Luis Donaldo Colosio es una de las figuras políticas que mayor peso han tenido en el país, aunque no llegó a ser presidente de México, su asesinato en 1994 definió un antes y un después tanto para la política como a la forma en que la violencia y el régimen en el poder fueron vistos.
Fue el 23 de marzo de 1994 cuando Colosio Murrieta recibió dos disparos, uno en la cabeza y otro en el estomago y perdió la vida tras un evento público en Lomas Taurinas, Tijuana, Baja California. El evento formaba parte de su campaña presidencial y las encuestas lo posicionaban como el favorito, pero la elección que terminó por ganarla su sucesor Ernesto Zedillo.
UNA FIGURA LIBERAL FUERA DEL PRI
La llegada como candidato de Luis Donaldo Colosio supuso un cambio para el PRI, con 44 años se caracterizó por ser una figura más carismática con ideas cambiantes más apegadas hacia el liberalismo social, por lo que existían pocas dudas de que sería el sucesor de Carlos Salinas de Gortari.
Para quienes convivieron con él, señalan que Colosio no se caracterizaba por ser soberbio como otras figuras de la política, era un entusiasta de la cultura, escuchaba a las personas durante sus viajes y erar de los primeros en buscar cercanía con las mismas.
Ejemplo de esto sería el evento programado en Lomas Taurinas, al que ya no pudo asistir, pero la agenda marcaban reunirse con diversos líderes de las regiones antes de continuar con su gira.
Al ser el candidato del partido en el poder, la victoria del PRI parecía estar garantizada en las elecciones, por lo que la llegada de Colosio significaba tener a uno de los políticos mejor capacitados de la época, pero también uno que estaba alejado de las ideas de su partido, señalan los expertos.
“Los ideales de Colosio siguen siendo vigentes porque no eran ideales del PRI, eran ideales de un liberalismo social más que económico, de un liberalismo ideológico más que político, de un liberalismo intelectual no partidista”, explicó Ulises Corona, profesor de política de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), consultado por la agencia EFE.
Si bien nunca utilizó la palabra “cambio” como otros políticos lo hicieron después, sus ideas parecían terminar con la hegemonía que prevalecía en el país y que no terminó por acabarse hasta la llegada al poder de Vicente Fox a la presidencia.
1994, UN AÑO DE CAMBIOS EN MÉXICO
El contexto del fallecimiento de Luis Donaldo Colosio y su impacto como figura pública depende mucho también del año en el que ocurrió, uno de los más polarizados y uno que fue el inicio de diversas crisis.
Antes del magnicidio de Colosio, 1994 ya había comenzado con una crisis, el levantamiento del EZLN en Chiapas al declarar la guerra al gobierno de Salinas de Gortari. A la par, entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con Estados Unidos y Canadá.
La violencia ya se encontraba activa en el país y el asesinato de Colosio puso de frente a gran parte de México que parecía no vivirla al frente de ella.
Flavio Meléndez, investigador del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara, explica que la muerte del político significó “el tiro de gracia al régimen político de partido de Estado”, en relación a la hegemonía y a que no había ocurrido un caso de violencia en la política desde el asesinato de Álvaro Obregón en 1928.
En el mismo 1994 también se dio el asesinato de Francisco Ruiz Massieu, secretario general del PRI, por lo que el crimen organizado y la violencia comenzaron a ocupar espacios de los que previamente no eran tan abiertos a la opinión pública.
Finalmente, 1994 culminó con la entrada a la última devaluación histórica del peso y a una de las crisis económicas más fuertes que ha vivido México en su historia y que fue conocida como el “Efecto Tequila”.
SU ASESINATO Y LAS DUDAS QUE SE MANTIENEN
Fue el 23 de marzo de 1994 cuando al terminar un evento público en Lomas Taurinas, Tijuana, Luis Donaldo Colosio recibió dos disparos del encontrado como culpable Mario Aburto, en una conocida escena al sonar la canción “La culebra” de la Banda Machos en el fondo.
El primer impacto de la pistola manejada por el atacante fue dirigido a su cabeza y el segundo en su estómago, por lo que no se pudo hacer mucho para salvar su vida.
Carlos Salinas de Gortari designó la Fiscalía Especial para el Caso Colosio después de los comentarios en su contra que lo colocaban como uno de los posibles culpables. Cuatro fiscales en total formaron parte del caso hasta que fue cerrado de alguna forma en el 2000 al clasificarse todos los documentos como reservados y se dispuso serán abiertos al público hasta 2035.
Miguel Montes fue el primer fiscal del caso, quien estableció la hipótesis de que Aburto había tenido cómplices, solo para cambiar su idea y señalar que fue un asesino solitario.
Después de cinco meses en el cargo renunció Montes para dar paso a Olga Islas de González Mariscal, quien logró la sentencia de Mario Aburto por 42 años y que actualmente cumple. Al igual que su antecesor, solo duró cinco meses en el cargo para la llegada de Mario Chapa.
Con el fiscal Chapa Bezanilla el caso tuvo más complicaciones que avances al darse el encarcelamiento sin fundamentos de Othón Cortés, supuesto cómplice de Aburto, pero que había sido detenido tras escuchar a testigos que fueron inducidos a mentir.
Luis Raúl González Pérez fue el último fiscal a cargo y mantuvo la hipótesis de que Aburto había actuado de manera solitaria para después clasificar las 68 mil hojas de la investigación.
Para 2019, la organización Mexicanos contra la Corrupción logró la desclasificación del expediente y colocó en línea las ideas más importantes de los documentos como fotografías y videos relevantes. En ellos se mantiene las dudas sobre la posible culpabilidad de Aburto.
LA CARRERA DE COLOSIO ANTES DE LA CAMPAÑA PRESIDENCIAL
Luis Donaldo Colosio nació el 10 de febrero de 1950 en Sonora y realizó estudios en la carrera de Economía en el Tecnológico de Monterrey (ITESM), además de contar con una maestría en Desarrollo Rural y Economía en una universidad de Pensilvania, Estados Unidos.
Con 18 años comenzó su carrera dentro de la política al enlistarse en las filas del PRI, mientras que, de manera profesional se encargó de dar clases en diversas universidades como la UNAM, Anáhuac y en el Colegio de México.
Su avance dentro de las filas del PRI lo llevaron a ser nombrado como presidente del partido en 1988. Como solía ocurrir en aquellos años con la hegemonía del partido, fue llevado al gobierno encabezado por Carlos Salinas de Gortari, en donde ocupó el cargo de Secretario de Desarrollo Social.
Fue el 28 de noviembre de 1993 cuando Luis Donaldo Colosio fue declarado como candidato a la presidencia de la República, algo que fue apoyado por gran parte de la población.