Jonathan Bloomer, presidente de Morgan Stanley International, así como su esposa, murieron tras el hundimiento del yate del empresario Mike Lynch en Italia el pasado 19 de agosto.
"Eran personas increíbles y una fuente de inspiración para muchos, pero por encima de todo se centraban en su familia y la amaban", declaró su familia en un comunicado el jueves.
"Juntos durante cinco décadas, nuestro único consuelo es que siguen juntos hoy", dijeron.
Los testigos iniciales informaron de que el altísimo mástil de 75 metros del yate se había roto, pero nueva información indicó el miércoles que puede no haber sido así.
La velocidad a la que se hundió el barco y el hecho de que las demás embarcaciones a su alrededor no se vieran afectadas plantean dudas, en particular sobre si la quilla lastrada, que actúa como contrapeso del imponente mástil, estaba bajada o subida en el momento de la tormenta.
El patrón de The Italian Sea Group, propietario del astillero Perini Navi que construyó el "Bayesian", apuntó a un error humano.
"Todo lo ocurrido apunta a una larga serie de errores. Los pasajeros no debían estar en los camarotes, el barco no debía estar fondeado", declaró el jueves Giovanni Costantino en una entrevista al diario italiano Corriere della Sera.
"Un barco de Perini resistió al huracán Katrina, un huracán de categoría 5" que devastó Estados Unidos en 2005, subrayó. "¿Le parece que no puede resistir un tornado de aquí?".
"Es costumbre que cuando el barco está fondeado haya un guardia en cubierta, y si estaba allí, no podía no haber visto venir la tormenta", subrayó el armador.
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"En cambio, (este yate) hizo agua mientras los invitados seguían en sus camarotes. Basta con un ángulo de 40 grados para que las personas en un camarote se encuentren con la puerta encima: ¿se imagina a un hombre de 60 o 70 años escalando para salir?", lanzó.
"Cayeron en una trampa, estas pobre gente acabó como ratones", afirmó Costantino.