Ni sus 82 años de edad ni su minusvalía fueron impedimento para que, María del Carmen Spezzia, saliera a emitir su voto en la casilla local 17 de la sección 1163.
Acompañada por sus hijas Nancy y Roxana Solana, la octogenaria recibió, en la comodidad de su autos, las seis boletas electorales de manos de un escrutador de la casilla y un representante de partido.
En completa intimidad, María del Carmen hizo valer su derecho al voto. Posteriormente una de sus hijas depósito en las urnas correspondientes las boletas y su pulgar fue entintado por el escrutador.
La situación se dio debido a que la Escuela Liceo Británico de México, donde se ubicó la casilla, no contaba con rampa para minusválidos. Los funcionarios de casilla aseguraron que lejos de irregular, este tipo de acciones están autorizadas por el propio Instituto Nacional Electoral (INE).