Con grietas en pisos, muros y techos, así como daños en los tanques de agua y en las instalaciones hidrosanitarias, es como se encuentran actualmente algunas de las viviendas de La Margarita, Loma Bella, San Bartolo y Agua Santa, las cuales forman parte de las 10 unidades habitacionales de la capital poblana consideradas de alto riesgo, en caso de sismos.
Dichos lugares presentan estos deterioros importantes en su infraestructura, principalmente por su antigüedad y por la falta de mantenimiento y de un plan de reforzamiento estructural, lo cual fue corroborado a través de un recorrido realizado por ese diario.
Fue Enrique García Fuentes, presidente del Colegio de Ingenieros Civiles del Estado de Puebla (Cicepac), quien informó por primera vez que en la entidad poblana había zonas habitacionales vulnerables ante la presencia de terremotos.
Esto debido a que la mayoría se construyeron hace 40 años y por lo tanto carecen de reglamentos de construcción, de mantenimiento e incluso de un proyecto para reforzar sus estructuras.
“En las unidades habitacionales habrá edificios que nos van a dar de qué hablar tristemente, cuando ocurra un evento sísmico. Estas cosas no llaman la atención hasta que tenemos el fenómeno”, expresó García Fuentes.
Posteriormente, la idea fue reforzada y respaldada por Alejandro Muñoz Muratalla, presidente de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), quien detalló que son 10 las zonas que enfrentan esta problemática, las cuales son La Margarita, Loma Bella, San Bartolo, Agua Santa, Bosques de San Sebastián, Rivera Anaya, Amalucan, Misiones de San Francisco, Los Héroes y Villa Frontera.
“Puebla no está preparada para enfrentarse a un sismo y eso ya lo vimos hace unos años. Hoy existen por lo menos 10 unidades habitacionales que necesitan ser revisadas y reforzadas para hacerlas más resistentes”, mencionó.
La Margarita, una las zonas con más deterioros
De las cuatro unidades que visitó El Sol de Puebla, la que presenta más deterioros estructurales es La Margarita, principalmente porque lleva alrededor de 43 años de construida.
En entrevista, Luis Antonio Pérez Peralta, vecino del lugar desde hace 33 años y presidente de la agrupación Fuerza y Unión La Margarita, explicó que desde la fundación de la zona no se le ha dado ningún mantenimiento profundo a los edificios.
Es por ello que con el paso del tiempo, sumado a los constantes sismos ocurridos en años pasados, las viviendas del lugar han reportado daños graves en sus estructuras.
Por ejemplo, muchos departamentos ubicados en edificios de hasta cuatro niveles tienen el piso cuarteado debido a que los azulejos se han abierto y lo mismo sucede con los muros y techos.
“Cuando yo llegué a vivir aquí todavía todo estaba bien, sin embargo hoy nuestra zona tiene casi media vida y ya presenta muchos desperfectos graves (…) Somos unos de los lugares más antiguos de Puebla y por ello, las casas ya presentan grietas por todos lados”, declaró.
Debido a esta situación, muchos vecinos del lugar ya temen por su seguridad debido a que ese tipo de fracturas hacen que el edificio sea más débil y menos resistente ante un sismo.
Tal es el caso de la señora Leticia Soriano Tapia, habitante de La Margarita desde hace 38 años, quien expresó que se la pasa angustiada de saber que vive en un lugar que corre riesgo de derrumbe.
“Siento mucho temor de que se me pueda venir abajo la casa pues presenta muchos deterioros. En mi caso, tengo grandes cuarteaduras en los techos de los dos cuartos y eso me hace pensar que un día se vaya a derrumbar”, indicó.
En Loma Bella, las instalaciones hidrosanitarias han colapsado
En el caso de la Unidad Habitacional Loma Bella, que también tiene más de 40 años desde su fundación, los vecinos no solo conviven diariamente con las grietas en los edificios y departamentos, sino también con unas instalaciones hidrosanitarias que han colapsado por el paso del tiempo.
Sobre esto, María Antonia Morales Castillo relató que muchas tuberías de los edificios, que sirven para el abastecimiento del agua potable, están rotas debido a los terremotos pasados, así como a la falta de mantenimiento.
En su caso, esta situación ha provocado que existan goteras en su departamento que se ubica en uno de los edificios de la zona, lo que ha dañado toda la estructura de su vivienda.
“Recuerdo que en el temblor del 2017 escuchamos cómo tronó toda la tubería y cuando nos dimos cuenta, había mucha agua en el piso y muchas grietas en los techos de los cuartos y cocina. Hemos tratado de arreglarlo, pero al poco tiempo vuelven las goteras”, indicó.
Por su parte, Isabel Amalia López Medina, secretaria del Comité de Administración de la unidad habitacional, quien lleva viviendo 25 años en el lugar, reconoció que la zona ya es antigua y con muchos desperfectos.
