La inseguridad y el vandalismo van de la mano en las juntas auxiliares al norte de la capital poblana, en donde no solo esperan un cambio para bien, sino ya no confían en la figura del presiente auxiliar, pues prometen, pero no cumplen.
El Sol de Puebla acudió a las juntas auxiliares de San Miguel Canoa, San Sebastián de Aparicio, La Resurrección y San Pablo Xochimehuacan, en donde los colonos declararon que existen necesidades primordiales como los servicios básicos, además de luminaria y la seguridad, pues hoy día es difícil transitar sin miedo a que sean asaltados.
Sin embargo, aunque un gran número de alcaldes auxiliares ha pasado por el cargo, los desperfectos continúan en su comunidad, lo cual solo les genera descontento con aquellos que han ocupado la presidencia.
De acuerdo con Abraham, quien es colono de San Sebastián de Aparicio, los presidentes auxiliares funcionan a medias, pues quedan a deber a la ciudadanía que votó por ellos, debido a que durante las campañas aseguran que realizarán ciertas acciones, sin embargo, en su gestión no hacen nada.
“Un presidente auxiliar funciona a medias, siempre nos deja que desear su desempeño por todas las cosas que nos prometen durante sus campañas y que a fin de cuentas en su gestión no las llevan a cabo”, dijo.
Indicó que acciones mínimas que se llegan a realizar, son innecesarias o solo benefician a aquellos allegados del presidente, por lo que solo se lucra con ese cargo en lugar de velar por sus vecinos.
De igual forma, en La Resurrección la situación es similar, ya que, quienes compiten aseguran poner más patrullas, cámaras y vigilancia, pero en los tres años de gestión, argumentan que no se puede o que no hay presupuesto, por lo que los colonos señalaron que no deben prometer algo que no se pueda cumplir.
Lupita es una vecina que declaró a esta casa editorial que no hay que ir tan lejos para ver de frente las situaciones en las que se presenta la inseguridad, ya que, al caer la noche, la plaza principal, misma donde se ubica la presidencia auxiliar, se llena de jóvenes drogadictos, quienes se apoderan de este espacio que para su favor no cuenta con luminarias.
A esto se le suma que no hay muchos elementos de seguridad que realicen sus rondines por la demarcación, lo que con lleva a que se registren varios asaltos a la semana, pues por lo menos se contabilizan alrededor de cinco.
Mientras tanto en San Miguel Canoa, los habitantes mencionaron que es difícil saber qué se hace y quiénes son regidores en el gobierno, pues muchas veces cuando los candidatos llegan al poder, solo “cobran, pero no se ven ni sus luces” en la presidencia, lo cual les genera descontento, pues un alcalde auxiliar debería estar en sus oficinas.
No solo les quedan a deber a los ciudadanos, sino que en algunos casos buscan reelegirse o dejar a los parientes cercanos como en San Pablo Xochimehuacan, donde la esposa del actual presidente contiende por el cargo.
Aquí a decir de los vecinos, quienes entran como presidentes auxiliares se ven coludidos con el robo del petróleo o con el narcomenudeo, por lo que consideraron es un lugar peligroso, que aunque se cambie de edil la situación seguirá siendo la misma.
Por ello, es que piden a los futuros presidentes auxiliares que se vea un cambio a favor de la comunidad, pues están hartos del mismo cuento, ya que por más que prometan, ya saben que no se va a lograr nada, pero tienen la ligera esperanza de estar equivocados.