La reactivación de la migración desde México y Centroamérica hacia Estados Unidos, luego de más de un año de pandemia por Covid-19, ha provocado que los traficantes de personas, conocidos como polleros, sigan llenando sus bolsillos con jugosas ganancias.
De acuerdo con estimaciones de la Patrulla Fronteriza, sólo en julio, cuando se alcanzó la cifra récord de 212 mil 672 migrantes detenidos en la frontera con México, los polleros ganaron alrededor de 350 millones de dólares.
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Según los reportes, unos 43 mil 626 mexicanos y 111 mil 624 extranjeros, en su mayoría centroamericanos, fueron detenidos por primera vez y declararon haber contratado a un pollero para cruzar. El resto son reingresos.
La mayoría de los connacionales refirió durante su detención haber pagado mínimo cuatro mil dólares al traficante, mientras que el pago por cada migrante de otra nacionalidad fue de ocho mil dólares, lo que da un total de 267 millones 484 mil dólares, tomando en cuenta el costo más bajo para los mexicanos.
La zona de la frontera más rentable para los polleros, según un reporte de la Patrulla Fronteriza consultado por El Sol de México, es la que comprende entre Ciudad Juárez, Chihuahua, y El Paso, Texas. En esa región, fueron detenidos 51 por ciento de los migrantes que refirieron haber pagado a un pollero.
Las autoridades estadounidenses advierten que los indocumentados son altamente vulnerables de ser víctimas de algún delito y aseguran que en cuanto son retornados a México, “bandas” de polleros los abordan y con engaños los enganchan y victimizan. En ocasiones –afirman en su reporte- las personas migrantes son “vendidas” a la delincuencia organizada por los propios polleros, quienes ahora usan trajes camuflados para cruzar a los indocumentados, a quienes obligan a llevar mochilas con drogas.
Una vez capturados por grupos delictivos en México, muchas veces los migrantes son secuestrados y amenazados. Cada vez es más común que los traficantes contacten a sus familiares, sobre todo los que radican en Estados Unidos para exigirles dinero a cambio de su libertad. De acuerdo con la Patrulla Fronteriza les piden entre siete mil y 15 mil dólares. La industria del tráfico de personas puede ser hasta 20 veces mayor a lo generado en julio, dice el reporte.
“La capacidad policial en ambos lados de la frontera para atacar a los traficantes de personas está superada”, advierte.