimos a la calle para pedir lluviasen apoyo a los cultivos y pues ya es una costumbre de este pueblo yno quiero que se pierda, por eso he salido desde hace cinco años,porque una comunidad sin costumbres no se ve bien”, contóPorfirio Castillo, un joven de 18 años de edad.
En tanto, César Gutiérrez, de 19 años y quien portaba unamáscara de un luchador reconocido en el país, narró parte de suexperiencia como “tiznado”, al decir que es su primera vez yrealmente se sintió emocionado de correr por las calles.
Como las historias de César y Porfirio, se sumaron más de 200pertenecientes a igual número de niños, adolescentes y adultos,quienes ayer no sólo hicieron la maldad de “regalar abrazos deaceite”, sino también bailaron, gritaron, marcharon y mostraronfelicidad al encarnar a estos personajes que cada año, en la fechamarcada, colorean sus cuerpos para formar parte de este gremio, elcual, generalmente, es captado por varios fotógrafosprovenientes de varias zonas de México y otros países.
Cabe hacer mención que familias de San Nicolás de losRanchos tienen diferentes opiniones en torno a la historia de los“pintados, xinacates o tiznados”, la más comentada es que losfundadores optaron por cubrir sus cuerpos de pintura tras carecerde recursos financieros para adquirir los costosos trajes decarnaval y una segunda, está perfilada a que su desfile estáencausado a pedir lluvia para los cultivos.