“Yo nunca lo regalé, no lo he olvidado y lo sigo extrañando”, estas son las palabras de Mari Carmen Miranda Solís, una madre que sufre violencia vicaria desde el año 2013 y que quiere alzar la voz para mostrar la violencia que sufren las mujeres en Puebla y para concientizar a las autoridades sobre su labor en los juzgados, ya que, en su opinión, son insensibles y no hacen su trabajo como deberían.
“Mi historia se remonta al 30 de abril del 2013, mi hijo de 2 años y yo siendo una mamá ingenua y enamorada de 23 años, nos encontrábamos en casa de mi madre, lugar al que me fui a vivir porque mi ex pareja me había golpeado una semana atrás, cabe aclarar que no era la primera vez que lo hacía, pero esa vez lo hizo enfrente de mi pequeño, hecho que me hizo reflexionar y dejarlo definitivamente”, compartió a El Sol de Puebla.
Un Día del Niño se lo llevó so pretexto de comprarle regalos
Mari Carmen recuerda que ese día, el padre de su hijo fue a buscarla en compañía de su madre, con el pretexto de que era el Día del Niño. Llegó a decirle que le querían comprar juguetes, ropa y todo lo que le hiciera falta, pero resultó ser una mentira, pues ya había preparado todo para arrebatarle al menor.
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“Yo accedí, no muy convencida, nos fuimos en su auto, pero él se llevó a mi niño mientras manejaba. Argumentando que se le había olvidado la cartera, pasamos a su casa, pero ya nos esperaba una camioneta tipo Voyager, a lo cual, inmediatamente se bajó del auto con mi hijo en brazos y se dio a la fuga, después me enteré de sus calumnias en mi contra para quitarme la guarda y custodia”, declaró.
Mari Carmen acudió ese día a distintos ministerios públicos a interponer una demanda por sustracción de menores y le dijeron que no procedía porque este hombre era el padre. Fue hasta un día después que logró interponer la denuncia, pero su ex pareja ya había ganado ventaja legalmente con la demanda de guarda y custodia.
“Los días fueron pasando, luego los meses y yo sin ver a mi hijo, me la pasaba en los juzgados, en los ministerios públicos, esperando una respuesta, pues el padre de mi hijo obtuvo la guarda y custodia provisional de manera turbia en lo que se llevaba a cabo el juicio correspondiente. Y así se pasaron los años sin poder ver a mi niño”, agregó.
Familia del padre le hablan mal de ella a su hijo, refiere
En algunas ocasiones, Mari Carmen se armó de valor y lo fue a buscar al preescolar, después a la primaria, pero parecía una delincuente, una robachicos, siempre se le negó la oportunidad de convivir con él; esto a pesar que desde el inicio solicitó al juzgado de lo familiar la convivencia para que el niño no la olvidara.
“Los años siguieron su curso, hasta que mi ex pareja ganó la guarda y custodia definitiva, la juez argumentó que mi pequeño debía seguir viviendo con él por el tiempo transcurrido, yo continúe con la lucha legal y metí un amparo, después de tantas trabas, logré obtener las convivencias supervisadas en el mes de julio del 2019 en el DIF, la primera vez que lo vi, nos abrazamos y lloramos juntos, le dije que lo amaba”, recordó.
A la siguiente visita, su hijo ya no quería convivir con ella, incluso trató de agredirla y en ese momento se dio cuenta que su padre y la familia paterna en general le hablaba mal de ella. Finalmente, las visitas terminaron, para posteriormente tener visitas y convivencias externas, es decir, fuera de una vigilancia constante, pero una cosa es lo que dicen los papeles y otra es que se cumplan, pues a la fecha no ha vuelto a ver ni a convivir con su hijo, ya que su padre no se lo permite.
Es por ello, que Mari Carmen alza la voz, pues hoy en día, no sabe en qué condiciones se encuentra su hijo, si está bien físicamente y emocionalmente, ya que vive con su agresor, que es su padre. En suma, quiere que se dé a conocer su historia para que todas las autoridades tomen cartas en el asunto y se capaciten para darle una buena atención a todas las mujeres víctimas de violencia vicaria.