El arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinoza, ofreció la primera misa del 2021 con la catedral vacía, en la eucaristía pidió a los fieles seguir en casa por la pandemia y esperar hasta que las autoridades permitan nuevamente los encuentros religiosos con la presencia de los ciudadanos.
“Como Iglesia seguimos cumpliendo en esta fiesta tan hermosa de los Reyes Magos como lo conocemos, cuya fecha es 6 de enero, pero la Iglesia lo celebra el domingo más cercano y seguimos sin su presencia queridos fieles, todo para evitar el contagio de este virus. Esperemos en Dios que nada más sea esta semana y que después retomemos nuestra presencia, poco a poco, con un determinado número de personas, pero nuestras celebraciones con la presencia de ustedes, queridos fieles”, expresó en la habitual misa dominical.
Para este 3 de enero, las sillas de la catedral lucieron vacías, sólo pudieron ingresar los sacerdotes que acompañaron a Monseñor para oficiar la misa dominical, también estuvo el equipo de comunicación social de la Arquidiócesis de Puebla y los medios de comunicación que se encargan de trasmitir la ceremonia.
Algunos ciudadanos llegaron a la catedral de Puebla para poder ingresar, pero se dieron cuenta que el templo se mantuvo cerrado desde las puertas del atrio, posteriormente si había algún policía en el lugar, los uniformados se encargaron de notificar que la eucaristía sería a puerta cerrada y sin la presencia de los fieles católicos.
Hay que recordar que la Arquidiócesis de Puebla anunció un nuevo cierre de los templos a partir del pasado 29 de diciembre, esto con el objetivo de sumarse a los decretos estatales y reducir el número de contagios de coronavirus. “La Arquidiócesis pide comprensión a los feligreses que tenían anotada alguna ceremonia y les solicita que la realicen cuando las circunstancias hayan mejorado y sea más seguro para todos, tanto para los feligreses como para los mismos sacerdotes", se pudo leer en su comunicado.
En otro tema, el líder de la iglesia católica recordó que este fin de semana se celebra la fiesta de la epifanía, que es la manifestación del misterio del nacimiento de Jesús, es decir, la fiesta natalicia para las iglesias de oriente.