Ante esta situación, hizo un llamado a las autoridades pertinentes para que realicen un recorrido de evaluación de todos los inmuebles y les digan si Loma Bella es zona de riesgo o no.
También invitó a todos los vecinos del lugar para que se reúnan, organicen y tomen cartas en el asunto por cuenta propia para darle mantenimiento a sus respectivas viviendas.
“A las autoridades les pedimos que hagan únicamente las revisiones correspondientes, mientras que nosotros podríamos ocuparnos del problema para tener un mejor lugar para vivir. No debemos esperar a que el ayuntamiento nos resuelva todo”, apuntó.
En San Bartolo y Agua Santa, sus tanques de agua caen poco a poco
En las unidades habitacionales de San Bartolo y Agua Santa, que tienen en promedio 35 años de haberse inaugurado, también se presenta la misma situación de las grietas y del colapso en las instalaciones hidrosanitarias, sin embargo, aquí se le suma otra problemática son las fracturas en los tanques de agua que están hechos de cemento y que abastecen del vital líquido a los edificios.
A decir de Sergio Leal Rojas, presidente de la Mesa Directiva de San Bartolo, esta situación mantiene preocupados a todos los habitantes del lugar pues puede ocasionar un accidente.
Lo anterior, debido a que dichos depósitos se ubican en las partes más altas de los edificios y el desprendimiento de los materiales con los que fueron hechos caen constantemente al piso.
“Aquí uno de los problemas más graves son los tanques de agua, pues desde hace 35 años no se les ha dado el mantenimiento necesario. Está claro que el peso, la presión del agua y los temblores han ocasionado que estos se caigan poco a poco”, declaró.
Por la misma situación pasa Jorge Bravo Castañeda, habitante de la Unidad Habitacional Agua Santa. Él mencionó que en esa zona de la capital también los tanques de agua tienen grandes fisuras, las cuales se crearon por el sismo del 2017.
Esta situación lo tiene preocupado, ya que vive justo debajo de un estanque de agua que está por colapsar y podría ocasionar varios hechos lamentables.
“Claro que me siento vulnerable, con miedo a que mi casa o el edificio se colapse por este tema de los tanques. Hace falta mucho mantenimiento porque ya están muy desgastados estos depósitos donde se guarda el agua”, reveló.
De manera particular, todos los entrevistados hicieron un llamado a las autoridades municipales y estatales para que los apoyen con una inspección, supervisión e incluso, una evaluación de cada una de las unidades habitacionales para conocer el estatus actual de los edificios y el proceso a seguir para vivir de manera más tranquila.
Dependencias municipales guardan silencio
Ante la real situación que viven muchas personas en las unidades habitacionales de la capital, esta casa editorial buscó a diversas dependencias municipales como Protección Civil, Secretaría de Infraestructura y a la Secretaría de Gestión y Desarrollo Urbano, con el único fin de conocer las acciones que han llevado a cabo en este tema, o bien, los proyectos que buscan implementar.
Sin embargo, hasta el término de este reportaje nunca dieron una respuesta al respecto, por lo que decidieron guardar silencio a pesar de ser una problemática de su competencia.
No obstante, El Sol de Puebla recurrió a expertos en temas de vivienda y de construcción, para darle a los afectados un panorama más claro sobre qué hacer en este tipo de situaciones.
Gustavo Vargas Constantini, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), aclaró que el mantenimiento preventivo o correctivo de las viviendas es responsabilidad exclusiva de los propietarios.
Sin embargo, pueden solicitar al ayuntamiento de Puebla que se haga cargo de realizar las evaluaciones e inspecciones necesarias para emitir un dictamen certero sobre el estatus actual de los inmuebles.
Lo anterior permitirá darles un panorama más concreto a los habitantes sobre el proceso a seguir en sus respectivas casas, como un mantenimiento o intervención, a fin de prevenir cualquier tipo de incidente.
“En primer lugar debemos entender que los propietarios son responsables de lo que ocurra en su vivienda. No obstante, el ayuntamiento puede ayudar a realizar una valoración a través de Protección Civil para saber las condiciones de las unidades habitacionales y puedan hacer una recomendación”, refirió.
Por su parte, Ariosto Goytortua López, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi), indicó que una manera de alargar la vida útil de una vivienda es realizando mantenimientos constantes.
Sugirió estar al pendiente de aspectos como las impermeabilizaciones, de las revisiones estructurales en techos, muros y pisos, así como de las tuberías de gas y agua.
“El punto también es darle más tiempo de vida a los edificios y esto se logra únicamente con el mantenimiento preventivo. No obstante, tampoco hay que quedarse callados sobre la situación actual por la que atraviesan diversas unidades habitaciones, pues urge que entre todos (habitantes y autoridades) ataquen el problema antes de lamentar algún suceso inesperado”, concluyó.
