“Aquí nadie se quiere meter con el tianguis”, expresaron vecinos de la colonia Granjas de San Isidro, al sur de la ciudad, quienes consideraron factible que el Ayuntamiento de Puebla pida la concesión del predio donde se instala para convertirlo en un parque o sitio recreativo, tal como lo sugirió la regidora María Dolores Cervantes Moctezuma; sin embargo, consideraron que es difícil concretar la propuesta porque ni siquiera la Guardia Nacional ha podido poner orden en la zona.
El Sol de Puebla acudió a Granjas de San Isidro y platicó con vecinos y comerciantes establecidos que se ven obligados a convivir con el tianguis todos los lunes, jueves y sábados, aunque la mayoría pidió la gracia del anonimato porque afirman que hablar mal de los tianguistas es buscarse más problemas de los que ya tienen tres días a la semana.
Y es que este tianguis de la capital poblana es famoso porque abunda la venta de ropa “de paca” y hay tiktokers que lo recomiendan para conseguir prendas, calzado y accesorios de marca a buen precio, ya que hay piezas desde los cinco pesos; no obstante, también ha destacado por la venta irregular de bebidas alcohólicas y la comisión de diversos crímenes, desde robos, hasta homicidios y secuestros.
Impera la anarquía, incluso acusan prostitución
“Aquí hay de todo, hay desde borrachos, rateros y hasta muertos”, comentó el dueño de un negocio ubicado en la 14 Sur que, al igual de otros de sus vecinos, remarcó que uno de los principales detonadores de la violencia y la inseguridad es la venta irregular de bebidas alcohólicas.
Incluso, dijo que existe el secreto a voces de que en algunos de los expendios de bebidas alcohólicas, que funcionan incluso con servicio en mesa, hay mujeres trabajando como meseras pero también ofrecen servicios sexuales.
“Los días de tianguis, cuando se van los puestos se quedan muchos borrachos en las calles y ahí en las calles se orinan, se vomitan y hasta defecan, pero es gente complicada la que trabaja ahí, por eso nosotros no podemos hacer nada más que aguantar y tener que estar soportando que al llegar a abrir el local encontremos porquerías”, dijo.
La señora Ana, otra vecina de esa zona, señaló que la gente que conoce la actividad comercial en el tianguis tiene presente que no es recomendable consumir alcohol o algún otro producto que implique pasar mucho tiempo en los pasillos, porque eso significa arriesgarse a ser víctima de algún delito.
“Las personas saben a lo que vienen, que es a comprar e irse, pero ya si quieren usar el tianguis para otras cosas y quedarse a tomar o convivir de antemano saben que se arriesgan, aquí lo que se necesita es que el gobierno quite toda esa venta de alcohol”, dijo.
Otra de las principales afectaciones es a la movilidad, ya que las calles aledañas se convierten en estacionamiento de tianguistas y clientes, lo que termina por provocar invasión de entradas de las viviendas y que los negocios establecidos se queden sin cajones de estacionamiento disponibles.
“Aquí dan las cinco o seis de la mañana y ya está una señora que es de los franeleros y viene a cobrar por todos los coches que se estacionan en la calle y, por ejemplo, los que tenemos negocios no podemos nisiquiera descargar mercancía, es más, nuestros proveedores no vienen lunes, jueves y sábado, porque no pueden descargar y aparte es inseguro”, comentó la señora Araceli.
La comerciante consideró injusto que el gobierno municipal ponga mano dura para regular al sector establecido de la zona, mientras que en el lugar hay cientos de tianguistas evadiendo la legalidad, porque venden productos prohibidos como el alcohol y se adueñan de la vía pública.
“A nosotros vienen y nos dicen que no podemos tener aparta lugares para nuestros clientes, pero les decimos que quiten las camionetas de los tianguistas y no hacen caso, a nosotros nos multan si no tenemos extintor, permisos y demás y a ellos los están dejando vender lo que quieran y como quieran”, se quejó.
Además, dijo que los vecinos saben bien que la actividad delictiva de la zona está ligada con el tianguis porque los robos a comercio o a casa habitación ocurren siempre que se instala, pero no señalan directamente a los responsables porque temen tener represalias.
“Ha habido vecinos a los que les han robado sus electrodomésticos o mercancías, televisiones y va uno y los ve ahí en algún puesto en remate, va uno al ministerio público y nos dicen que no pueden hacer nada o que mostremos la factura para la investigación. Nuestras cosas las venden antes de que la autoridad nos haga caso”, dijo.
