Inseguridad, falta de educación por parte de los conductores, pésima cultura de manejo y mal estado de las unidades son algunos de los motivos por los cuales los usuarios del transporte público de la zona metropolitana de Puebla se pronuncian en contra del eventual aumento en la tarifa del servicio, por lo que piden que primero solucionen los problemas que existen actualmente antes de considerar cualquier alza.
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Representantes del gobierno del estado se reunirán el lunes con los transportistas para dialogar el posible aumento de precio, la cual podría quedar entre los 12 y 19 pesos. Este diario salió a las calles a preguntarle a los usuarios del transporte público qué es lo que opinan ante el posible ajuste.
“Si lo van a aumentar es porque espero que mejoren las unidades de autobuses, pero si no, sí está crítica la situación porque lo aumenten, si no va a haber una mejora en las unidades”, señala Pedro Ayala, usuario de la ruta 67, que va de Amozoc al centro de Puebla.
La inconformidad de los pasajeros se debe principalmente a que las unidades no cuentan con el mantenimiento ni las condiciones adecuadas para poder exigir este aumento. Como recuerda Lizeth, usuaria que ocupa tres transportes diarios: “Eso dijeron la vez pasada que se quiso aumentar el pasaje, según era para hacer cambios en las unidades y pues no, nada más no han hecho nada, siguen igual que hace diez años. Por lo menos que estén un poco más limpias.”
Otros usuarios indican la pésima condición de las rutas que usan regularmente. Señalan que llegan a encontrar asientos rotos y otras averías en el transporte que terminan perjudicándolos y en el peor de los casos lastimándolos.
Conductores deficientes
Los poblanos señalan las imprudencias que tienen que soportar por parte de los choferes a la hora de viajar en el transporte público. Desde el uso del celular mientras manejan, hasta el exceso de velocidad con el camión lleno de pasajeros.
“Yo entiendo que pidan su incremento, pero también tienen que ser conscientes de que tienen que respetar”, indica Guadalupe, quien espera de manera habitual su transporte sobre la calle 10 oriente.
Usuarios señalan que los conductores manejan a exceso de velocidad con tal de cumplir con sus tiempos, maniobra que resulta en un atentado contra la vida de los pasajeros. Alonso Domínguez esperaba su transporte sobre la 14 oriente y 5 de mayo cuando comentó: “siempre que te subes a una unidad como que siento que te pones en riesgo, no nada más que te asalten sino también que el chofer sufra un accidente por su mal manejo o excesiva velocidad.”
“La verdad no se me hace correcto que lo suban (el pasaje), en primera el transporte está muy mal y luego los conductores que no se prestan. Vienen hablando por teléfono y dan un pésimo servicio (...) Me gustaría que los choferes fueran más responsables, sé que llevan sus tiempos, pero a veces se vienen correteando y luego entre ellos mismos se hacen la maldad y hacen los accidentes. Pero que fueran más responsables también ellos”, indica Jareni Cortés.
Falta de atención a personas discapacitadas y de la tercera edad
“Yo me voy casi en medio sentado, porque si me voy hasta atrás en una ocasión ya me tocó que saltara el carro y me lastimara la espalda y feo. La verdad no le dije nada al chofer, pues no voy a ganar nada con decirle, me tuve que aguantar”, recuerda Julio Ramírez, un usuario de 69 años que usa la ruta 19.
Existen innumerables casos como el de Julio Ramírez, personas de la tercera edad o con alguna discapacidad cuya única manera de trasladarse es haciendo uso del transporte público. Y que lamentablemente se ven expuestos a las imprudencias del conductor.
“Los choferes como manejan, eso es lo que por lo menos pediría uno, que los choferes, como ahorita que uno está incapacitado, que nos tengan paciencia. Manejan muy rápido y luego quiero subir y no quieren esperar”, reclama Trinidad Sánchez Romero, quien hace uso de un bastón para caminar.
Pero no son solo los conductores quienes tienen comportamientos poco considerados hacia las personas de la tercera edad o que necesiten atención especial, si no que por su parte el resto de pasajeros tienden a hacer caso omiso a las necesidades que puedan llegar a tener estos sectores.
“Ya tienes que subirte y ponerte listo para buscar asiento, o ir parado. He visto que son amables con las personas que llevan niños cargando, pero ya con una persona de la tercera edad ‘que se vaya paradito’ han de decir”, señala Ramírez.
Eva Santillán, otra usuaria de edad avanzada, señala que es común que los conductores no quieran subir a los usuarios que cuentan con descuento por discapacidad o tercera edad. “Luego no nos quieren subir, nos dejan estirando la mano ahí nomás porque se pasan y son muy groseros con uno que ya es mayor (...) No nos suben y nos dejan ahí, han de decir ‘ahí para cuatro pesos que me van a dar’, se siguen mejor.”
Dificultades para familias con niños
“Mis nietos y mis hijos van a la escuela y sí se la ven dura para pagar el precio que quieren poner”, dice Ramírez.
Los usuarios que viajan en el transporte público con niños pequeños o que tienen hijos que hacen uso del mismo, se quejan ante la posibilidad de que suba el precio del pasaje. Ya que esto representaría un incremento significativo en los gastos del hogar. Tal y como lo señala Jareni Cortés: “Yo tomo cuatro transportes al día, entonces para mí sí sería mucho incremento la verdad. Y tengo hijos, pues mis dos hijos también toman transporte, si gastaba 200 pesos pues ahora se me va a duplicar a 400, entonces a mí no se me hace justo.”
Además de esto, los pasajeros del servicio público se quejan de la falta de consideración por parte de los choferes a la hora de cobrar el pasaje y de darle subida y descenso de la unidad a las familias que viajan con niños.
“Luego a veces traemos a ellos (señalando a sus tres nietos) que ya van a la escuela y no les respetan el pasaje escolar. Ellos del diario utilizan el transporte y los lleva a la escuela y pues tienen que pagar y luego no les respetan el precio de niños a fuerza quieren que se les pague todo completo”, indica Guadalupe, quien viaja de manera habitual con su hija y sus tres nietos.
La totalidad de los pasajeros participantes de este sondeo están de acuerdo que el precio justo para el aumento de la cuota por el uso del transporte sea, como máximo, de 10 pesos. Aunque señalan que en muchos camiones ya les cobran nueve. Sin embargo, solo ven justificable si con este incremento se logra un cambio verdadero en la calidad del servicio público.
“Dios quiera que si sube, suba muy poco, y no la cantidad que están exigiendo”, concluye Julio Ramírez.