Las unidades habitacionales de la capital poblana, que fueron construidas hace 30 y 50 años, se convirtieron en las zonas de mayor riesgo de colapso ante la llegada de un sismo con la magnitud del ocurrido en 2017. Entre ellas, resaltan La Margarita y Loma Bella.
Lo anterior alertó Enrique García Fuentes, presidente del Comité Directivo del Colegio de Ingenieros Civiles del Estado de Puebla (CICEPAC), quien urgió a las autoridades locales a poner en marcha estrategias de revisión y rehabilitación de estas zonas a fin de evitar desastres.
“Muchas de las fallas tienen que ver con la ausencia de columnas, de castillos y la no actualización de los reglamentos de construcción (…) son edificios que tristemente nos van a dar de qué hablar cuando ocurra un sismo”, advirtió.
Explicó que estas zonas se convirtieron en un foco rojo ante los sismos por su altura, su antigüedad y porque, tras el sismo de 1985, estas construcciones presentaron daños que no se atendieron y que, por el contrario, se agravaron con el siniestro ocurrido en el 2017.
El presidente refirió que todas las construcciones tienen un periodo de vida y con el paso del tiempo van a presentar fallas estructurales, por lo que es importante que dichas unidades se actualicen a las normas de construcción vigente, ya que este riesgo de colapso pone en peligro el patrimonio de todas las personas que ahí habitan.
En este sentido, García Fuentes lamentó que únicamente seis de los 217 municipios que conforman el estado cuentan con un reglamento de construcción, que son la ciudad de Puebla, San Pedro Cholula, San Martín Texmelucan, Huauchinango, Zacatlán y Atlixco.
A su decir, esto agudiza el problema de los riesgos de colapso ante un siniestro, ya que refleja que los actos de prevención están dejándose de lado.
“La mayoría de los municipios no cumplen es importante elevar la calidad de las construcciones, más allá del simulacro debemos revisar que nuestras construcciones sean seguras, que estén bien construidas y tener propuestas de mejora y reforzamiento”, dijo.