WASHINGTON, DC. Bajo presión, Donald Trump tuvo que expresar ayer su "respeto" por el fallecido John McCain, ícono de la política estadounidense, y ordenó colocar a media asta la bandera nacional en todos los edificios del país.
"A pesar de nuestras diferencias en política, respeto el servicio brindado por el senador John McCain a nuestro país", dijo en un comunicado Señaló igualmente que el vicepresidente Mike Pence hablará en una ceremonia que se realizará el viernes en el Capitolio y que el secretario de Defensa, Jim Mattis, el jefe de Gabinete, John Kelly, y el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, lo representarán en un servicio en memoria de McCain.
Hasta ayer el presidente se había negado a saludar la memoria de McCain, fallecido el sábado a los 81 años tras una batalla contra un cáncer cerebral.
Trump se había limitado a expresar, en un lacónico tuit, su "más profunda compasión y respeto" para la familia de Mc- Cain, pero contrariamente a Mike Pence, la primera dama Melania y otros funcionarios de alto rango, no había ofrecido palabras de agradecimiento o halago, ni hecho referencia a la trayectoria del político.
Ante esto, propios y extraños criticaron su incapacidad para unir a una nación dividida, incluso en un momento de duelo. Incluso veteranos de guerra, que Trump ha usado para encender el patriotismo, criticaron la actitud del presidente.
Un portavoz del exsenador confirmó la ausencia ya prevista del presidente en los funerales de Estado. McCain pidió que el Trump no estuviera.
Según medios, Trump había rechazadola publicación de un comunicado de la Casa Blanca en el que se rendía homenaje al senador y se calificaba al exprisionero durante la Guerra de Vietnam de "héroe".