Los vecinos de la Unidad Habitacional de Villa Frontera viven “enjaulados”, pues tienen que poner este tipo de artefactos metálicos para proteger sus vehículos y no ser víctimas de los robos de autopartes. Como en todas las colonias, les aqueja la inseguridad, pero esto es solo es la punta del iceberg de varias problemáticas que tienen los colonos ubicados al Norte de la ciudad.
El Sol de Puebla realizó un recorrido en Villa Frontera, una Unidad Habitacional que se conoce por su cercanía con la Central de Abastos y la Autopista México-Puebla. Es una de las más viejas en el municipio y una de las más grandes, pues de acuerdo con el ayuntamiento capitalino en este espacio viven alrededor de 23 mil 678 ciudadanos.
Se puede ingresar por dos puntos a la Unidad, por la 5 Norte, pasando el puente o por la vía corta a Santa Ana-Puebla. Si se ingresa por la segunda opción, lo primero que se puede ver es la Comisaría Zona Norte, pero está cerrada debido a que se está construyendo una nueva sede en el mismo lugar. Sin embargo, los vecinos señalan que mucho antes de ser cerrada por la remodelación, el apoyo de los policías era nulo.
Si eran testigos de un robo iban a pedir ayuda porque se supone que son elementos de “proximidad”, ellos respondían que no era de su competencia, que sólo atendían rondines o asuntos viales y fue así que el problema de inseguridad incrementó.
Hay robos a comercio, a transeúnte y en el transporte público, pero el que más afecta a esta población es el robo de autopartes. Si un vecino invita a sus amigos y dejan el coche en la calle, cuando salen el vehículo ya está abierto, sin llantas, sin espejo o sin su estéreo. Entre los mismos colonos tienen esta problemática y esto los ha orillado a instalar rejas para evitar atracos.
Javier Blázquez vende jugos en la avenida principal, que es la 102 Poniente y es habitante de esta Unidad desde hace 20 años. Él considera que necesitan más seguridad, pues los robos de autopartes han incrementado casi un 70 por ciento este pasado. “Hay muy poca seguridad, necesitamos más rondines o vigilancia, ahí está la comandancia, pero no hay policías, nunca hay, y pues ahora vivimos entre jaulas para protegernos”, opinó.
Los atracos también son cometidos en su gran mayoría en la noche, pues el alumbrado público no sirve en todas las calles, y si no hay luz, los “rateros” aprovechan para delinquir. El alumbrado sólo sirve en su totalidad en las áreas verdes que tienen canchas, pues por las tardes se reúnen a jugar futbol y necesitan la iluminación.
Por el tiempo que lleva viviendo en la colonia y por su trabajo, otras problemáticas que Javier ha escuchado y observado, son la falta de mantenimiento en parques y jardines, los vecinos se organizan para cortar el pasto y darles mantenimiento a los juegos, pero hay arboles muy altos o desperfectos que no están en sus manos para arreglar.
Aunque pavimentaron hace poco, ya hay muchas grietas en las calles y las jardineras ya están rotas, esto de igual modo los vecinos se lo adjudican a los “rateros”, pues al querer huir pasan por estas jardineras y las dañan.
Como vas caminando por las calles de Villa Frontera se puede observar que hay demasiados grafitis, los vecinos indicaron que por las noches hay muchas bandas y que ellos se juntan para pintar edificios y comercios. Aquí nuevamente salió el tema de la seguridad, pues debido a que no hay rondines, sigue el vandalismo.
María Elena Rosendo es una vecina que lleva viviendo en Villa Frontera más de 30 años, ella cree que las personas que roban artículos de carros y que vandalizan la colonia son “los drogadictos” que se aglomeran abajo del puente en la avenida Mexicali y la 5 Norte. “El puente está muy feo, tengo vecinas que ahí han sido agredidas verbalmente y luego hasta las corretean. Los jóvenes andan drogados siempre y para tener dinero vienen aquí a robar”, señaló.
Entiende que estas personas son libres de vivir en donde quieran, pero cree que las autoridades deberían de voltear a mirar a este sector, pues por esa zona hay jeringas en las calles tiradas, heces humanas e insistió que ellos son los culpables de los atracos en la zona.
Este medio acudió al puente para verificar lo dicho, y si pudo encontrar muebles que ocupan como camas, ropa, y excremento humano, pero no se pudieron ver jeringas o personas drogándose. El puente no cuenta con luz, está en muy mal estado y venden ropa usada, así como artículos de coches.
La señora Chuy Vallejo vende flores en esta unidad y su negocio ha sido robado cinco veces, por lo que también se sumó a la exigencia de más rondines para incrementar la seguridad. “Hay mucha inseguridad, los robos se escuchan a cada rato y por eso los vecinos ponen candados, rejas, jaulas. El lugar que se supone debe ser seguro es otro espacio que nos deja en vulnerabilidad y nadie hace nada al respecto, la comandancia está cerrada y pocas veces veo una patrulla dándose una vuelta”, expuso.
Abigail Gutiérrez es otra comerciante de “chácharas” en la Unidad, ella ha visto como en segundos abren los coches y los rateros se van corriendo. Ha marcado al 911 y cuando llegan las patrullas ya no hay nadie. “En pleno día han asaltado, se van corriendo a la zona del puente y de ahí ya nadie quiere decir a dónde se fueron. Urge seguridad”.
Mientras siguió el recorrido, se acercaron a la reportera y al fotógrafo del Sol de Puebla, vecinos que dieron a conocer que entre ellos mismos hay conflictos, los cuales tienen que ver con sus perros y sus heces, pues muchos no las recogen cuando los sacan a pasear. Esto se suma a las jardineras en mal estado que se mencionaron al inicio, pues los vecinos creen que da mala imagen las jardineras rotas y sucias.
Cuando se acudió a los jardines de esta zona, se entrevistó a Alejandro Rojas, quien confirmó que hay conflictos entre los vecinos por el poco cuidado que le ponen a sus mascotas. En Villa Frontera no hay naranjitas que limpien, los mismos vecinos se encargan del mantenimiento, pero en muchas ocasiones se desentienden y argumentan que no son sus perros los que hacen del baño ahí.
Incluso, hay colonos que han mandado a hacer lonas grandes para colocarlas en las áreas verdes y exhortar a los vecinos a que limpien. En estas lonas los llaman animales y que no sean cochinos.
Adrián Aldama fue otro entrevistado que confirmó que los pleitos que se han llegado a dar entre vecinos son por las suciedades de los perros, y esto se suma a que los jardines no cuentan con botes de basura, por lo que los vecinos han improvisado y creado botes con llantas para disminuir la basura en la calle.
Por todo lo anterior, hicieron un llamado al Gobierno de Puebla y al Ayuntamiento de Puebla para que volteen a verlos y brinden más seguridad en la zona.
