La contaminación en el río Atoyac enferma, eso lo tienen claro quienes se ven obligados a respirar los olores fétidos que despiden las aguas negras que corren por el caudal, ya sea en colonias populares como Santa Cruz Axumiyucan, en Cuautlancingo, o en zonas residenciales como Lomas de Angelópolis, en San Andrés Cholula.
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El Sol de Puebla conversó con familias que viven cerca del afluente, luego de que el “Primer Informe Estratégico Cuenca del Alto Atoyac, Región de Emergencia Sanitaria y Ambiental, Problemática Socioambiental y Recomendaciones para su Atención Integral”, elaborado por académicos del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) reveló que seis de los municipios poblanos de la cuenca del Alto Atoyac tienen las tasas de mortalidad por leucemias agudas más altas del país.
María Antonia Flores Cebada, de 64 años de edad, siempre ha vivido en la colonia Santa Cruz Axumiyucan, perteneciente a San Lorenzo Almecatla en el municipio de Cuautlancingo y conoció un Atoyac limpio en el que era posible pescar y bañarse, pero ahora padece por la contaminación que lo afecta.
“Es un olor insoportable que no se quita, peor cuando estamos comiendo y se mete el olor fuerte a la casa, en todas las casas de aquí, afecta”, comenta al tiempo de señalar que las enfermedades gastrointestinales o en las vías respiratorias son una constante entre su familia.
La mujer de la tercera edad narra que hay días en que el agua del río es de colores, debido a las descargas de agua residual que realizan las industrias asentadas en la zona, por lo que teme que además del color haya químicos perjudiciales para la salud.
Perros y gatos que sacian su sed en el río, mueren
En la colonia Los Ocotes, en San Lorenzo Almecatla, Enrique García Flores comparte que las mascotas han sido las víctimas más evidentes de la contaminación, ya que perros y gatos que han saciado su sed en el Atoyac terminan muriendo.
Señala que recientemente su perro Bairot estuvo cinco días enfermo y sometido a tratamiento para aliviar la intoxicación que sufrió a causa de ingerir agua sucia.
“Estuvo viniendo el veterinario y lo salvó, pero nos dijo que lo que le pasó fue por la contaminación del río, aquí muchos perros y gatos se mueren a cada rato de que van a beber agua ahí”, narra.
El hombre señala que ve a sus nietos quejarse constantemente de dolor de cabeza o estómago cuando el olor desprendido por las aguas negras se percibe en mayor grado y reflexiona que el cáncer que le quitó la vida a su esposa quizá tuvo relación con los contaminantes, del río, aunque en aquel momento no había tanta información como ahora.
“Sí se ha sabido de gente que se enferma de cáncer o de otras cosas, pero es hasta ahora que dicen que es por el río que está contaminado y pues sí da miedo, pero ¿a dónde vamos a ir?”, comenta.
Preocupa saber que te puedes enfermar se cáncer
En la unidad habitacional Volkswagen 1, en el mismo municipio, Reyna Mino Aguilar declara que a determinadas horas del día el olor desprendido por el Atoyac es insoportable, al grado de que no es recomendable abrir las ventanas de las casas, aunque sea temporada de calor.
“Es tan fuerte que pica la nariz y uno empieza a tener escurrimiento nasal o sensación de malestar en la garganta, además de que el olor se impregna en la casa y no nos deja dormir, entonces, aunque haga calor está cerrado porque sí no nos afecta”, indica.
La madre de familia admite que le preocupa saber que vive en una zona con alta exposición a contaminantes y eso la ha llevado a pensar en cambiarse de residencia en varias ocasiones.
“Imagínate que te digan que vives cerca de donde te puedes enfermar de cáncer, sí es muy alarmante y lleva a pensar que en el futuro sería mejor irse de aquí”, dijo respecto al informe del Conahcyt.
Lomas de Angelópolis no escapa al problema
Las zonas residenciales no escapan del problema, ya que Raúl Roberto Sánchez García indica que las viviendas de lujo de Lomas de Angelópolis también están expuestas a la contaminación, que es más evidente durante las noches, cuando el olor fétido invade el ambiente en mayor grado.
“Son metales o gases realmente, yo creo que no se ha estudiado bien la zona, pero creo que al percibir ese olor es porque estamos respirando algo malo, no nos hemos enfermado de algo a partir de ello, pero sí hemos ido a médicos y al comentar la situación, nos ha dicho que es peligroso estar expuesto por años a esto”, comparte el joven.
Raúl indica que en otros puntos como Sonata y el propio Parque Metropolitano se aprecia el mismo problema de contaminación, por lo que los residentes han solicitado en varias ocasiones a las autoridades que se atienda el problema, hasta ahora sin éxito.