El próximo mes de diciembre se cumplen tres años desde que la Covid-19 apareció en el mundo y se pensaba que todos los rincones del mundo habían sido tocados por este virus hasta que esta semana Micronesia confirmó que había superado los mil casos, por lo que se encontraban en alerta debido a lo que sería el primer brote de esta enfermedad.
Pero el hecho de que esta nación de más de 100 mil habitantes hubiera evitado por dos años los contagios de coronavirus fue posible no por causa de magia, sino porque esta nación insular del Pacífico se encuentra prácticamente aislada geográficamente, además de que desde el comienzo de la enfermedad en el mundo implementaron severos controles fronterizos.
¿Cómo ha afectado la Covid-19 a Micronesia?
Fue en tan sólo una semana que los casos superaron la barrera de los mil enfermos, por lo que las autoridades sanitarias determinaron que los casos aumentaron de manera rápida al reportar tan sólo el lunes 140 nuevos casos, incluidos algunos que fueron detectados en la frontera antes de que se diera el brote de mayor magnitud.
Dentro de este primer brote ya se tiene registro de ocho personas hospitalizadas, además del fallecimiento de una persona de la tercera edad, el brote incluye algunos legisladores y funcionarios de alto rango, entre los que se encuentra el vicepresidente Yosiwo George, quien tuvo que ser hospitalizado pero se encuentra mejorando.
De acuerdo con las autoridades, se piensa que el virus pudo haber circulado entre la gente antes de que se tuviera la confirmación del primer caso, esto debido a que no se hacían pruebas diagnósticas rutinarias.
¿Qué medidas tomará Micronesia contra la Covid-19?
Ante el incremento de casos de Covid-19 tanto las autoridades como la propia ciudadanía han adoptado medidas e incluso las han difundido a través de las redes sociales en busca de contener al virus para lograr su erradicación, pues afirman que cuando se informó del brote se desató el pánico y preocupación entre la ciudadanía.
En lo que respecta a la actividad económica, los comercios permanecen abiertos, algunos sólo con servicio para llevar, mientras que otros continuaron con el servicio en mesa aunque la mayoría de los establecimientos registraron poca actividad.
Por su parte las autoridades ordenaron el uso de mascarillas en público, independientemente de si se trata de lugares cerrados o al aire libre, además de imponer multas de hasta mil dólares a quien no cumpla con las medidas sanitarias, aunque uno de los beneficios del brote es que se incrementó el número de personas en centros de vacunación.
Esta respuesta no sorprende, pues el año pasado este país fue una de las pocas naciones que impuso un mandato que exigía a todos los ciudadanos elegibles a vacunarse contra el SARS-CoV-2, pues incluso amenazó con retener los fondos federales de los individuos o propietarios de negocios que no siguieran las medidas impuestas.
Finalmente, pese a todo ello las autoridades reafirmaron que la actividad económica continuará como de costumbre, incluidas las personas que trabajan desde oficinas, además de que esperan que la crisis sanitaria termine en poco tiempo para el retorno a la normalidad.