China se ha caracterizado por ser uno de los países más desarrollados en materia industrial, sus fábricas se encargan de exportar diferentes artículos a varias partes del mundo. Esto ha generado que su economía sea una de las más fuertes. A pesar de que esta nación ha sido pionera en innovación, en su interior hay una pequeña aldea que no se ha adaptado a las nuevas opciones de trabajo.
En la comunidad de Songpo en Yunnan, está asentada una población que realiza sus labores diarias sin ocupar máquinas que agilicen las actividades, ellos siembran, cultivan, bordan y hacen artesanías a mano. Esta región es una zona montañosa que está ubicada en la frontera de Myanmar y el Tíbet.
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Se tiene registro que en este lugar existen las minorías étnicas Lisu, Mosuo, Naxi, Yi y Bai; ellos llegaron aquí hace muchos años con el objetivo de encontrar un espacio para vivir tranquilos, su permanencia ha sido tal, que aún conservan sus tradiciones. Ellos elaboraron sus viviendas sin la necesidad de aparatos de construcción.
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El medio National Geographic realizó una investigación sobre este pueblo, lograron recolectar varios testimonios como el del granjero Shen Jisheng, quien mencionó que por la forma del terreno es muy complicado que la agricultura industrial se convierta en una opción viable. Él contó que se dedica a plantar maíz y papas en una colina rodeada de pinos.
Detalló que todo en su aldea es orgánico, creado por ellos mismos, tal es el caso del fertilizante que ocupan para mantener lejos a las plagas, lo hicieron con desechos de cerdo, o las herramientas que usan para el campo como el desgranador de maíz creado de madera tallada o las cestas para transportar sus cosechas.
La esposa de Shen, Wang Liusui, aseguró que toda su comida la prepara en una estufa de leña, un artículo también fabricado por ellos; sus alimentos son resultado de lo que encuentra en el bosque, como los helechos fritos.
LA INNOVACIÓN AFECTA SU RITMO DE VIDA
Sus habitantes comentan que en fechas recientes ha sido complicado para ellos seguir con este modo de vida, ya que algunos recursos nuevos han podido traspasar los cerros, en consecuencia, algunas de sus fuentes de ingresos se han visto afectadas.
Un adulto mayor de nombre Luo Shi Ming, contó que hace una década consiguió diez mulas para trasladar mercancía que venían de los pueblos aledaños, esto porque ningún vehículo podía pasar por el camino de terracería que conectaba a su comunidad.
Lo contrataron para transportar bultos de cemento y demás materiales de construcción, confesó que esta nueva labor le trajo muchas ganancias, pero lo que llevó a su aldea lo utilizaron para construir la carretera, y cuando la terminaron ya no consiguió más trabajo porque nadie necesitaba de sus servicios, por eso ya solo tiene dos mulas.