Los jóvenes adictos al alcohol y a las drogas han generado pánico en la junta auxiliar de San Andrés Azumiatla, que poco a poco va perdiendo su identidad indígena. Las calles son ahora un bar clandestino donde los hombres beben en las banquetas y organizan peleas callejeras debido a “una disputa de identidad en los barrios”.
Son un grupo de cholos que se identifican del resto de la población debido a sus grandes pantalones y gorras vistosas, y que han provocado sentimientos de miedo a los habitantes, quienes prefieren ya no caminar hacia algunas colonias. La mayoría de ellas, sin pavimentación.
“La moda de estos jóvenes” que consumen comúnmente pasta base (PBC) afecta no solo la imagen, sino que aumenta las peleas callejeras y, peor aún, “que algunas familias se sientan orgullosas por saber quién fue el vencedor”:Evaristo Romero Santamaría, presidente auxiliar
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“A veces andan aquí los chavos con su PBC. De los conflictos nos responsabilizan como autoridad, pero es un tema de familia, los padres tienen que ver cómo son sus hijos y con quiénes se juntan, pero ellos, muy orgullosos, dicen: ‘mi hijo es cholo y cabrón porque le pegó a tal persona’. Nosotros, por usos y costumbres, atendemos los conflictos, pero cuando dialogamos con ellos lamentablemente es lo que nos responden”, expuso.
HAY AMENAZAS DE MUERTE
Clara Rojas y Sofía Cacalotl tienen miedo por sus hijos y afirman que el toque de queda ya es una práctica sin decreto. Nadie sale de su casa después de las nueve de la noche y el panorama en la plaza principal está solitario, sin policías ni patrullas que garanticen la vigilancia.
“Ya no hay confianza. Si se va a meter uno hasta el fondo de los barrios, ya no sale vivo. La gente es mal viviente, está armada. Hay una división de barrios por saber quién es el mejor”: Escalona.
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Uno de los puntos más conflictivos es San Nicolás, el cual, según los vecinos, es un punto en el que han llegado a habitar pobladores de los estados del norte, como Sonora, y a los que atribuyen que algunos de sus paisanos anden armados.
Sofía Cacalotl se mantiene en reserva de señalamientos, pero afirma que todas las zonas peligrosas están en el fondo de la comunidad, misma que se ubica a más de una hora del centro de la ciudad de Puebla.
“Aquí ya dejó de ser un lugar seguro. Ya hay puntos donde uno no se mete. Por dichos de la gente se sabe que se crearon bares ilegales, pero nosotros, por miedo, no salimos. No nos metemos con nadie”, señala.
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Para las dos mujeres, tanto el Gobierno del Estado, el municipio y su alcalde auxiliar los han abandonado en seguridad a pesar que, en 2016, fue la principal promesa de campaña de José Antonio Gali como gobernador, cuando fue a hacer campaña para comprometerse, además, por mejorar las condiciones de la comunidad indígena.
QUEJAS POR LA ATENCIÓN DE SALUD
Tras aclarar que mantienen servicios por usos y costumbres como el agua, los vecinos también refirieron que hay una queja constante por los servicios que ofrece el estado en el centro de salud que se ubica en la entrada de la comunidad.
Gregoria Cordero dio su testimonio sobre la atención que ofrecen los servicios públicos en el centro hospitalario, la cual calificó de “prepotente”, además de que carecen de medicamentos y no atienden oportunamente a los pacientes.
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“Vamos con los doctores, pero no nos tratan bien, por ejemplo, en las revisiones jalonean a los pacientes, o (salen con) que no tienen medicinas. Si llegas un minuto tarde ya no te atienden, pero si ellos llegan tarde ya tampoco te quieren atender”
A esto se suma que los programas sociales de vivienda, piso firme, entre otros, se dieron para los familiares tanto del alcalde auxiliar como sus regidores, expresó Cordero.
“Ya por eso no creemos en nadie. Ahorita en campaña nos dicen que van a mejorar las calles, el alumbrado y recursos para salir de pobres, pero todo es mentira”, agregó.
Mejorar las condiciones para sacar a los habitantes de la pobreza, mejorar los servicios y la infraestructura educativa son los retos de más de cinco aspirantes que ahora quieren gobernar.
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Se trata de quienes usan los colores de Morena: Filemón Escalona, Leonardo Rojas Escalona y Celso Gabino Flores Escalona; además de los panistas Pedro Escalona Cobos, Toribio Cobos Sánchez y Raymundo Cordero.
LA GENTE NO VE QUÉ HICIMOS
A unas semanas de que termine su periodo de gobierno, Evaristo Romero Santamaría afirmó que se va tranquilo con el trabajo realizado, aunque “a veces la gente no ve lo que hizo a favor de la junta auxiliar de Azumiatla”.
“A comparación de las administraciones pasadas, nosotros hicimos un poquito más, pero la gente no lo va a ver”, expresó al referir que tanto la federación como el estado otorgaron casi 200 viviendas y pavimentaciones importantes en las vialidades más transitadas, como Cruztitlán.
En cuanto a seguridad, afirmó que tienen a su disposición una patrulla y que siguen pendientes para mejorar las condiciones de pobreza en la junta auxiliar, además de reforzar las costumbres, así como el idioma indígena.