Urge regular la calidad del aire en Puebla capital: especialista

Advierten de muertes y enfermedades a causa de los altos niveles de polución atmosférica

Daniel Cruz Cortés | El Sol de Puebla

  · miércoles 30 de marzo de 2022

La ciudad de Puebla ha registrado altos niveles de partículas contaminantes. Foto: José Luis Bravo | El Sol de Puebla

Un marco legal que vigile la calidad de aire en la entidad y verifique a todos los actores contaminantes, desde personas hasta compañías enteras, es lo que Puebla requiere con urgencia. De no avanzar en la materia, las muertes y enfermedades a causa de los altos niveles de polución atmosférica crecerán y poco podrá hacerse en el mediano plazo, advierten especialistas.

Tan sólo en las últimas horas, la ciudad de Puebla ha registrado niveles altos de contaminantes particulados menores a 2.5 micras (PM2.5) y menores a 10 micras (PM10). Esto quiere decir que en la atmósfera metropolitana se concentran elementos microscópicos, que representan un alto riesgo para la salud de la población, principalmente. Regularmente estos se conforman por la combustión de los automóviles, incendios forestales, ceniza volcánica y procesos industriales, principalmente.


Habitantes de zonas aledañas del Río Atoyac urgen atención. Foto: Julio César Martínez | El Sol de Puebla

Lo anterior a raíz de lo detectado en el monitoreo diario que realiza la Secretaría de Medio Ambiente Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial (Smadsot), en cinco puntos de la ciudad. De esta manera, desde la madrugada de ayer martes 29 de marzo, y hasta el cierre de esta edición, la concentración de PM10 en las estaciones de la Universidad Tecnológica de Puebla (UTP), la que está en el Parque de las Ninfas y la colocada en la colonia Agua Santa, han reportado niveles considerados como graves por la misma autoridad.

En ese contexto, de acuerdo con María Eugenia Ibarrarán Viniegra, Doctora en Desarrollo, Medio Ambiente y Territorio por la Universidad de Boston, académica de la Universidad Iberoamericana Puebla, e integrante del Consejo Consultivo para el Desarrollo Sustentable del Gobierno de Puebla, en la entidad se sigue alargando la regulación medioambiental, sobre todo respecto a las contingencias ocasionadas por la mala calidad del aire.

En entrevista con EL SOL DE PUEBLA, aseveró que en estos momentos Puebla tendría que estar adoptando medidas muy similares a las de la Ciudad de México, entidad que entró el día de hoy a la primera fase de contingencia ambiental. Sin embargo, insistió, aunque existe un registro público que nos indica que la concentración de polución es alta, todas las actividades económicas y sociales se siguen desarrollando con normalidad.

Comentó que tener niveles altos de al menos un contaminante, en tan siquiera dos estaciones de monitoreo –tal como ha ocurrido en estas 48 horas–, debería bastar para que la ciudad entré en fase de contingencia ambiental, en la que se reduzca la movilidad de los vehículos, las actividades al aire libre e incluso, los procesos industriales.

Por ello, lamentó que las autoridades estatales sean omisas ante la crisis medioambiental que hoy enfrenta la capital poblana: “Está bien hacer mediciones puntuales, pero eso no sirve de nada si no hay acciones [en consecuencia] (...). Se necesita una política pública para reducir las emisiones [contaminantes] y la exposición de la población”, precisó.

MILES DE MUERTES POR CONTAMINACIÓN

Al mantenerse Puebla sin un marco legal que regule esas emisiones y sancione a quien infrinja esos estándares, la salud pública será la más afectada, pues esta problemática repercute en las personas más vulnerables. Dicho esto, la población con padecimientos crónicos cardiovasculares o pulmonares, principalmente, pueden agudizar su condición ante la exposición a la polución.


Beatriz Manrique fue cuestionada sobre las acciones que la administración estatal ha emprendido para limpiar el Atoyac. Foto: Cortesía Congreso

Por ello, aunque ese sector es el más afectado, los riesgos son altos para cualquier persona en realidad. Al respecto mencionó que aunque en la atmósfera navegan elementos como dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre y monóxido de carbono, que son especialmente dañinas para las personas, son las PM2.5 y las PM10 las más peligrosas por su diminuto tamaño.

De esta forma, se facilita su acceso al organismo y se les permite penetrar órganos sensibles como los pulmones, señaló Ibarrarán Viniegra.

Cabe mencionar que, de acuerdo con el último informe del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), sobre las muertes prevenibles por contaminación, y el cual fue actualizado por última vez en 2014, se dio a conocer que serían poco más de 23 mil los fallecimientos que se pudieron haber evitado en ese entonces, a consecuencia de la polución en el país.

COOPERACIÓN REGIONAL ES NECESARIA

En otro orden de ideas, la académica pidió que el Estado ponga en marcha regulaciones más efectivas, que prioricen la salvaguarda de la vida en todos los sentidos. Admite que una opción viable es la de la verificación vehicular, no obstante, en Puebla ese procedimiento quedó suspendido desde hace dos años: “Es ridículo que todavía no puedan echarlo a andar”, opinó.

Además, dice, los esfuerzos deben realizarse de forma conjunta con otros gobiernos que comprenden la cuenca atmosférica de la Megalópolis. Al trabajar en conjunto la concentración de contaminantes puede caer dramáticamente, especialmente porque la polución no conoce fronteras: “Tienen que ser esfuerzos regionales, tienen que existir las mismas políticas [medioambientales]. El aire se comparte entre esos seis estados, entonces lo que uno haga o deje de hacer, va a afectarnos a todos nosotros”, estableció.

En el caso particular de Puebla, se requieren mecanismos especializados para la zona metropolitana que se comparte con el estado de Tlaxcala.

Finalmente, la especialista declaró que aunque existe una serie de responsabilidades individuales como: utilizar menos el automóvil, evitar realizar quemas en zonas boscosas, reducir la generación de residuos, entre otros, el Estado debe asumir control sobre la emisión de estas partículas. Ante ello, recomendó que las autoridades incrementen su potencial tecnológico y de personal especializado, que permita no sólo llevar un mejor monitoreo de las condiciones ambientales, sino también para sancionar a quienes incumplan con los estatutos en la materia.