Otro vecino, que pidió la gracia del anonimato, señaló que los comerciantes “se cuelgan” de las instalaciones eléctricas y han provocado cortos circuitos y daños a los aparatos electrónicos, pero no se les puede impedir que se roben la luz porque responden de forma agresiva.
A lo anterior, dijo, se suma el alto volumen algunos de los puestos y el hecho de que en el lote y las calles aledañas queda gran cantidad de basura que va a parar a las alcantarillas y provoca problemas de inundaciones durante la temporada de lluvias.
Ven bien, pero difícil, tener un parque
Los entrevistados por esta casa editorial señalaron que reemplazar el tianguis por un espacio de uso público, como un parque, sería una buena opción para terminar con todos los problemas ya descritos, sobre todo con el de la inseguridad, aunque ven complicado que ocurra.
“Ya ha habido hasta muertos y hemos visto que llega el ejército y la Guardia Nacional, pero están un rato se van y todo sigue igual, lo que queremos es que dejen de hacerle al cuento y pongan orden”, dijo el señor Arturo.
Expuso que lleva 30 años viviendo en la zona y le gustaría que cerca de su casa no hubiera tianguis, sino un parque con áreas para hacer ejercicio o convivir con la familia, ya que muy cerca se encuentran dos escuelas y una iglesia.
Consideró que sería mejor que los estudiantes tuvieran un espacio para convivir después de clases y que también sirviera para la distracción de las familias después de misa, pero en vez de ello los escolares se enfrentan a los riesgos que conlleva la instalación de los puestos.
“Ojalá en verdad hicieran un parque, pero así como vemos esta situación creemos que no quieren enfrentarse a las organizaciones, porque son tres las que controlan el mercado, principalmente Antorcha Campesina y la Doroteo Arango”, comentó otra vecina.
Tianguistas tienen concesión del predio
Los 7 mil 85 metros cuadrados que ocupa el tianguis son considerados ejido y la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) los entregó en concesión a Tianguistas de Ropa al Mayoreo del Estado de Puebla A. C. aunque se ignora cuándo se entregó dicha autorización, así como su fecha de vencimiento, informó recientemente la regidora María Dolores Cervantes.
La también presidenta de la Comisión de Regularización de Tierra y Bienes Patrimoniales, en el Ayuntamiento de Puebla, detalló que el Instituto Nacional del Suelo Sustentable (INSUS) no expropió ese lote durante el proceso de regularización de la colonia Granjas de San Isidro en el 2014, debido a que está catalogado como un área de riesgo por tratarse del lugar donde existió La Laguna de la Mora.
Por lo anterior, dijo que el gobierno municipal envió un oficio a la CONAGUA en abril pasado para pedir que informe la fecha de vencimiento de la concesión que otorgó a los tianguistas y entonces el Ayuntamiento pueda realizar los procedimientos para pedirla y tener posibilidad de intervenirlo.
Cervantes explicó que se trata de un lugar en donde existió una laguna y por lo tanto no es factible ningún tipo de construcción, ya sea de vivienda o de tipo comercial; no obstante, puede ser destinado a equipamiento urbano y por lo tanto es posible detonar un parque o sitio de recreación para los ciudadanos.
La cabildante remarcó que, por ahora, el Ayuntamiento no puede quitar el tianguis porque los comerciantes tienen la concesión del lote donde se instala tres días de la semana, de tal forma que solo puede intervenir, a través de la Secretaría de Gobernación, para regular la actividad comercial a fin de que se cumpla con lo establecido en la normativa.
Han asesinado a cinco en el tianguis
Son cinco las personas que han sido asesinadas en el tianguis de San Isidro del 2016 a la fecha, de acuerdo con un recuento hemerográfico que realizó El Sol de Puebla, en el que también salen a relucir casos de secuestro y riñas.
El último de los crímenes ocurrió en enero pasado, cuando un hombre que estaba con su familia en un negocio de micheladas fue víctima de un ataque directo por parte de otro sujeto y murió tras recibir al menos ocho disparos.
Tras lo ocurrido, trascendió que la víctima era integrante de un grupo delictivo denominado “Los Robin Hood”, dedicado al robo de vehículos y narcomenudeo.