Aquellos establecimientos privados que exigen el uso de cubrebocas están violando el derecho a elección de las personas, opinó el gobernador Miguel Barbosa Huerta, quien a su vez arremetió contra los restauranteros, a quienes les pidió “un poquito de congruencia” tras conocer la postura del gremio para mantener el uso de cubrebocas en esos lugares.
Fue en su habitual rueda de prensa del 17 de mayo, cuando el titular del Ejecutivo reiteró que el decreto que firmó el pasado 12 de mayo, para hacer de la utilización de este artículo usado para prevenir contagios de Covid-19 algo voluntario, es aplicable tanto en sitios públicos como privados.
Lo anterior surgió después de que el mandatario tuvo conocimiento del suceso que tuvo lugar en el municipio de Atlixco recientemente, en el que trabajadores y usuarios de una tienda de autoservicio sostuvieron una discusión por la negativa de los clientes a portar este artículo.
En ese sentido, Barbosa Huerta refirió que se trató de un caso aislado, no obstante, solicitó la intervención de la Dirección de Protección contra Riesgos Sanitarios (Depris), de la Secretaría de Salud, para que acuda al sitio y verifique los hechos. Al respecto, mencionó que la autoridad no busca hacer de esta decisión algo mandatorio ni definitivo, pues dijo que, en caso de resurgir los contagios de SARS-CoV-2, las medidas de prevención sanitaria se robustecerán nuevamente.
“[Que] la Depris vaya a ese lugar y expliquen que (...) ya no es un impedimento el no uso de cubrebocas para entrar a un lugar cerrado, ya no es así [y] quien lo quiera imponer está violando la ley. Le pido a la Depris que me ubique [cuál] es ese Oxxo, para que podamos ir con ellos a platicar, no a hacer ningún cierre de actividades, sólo a platicar”, señaló.
De igual forma se pronunció acerca de la decisión que la Cámara de Comercio Servicios y Turismo (Canaco Servytur) tomó a raíz del nuevo decreto estatal, en la que se aseguró que, aunque se respetará la decisión gubernamental, se pedirá a empleados y proveedores mantener el uso de cubrebocas, tanto en sitios comerciales como en restaurantes.
En ese tenor, criticó que tal determinación es violatoria de los derechos de quienes acuden a estos lugares: “Yo voy de vez en cuando a un restaurante y a mí no me piden el cubrebocas (...) nadie puede comer con cubrebocas (...) que Depris se ponga a revisar esa parte”.
Finalmente, criticó que los empresarios tomaron una decisión “contradictoria” al gobierno: “[A] señores (...) les pido un poquito de congruencia (...) no quieran protagonizar así, no quieran protagonizar contradiciendo su actuación y su comportamiento, lo digo con mucho respeto, vámonos caminando juntos ¿de acuerdo?”.