"Duele decirlo, pero me han dado limosna mis amistades, conocidos y hasta gente de donde yo trabajaba. Duele decirlo y es doloroso, pero así ha sido todo esto”. Lo anterior, son palabras de doña Ana María Ruíz, quien asegura que con dádivas ha tenido que cubrir el pago de algunos estudios y medicamentos que no le ofrecen en la Clínica de Mama del Hospital General del Norte.
Fue hace un año que la aparición de una bolita en el seno derecho le advirtió a doña María que algo andaba mal en su cuerpo. El diagnostico arrojó que tenía cáncer de mama.
Debido a la enfermedad, tuvo que dejar de trabajar por los malestares que cada vez eran más recurrentes y que le impedían desempeñarse de manera eficaz. Lejos de darse por vencida decidió iniciar su tratamiento en la Clínica de Mama del Hospital General del Norte.
Comenta que durante los periodos en los que el nosocomio ha registrado desabasto de medicamentos, ella ha tenido que recurrir a la limosna de la gente para pagar los tratamientos e insumos que no le ofrecen en la unidad médica.
“Un estudio de los huesos me costó 5 mil pesos y también lo pagué con limosna … todavía me faltan 16 inyecciones, de 50 mil pesos cada una”, dijo con lágrimas en los ojos.
Comparte que quisiera trabajar para poder solventar sus gastos, pero los dolores son tan intensos que hay días en los que no tiene la fuerza para levantarse.
“Por eso pido que nos ayuden con los medicamentos. Yo ya no puedo trabajar, ya no puedo trabajar ni para vender gorditas porque el calor me hace daño, no tengo un apoyo seguro”, agrega.
Asegura que los cinco, diez o cincuenta pesos que llega a recibir de conocidos y voluntarios, es algo agradece porque también los utiliza para trasladarse al hospital, por eso, cuando llega y no le suministran el medicamento le duele saber que el dinero que ocupó en transportación, no fue de beneficio.
Apunta que, al no haber una continuidad en el suministro de las quimioterapias, vacunas o radiaciones, la enfermedad sigue avanzando lo que las compromete su vida, por lo que, así como el resto de las pacientes, decidió sumarse a la lucha por el abasto de los fármacos.