Triunfan  poblanos en competencia gastronómica internacional

Carolina Vega

  · martes 28 de marzo de 2017

Foto: Julio César Martínez

Los alumnos del Instituto Culinario de México campus Puebla,José Carlos Pérez Lecona y Gerardo Covantes, ganaron el trofeointernacional “Una vita in cucina”, competencia celebrada en elIstituto Superiore Alberghiero, en Italia.

Más de 20 estudiantes de gastronomía de cinco nacionalidadescongregados en 11 equipos afrontaron en Beri, Italia, el desafíode reinventar las recetas del célebre chef Angelo Consoli. Elcertamen internacional, organizado entre el 20 y el 24 de marzo,coronó finalmente a los veinteañeros Pérez Lecona y Covantes,los únicos representantes de México.

“Nosotros presentamos el conejo a la cazadora, utilizando ellomo con el relleno de pan, queso parmesano, ajo, perejil yhuevo”, explicó Pérez Lecona. “Incluimos un puré decalabaza, brócoli, semillas de mostaza con quinoa e hicimos unavinagreta con marsala –un tipo de vino-, vinagre de vino tinto ytomillo. Utilizamos también hígados en conserva, servimoscroqueta de hígado y mahonesa de chiles”.

De Puebla, los jóvenes, que acudieron al certamen acompañadospor el chef Rodrigo Ibáñez, llevaron a Italia chile guajillo,chipotles y flor de Jamaica. “Utilizamos Jamaica porque paranosotros como mexicanos es un agua que bebemos desde muypequeños”, afirmó Covantes.

Con la Jamaica, los estudiantes del Instituto Culinario deMéxico campus Puebla, de séptimo y octavo semestre, crearon unacrema púrpura para colorear su versión de las tradicionalescrepas, servidas en cilindros crujientes.

“Reinterpretamos las crepas, que se llaman dedos de apóstol.Desde el primer momento queríamos desbaratar las famosas crepasporque es un platillo tosco. Lo que hicimos fue reinterpretarlodándole –a la masa- la forma de los dedos-“, añadióCovantes, quien lamentó que, por complicaciones técnicas, nopudieran cocinar camote y tuvieran que conformarse con la calabazacomo guarnición.

No fue la única dificultad que experimentaron los mexicanos enItalia. La falta de ingredientes autóctonos, el idioma y laimpuntualidad fueron obstáculos que finalmente pudieron sorteargracias al sabor de sus platillos. “Es un poquito diferente, lapuntualidad en México, en Estados Unidos, en Suecia es importante,en Italia son bastante más relajados, nos decían que si nosveíamos a las ocho pero no sabíamos si eran a las ocho o a lasocho italianas”, relató entre risas Ibáñez.