Los rayos del sol en Amsterdam, la capital de Los Países Bajos, anima mucho la esperanza de sus habitantes ante la contingencia sanitaria por Covid-19. Abril los recibe con una nueva estrategia de gobierno que está relacionada con la inmunidad grupal y que permite más libertad para salir a espacios públicos y la próxima semana, el regreso a clases.
El calor de la temporada –que es un gozo reducido para los holandeses– ambienta los paseos de bicicleta, los encuentros de las familias y han pintado estos días como si la gente viviera un día de asueto, describe la poblana Tatiana Urrutia Alcudia, de 36 años.
Después de ver paralizada la ciudad que ha estado arropando desde hace tres años, la joven madre nos narra la situación actual en este país de Europa a la que ha calificado “la nueva normalidad”.
“Hay algo que me movió muchísimo. Venía del supermercado y pasé por un asilo, vi un concierto-Ellos estaban desde el balcón viendo el concierto, es muy duro”, expresa.
Al inicio, todo fue un caos, pero es “impresionante la capacidad de la mente para adaptarse” y en su caso, más cuando se trata de establecer una nueva rutina con sus hijas.
En Holanda hubo una suspensión de la vida social, de las reuniones laborales y el paseo a las calles con los amigos o parientes. A Tatiana lo que más le ha pegado en esta cuarentena es el estar lejos de su familia en Puebla, México.
Asimismo, en este país europeo el confinamiento no fue total, pero las salidas en grupos y los abusos por no respetar la sana distancia representó sanciones superiores a los 150 euros (más de 3 mil 900 pesos mexicanos).
El Museumplein (La plaza de los Museos, en español) y los canales, que son el centro de atracción principal, totalmente solitarios.
“De repente por la noche, damos vuelta por los canales y están vacíos. Son sentimientos encontrados; por un lado, aprecias muchísimo la ciudad por qué ves puntos que nunca había visto vacíos, y de pronto, ves lo lindo que son y lo aprecias, pero cuando te das cuenta de la razón, ves que tan frágiles somos todos y que tenemos que estar en casa y guardar todas las medidas posibles para parar esto (el coronavirus)”, dice Tatiana.
En el ámbito laboral, como Diseñadora Textil, la egresada de la Universidad Iberoamericana, dijo que el proyecto en el que estaba trabajando paró, como lo hicieron la mayoría de las empresas y que el impacto económico en Europa aún sigue siendo una incertidumbre.
“EL CUERPO ES FUERTE”
Ante la unión la Unión Europea, Los Países Bajos podrían dar la imagen como de un sitio muy frío y racional. Pero al vivir aquí te das cuenta que actúan de forma muy digna y humana en el momento que es necesario, añade, Tatiana Urrutia.
Para atender la pandemia por Covid-19, que ha superado los 41 mil habitantes contagiados, se han dado mensajes de concientización de la enfermedad y la solidaridad para proteger a los más vulnerables. Asimismo, hay varios espacios adicionales a los hospitales como hoteles, barcos y gimnasios que han sido habilitados con equipo necesario para los casos que necesiten cuidado intensivo: “están preparados también con pruebas suficientes que se realizan al presentar cualquiera de los síntomas”.
A diferencia de México, el sistema de salud es más estricto, procuran limitar mucho la prescripción de antibióticos y las intervenciones quirúrgicas solo se dan en casos extremos de la caída del paciente, pues en Holanda se apuesta que el cuerpo es fuerte.
“Cuatro de cada 10 partos en Holanda son de casa, el sistema de salud es totalmente diferente a lo conocido en México, se confía en la frase: tu cuerpo es muy fuerte”, cita en un ejemplo Tatiana.
En el tema de Covid-19, informó que familiares de su esposo enfermaron y que, pese a que los malestares respiratorios fueron críticos, no requirieron de hospitalización, además de que lograron salir adelante.
Por eso, dijo que el llamado a los paisanos es mantener la solidaridad, el respeto y la unión familiar: el virus es real y puedes tener diferentes pensamientos sobre él, estás en tu derecho, pero mientras esto es real, primero debe de sentirse un sentido humano y respeto a la vida de los demás.
Tatiana ha leído en los espacios noticiosos de Europa sobre que “la nueva normalidad” abrirá un mejor panorama y que hay esperanza para que a partir de junio se abran más negocios y lugares. Mientras, confía en la responsabilidad social y mantiene la fe en que se encuentre la cura o medicina que reduzca la muerte de personas por coronavirus.