“Tengo mucho miedo, no quiero dejar de estudiar por el miedo de salir a la calle”, expresó Yahir Cid García, estudiante de 20 años de edad, luego de que el pasado 27 de junio acusó haber sido víctima de abuso de poder e intimidación por parte de policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) del municipio de Puebla.
Tras lo acontecido, él junto con su abuela han evitado salir de su domicilio, pues temen que él sufra alguna represalia por atreverse a denunciar los hechos. “Antes cuando salía de la escuela le pedía que me trajera mi grenetina, mis platos, pero ahora con esto ¿cómo lo voy a mandar? Si su madre me lo dejó encargado”, compartió Cecilia Salinas, abuela de Yahir.
El rector de la Universidad Alva Edison, docentes y compañeros de Yahir se solidarizaron con el joven, ofreciendo su apoyo a él y su abuela tras la difusión de su caso. Él y su abuela viven solos tras la muerte de su madre, y sostienen sus gastos con base en la venta de postres.
“A mí me dolió muchísimo enterarme de lo que le pasó a mi hijo, si hubiera estado ahí no dudaría en defenderlo porque sé que es buen hijo, es un muchacho tranquilo, los vecinos lo conocen, me dolió mucho que lo juzgaran por cómo vestía y afirmaran que era un delincuente”, comentó Cecilia.
Aunque aun no concluyen las investigaciones, tanto de la SSC como de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla (CDH) por el supuesto abuso de poder y la violación a los derechos humanos que sufrió, Yahir acusó haber sufrido también agresiones físicas, pues cuando los policías detuvieron el camión en el que viajaba, supuestamente hicieron uso de una pistola taser (herramienta de autodefensa) para bajarlo del vehículo.
“Uno de mis vecinos, que afortunadamente iba en el camión donde se subieron, vio todo, entonces antes de que me bajaran le pedí que fuera con mi abuela y le explicara, no sabía si iba a poder entrar a la escuela, si alguien iba a hacer algo por mí, estaba seguro que no me llevarían detenido, sería algo peor”, narró Yahir.
Horas de angustia
Cuando Yahir bajó del autobús (y sin que los policías supieran que estudiaba en la universidad) les pidió que dialogaran metros adelante hasta la entrada de la institución, donde decidió forcejear para poder ingresar y pedir ayuda. Después de que intentaran detenerlo a la fuerza y que personal de ahí lograran resguardarlo, él llamó por teléfono a su tío, quien dio aviso a su abuela de lo acontecido.
De inmediato, y tras dar aviso a su abuela, el tío se trasladó a la institución para ayudar a Yahir. Minutos más tarde llegó el vecino (quien se encontraba en el mismo camión) para decirle lo sucedido y que fueran a buscar al alumno.
“Fueron horas de muchísima angustia, como soy diabética traté de calmarme cuando mi hijo me avisó que unos policías lo habían agarrado, no desconfié porque sé que él es bueno, pero no me explicaron, luego llegó mi vecino y más me asusté, solo pude respirar cuando vi a Yahir en casa”, relató Cecilia.
De acuerdo con el testimonio de Yahir, los policías involucrados le quitaron su celular y 400 pesos en efectivo que tenía en la bolsa trasera de su pantalón. La situación ocurrió alrededor de las 13:00 horas y Yahir regresó a su casa casi al anochecer, pues de inmediato acudió ante la Fiscalía General del Estado (FGE) a presentar su denuncia.
La queja quedó registrada con el folio FGEP/CDI/FECC/CORRUPCIONMCN/000401/2023. “Ahí me enfrenté a otro problema, porque me sentí juzgado por como iba vestido, como si fuera un delincuente, como si no fuera la primera vez que piso el lugar”, compartió Yahir, quien acusó que su denuncia quedó registrada en su segundo intento, pues la primera vez fue rechazado.
Ahora, buscan que la investigación siga su curso y se defina alguna sanción en caso de resultar culpables los policías acusados, pues desde el día de la agresión, no ha podido salir a la calle sin tener miedo de volver a ser detenido. “Quiero seguir estudiando”, señaló.
“Recibí muestras de apoyo, pero también muchos comentarios que me lastimaron, me tacharon de limpiaparabrisas, de ratero, no se vale que por tener tatuajes o por la forma de vestir la gente asuma que soy mala persona”, concluyó.
