El constante cambio en los que vive la sociedad actual, sobre todo en el consumo de productos, ha originado que varios oficios vayan desapareciendo, entre ellos el de zapatero.
Actualmente es común que si un par de zapatos se llega a dañar, las personas optan por comprar un par más, aun cuando los anteriores quizá tenían algún modo de repararse.
Por fortuna, algunos establecimientos han sobrevivido, como el de Don Jimmy, quien desde 1964 lleva prestando el servicio de reparación de calzado en el corazón de la ciudad de Puebla, con 55 años de experiencia.
Don Jaime Gordillo, maestro zapatero desde los 15 años de edad, comenzó este noble oficio por herencia de su padre y hoy en día el legado continúa con sus tres hijos.
A lo largo de las décadas este oficio ha tenido cambios y evoluciones, por lo que se mantiene en constante actualización con base en maquinaria y materia prima.
El uso de sus máquinas es de vital importancia para un acabado excepcional sin perder el toque artesanal tales como: el banco de acabado, para dar terminaciones pulidas y lijados; la máquina de coser giratoria, que sirve para costuras especiales en calzado y artículos de piel, mochilas, cierres y forros; la máquina hormadora, cortadoras y máquina de aparar.
Además de arreglar calzado, en este taller hacen reparaciones de balones de futbol, basquetbol y voleibol.