Micaela Bueno y Jesús Domínguez viven a poco menos de un kilómetro de diferencia, no se conocen, pero los une el problema del ruido. Música a todo volumen de vecinos o negocios que rodean sus domicilios, por la mañana o a altas horas de la noche, son la constante.
En una calle de la colonia Naciones Unidas una tortillería comienza su jornada laboral alrededor de las 5 de la mañana y a esa misma hora Micaela se despierta, no porque le guste madrugar, sino que el ruido del motor del molino y el radio a todo volumen la obliga a abrir los ojos.
“Escuchan noticias a veces música, ponen de Pedro Infante o de varias, hasta le varían, incluso ahora que murió José José todo el tiempo lo escuchaban, cuando murió Juan Gabriel igual, son como por temporadas”, afirma esta ama de casa que también debe soportar el escándalo que provoca el salón de fiesta que se encuentra a unos pasos de su hogar durante los fines de semana, principalmente entre 6 de la tarde y 3 de la mañana, que hace retumbar los vidrios y ventanas.
Esta historia se repite en la colonia 16 de Septiembre Norte donde vive Jesús Domínguez, quien no se ha salvado de vecinos ruidosos a lo largo de 37 años que lleva residiendo en el mismo lugar. “Gran parte de las pachangas son los fines de semana, cuando aprovechan para hacer sus escándalos que empiezan temprano y terminan muy tarde, como a las 2, 3 o 4 pm”, menciona.
Este problema no es exclusivo de una colonia, la Sindicatura del Ayuntamiento de Puebla recibe y media este tipo de conflictos que incrementa los fines de semana a partir de las 7 u 8 de la noche, y hasta la madrugada, lapso en el que se recibe un mayor número de quejas.
En el marco del Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, las personas deben considerar que el ruido es una importante fuente de molestia que puede no estar a niveles peligrosos para la audición, pero si ocasionar un estado de tensión y de enojo.
La lucha contra el ruido es una acción individual y colectiva, es así que el respeto hacía las personas que nos rodean es fundamental para una convivencia sana, destaca el portal del gobierno federal sobre el tema.
En medio de la tensión y molestia, Jesús Domínguez comenta que el confinamiento ha sido el pretexto para que sus vecinos realicen tertulias que son un verdadero escándalo varios días a la semana o para que otros compartan su música con los vecinos.
“En tiempo de resguardo domiciliario, como el que vivimos en la actualidad, sucede durante todo el día, ya que las personas pasan mayor tiempo en sus casas”, manifiesta Daniela Fernanda Galindo Dorantes, directora de Mediación, Conciliación y Arbitraje Condominal de la Sindicatura Municipal, quien pide considerar al de junto cuando la persona opta por poner música a todo volumen.
Independientemente de que los altos niveles de ruido provoquen molestia o falta de respeto a terceros, el insomnio pueden ser otro problema de salud que las personas que lo perciben pueden desencadenar.
“El insomnio abre las puertas para que la gente se pueda enfermar más fácilmente de depresión, estrés y ansiedad porque no se están cumpliendo el tiempo de descanso adecuado para el cuerpo”, revela Adán Contreras..
“Eso también puede provocar pérdida de memoria, inclusive algunas situaciones como trastornos de aprendizaje o de atención”, enuncia.
Finalmente, “Chuy” como le conocen por sus rumbos, confiesa haberse resignado a vivir con el tema de las fiestas los fines de semana, ya que, a pesar de haber hablado con los afectantes, han hecho caso omiso.
“Ya me acostumbré, ya hasta sabes que cuando tienen su pachanga tienes que cerrar la puerta y ponerte la almohada en la cabeza para mitigar un poco el ruido que hacen”, comparte. Desde su óptica, los ciudadanos deberían de ser más sensible ante esta situación, ya que, como él, hay muchos que laboran y esperan el fin de semana para poder descansar un poco más tarde en las mañanas y romper con la rutina de levantarte más temprano.