La violencia vicaria lleva años existiendo, pero las mujeres no sabían que eran víctimas de este tipo de agresión. Tal es el caso de María Inés Cerezo, una mujer de 73 años que busca a su hija, Blanca Guadalupe Álvarez, la cual le fue arrebatada por su ex pareja hace 38 años, este hombre la acusó de abandono de hogar y con 16 policías se la arrebataron de sus brazos.
María Inés está perdiendo la memoria como pasan los años y teme que algún día olvide a su hija, es por ello, que decidió alzar la voz y pide ayuda de la ciudadanía para dar con su paradero. Su sueño es encontrarla, volver a abrazarla y decirle que nunca la abandonó, que es falso que no la quería y que ella trató muchas veces de recuperarla, pero su ex pareja, nunca se lo permitió.
Acompañado de policías le quitaron a sus hijas
Como en todos los casos de violencia vicaria hay un hombre ejerciendo violencia y no sólo física, sino machista, psicológica y hasta patrimonial. María Inés se enamoró y tuvo dos hijas, todo parecía estar bien hasta que se dio cuenta que a unas calles de su casa su esposo era infiel, tenía otra mujer y tuvo el descaro de llevarla a vivir en la misma colonia.
Al principio María Inés no sabía que hacer, pero como pasó el tiempo decidió dejarlo y llevarse a sus hijas. No pasó mucho tiempo para que este hombre llegara con 16 elementos de la Policía para quitarle a las niñas y ella por el miedo que ejercieron estos hombres las dejó ir.
Logró llevar a su hija la mayor
En los siguientes meses, las iba a buscar y su ex suegra dejaba que las viera a escondidas para que no la olvidaran. En una de esas visitas pudo llevarse a su hija mayor, pero a la pequeña no. Su ex pareja enfureció y la acusó de robarse a su propia hija y, en suma, de abandono de hogar.
María Inés conoció a otra persona, se volvió a enamorar, tuvo tres hijos, pero la mala suerte volvió a su vida, pues su hija mayor falleció en un accidente. Para ese entonces la pequeña que tenía que su ex pareja, Blanca Guadalupe, ya tenía 12 años y por estas fechas fue la última vez que pudieron hablar.
Inés se dio cuenta que Blanca estaba siendo influenciada por su ex pareja y por más que le trató de explicar cómo estaba la situación, era una niña que no entendía el contexto de violencia que había vivido su mamá. Han pasado 38 años y hasta hoy, no sabe el paradero de Blanca.
Se cambiaron de casa y no volvió a saber nada de ella
María Inés fue a buscarla a la casa en donde vivía, pero nadie le abrió la puerta, recorrió la colonia en donde solían acudir, pero no la encontró y en últimos años, sus hijos la han ayudado para encontrarla por redes sociales, pero nadie ha podido darle señales dar con su paradero.
“Si la volviera a ver lo primero que haría es abrazarla y decirle que la quiero mucho. Todo lo malo que le platicaron es falso, yo creo que le dijeron cosas de mí, cosas feas y a lo mejor le dijeron que porque me volví a casar nunca la quise recuperar, pero no es cierto. Yo la quiero ver, quiero saber cómo está y si le hice daño que me perdone. Yo seré muy feliz si quiere verme. Deseo con todo mi corazón verla antes de que se me olviden las cosas”, compartió.
Al preguntarle a María Inés que si sabe lo que significa violencia vicaria respondió que no, pero luego de estar revisando la definición de esta agresión dijo: Sí, él me quitó a mis hijas para hacerme daño.
La señora sólo tiene una fotografía de su hija cuando era niña, pero en caso de tener información de Blanca Guadalupe Álvarez Cerezo, pueden comunicarse a este medio al (01 222) 514 33 00 al 05, Ext.167. Su único sueño es poder volver a verla.
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