SAN ANDRÉS CHOLULA, Pue.- “Respete el semáforo” es comouna burla para cientos de peatones que tienen que esperar minutos yminutos por una pausa en el tránsito vehicular y luego correr parallegar al otro lado del Bulevar Atlixco, a la altura del Bulevardel Niño Poblano, porque ese semáforo no existe.
Un señalamiento que resalta en el camellón, a escasos metrosde la parada Hospital para el Niño Poblano de la línea 1 de laRed Urbana de Transporte Articulado (RUTA) y justo frente a laSecretaría de Desarrollo Sustentable del Ayuntamiento de SanAndrés Cholula, insta a los automovilistas a respetar las lucesroja y verde para detener y continuar su marcha, pero es inútil,porque nada obliga a los conductores a reducir su velocidad y muchomenos a dar paso a la gente.
Las líneas amarillas que indican el paso peatonal son apenasunas manchas menores en el carril de extremo izquierda y paraquienes van al volante ya son prácticamente imperceptibles.
En consecuencia, los peatones no tienen más alternativa queagruparse y esperar varios minutos sobre las guarniciones e inclusoen ambos carriles confinados de la RUTA, asomando la cabeza paraobservar alguna oportunidad en que disminuya el tránsito vehiculary puedan, literalmente, correr hacia el otro lado.
Así cruzan jóvenes ágiles pero también tienen que hacerloadultos mayores que caminan lento y muy frecuentemente, mamás consus hijos en brazos, en carriolas o en sillas de ruedas, sobre todolas que llevan a sus pequeños enfermos o discapacitados alHospital para el Niño Poblano (HNP).
“Porque la amabilidad poblana no se da mucho entre los autospor aquí”, añadió Gustavo Arroyo, un joven que continuamentehace el mismo camino que ellas.
Curiosamente, a decir de doña Delia Chávez, una mujer mayorcon una lesión en un tobillo y que diario pasa por ahí, las“horas pico” son los momentos en que más rápido y másseguros pueden cruzar la vialidad, ya que por la carga vehicularlos carros sí se detienen y los conductores observan a sualrededor, comprendiendo que hay gente que espera por pasar.
Pero durante el resto del día, reclamó, el peligro es mayor,porque los automovilistas ya no ven más que su camino y conducensólo mirando al frente, “y si lo ven a uno no se paran, es más,hasta como que nos echan el carro”, agregó.
Por si fuera poco, quienes descienden de la RUTA y ocupan elcarril confinado porque no hay otro sitio para esperar el momentode pasar, corren el doble riesgo de ser arrollados por una unidaddel propio sistema de transporte.
En pleno carril confinado, dijo José Omar Conde, el franeleroque acomoda y cuida los autos de quienes llegan a hacer trámites ala Secretaría de Desarrollo Sustentable de San Andrés Cholula, yafue atropellada una mujer, por un motociclista que no pudo librarlamientras circulaba.
“LOS AUTOMOVILISTAS SON MUY GROSEROS”
Omar Conde es la única persona que auxilia a la gente que tieneque cruzar el Bulevar Atlixco, porque con su franela solicita a losconductores que detengan su marcha.
“Pues es que como yo aquí veo que hay gente que quiere pasary no la dejan pasar, pues ya hago yo por ayudarles, pero a veceslos automovilistas son muy groseros, no quieren pararse y luegohasta a uno le dicen de cosas”, expuso.
Especialmente, dijo, ayuda a pasar a las mamás que llevan a sushijos pequeños al hospital y a los adultos mayores, que sonquienes más riesgo corren entre los carros.
Desde hace más de un año que trabaja ahí, expresó, sólodurante la temporada de diciembre hubo un agente de tránsito quecontrolaba el tráfico y daba el paso a los peatones, “veníatemprano, pero ya dejó de venir”, completó.
Sólo un conductor, quien va al volante de una camioneta de latienda de mascotas “Pet Shop”, dijo, es sensible, “ese jovenpasa todos los días por aquí y es el único que se para, paradejar pasar a la gente”, remató.