En el sitio arqueológico de Pompeya encontraron una panadería que habría sido operada por esclavos, al igual que por animales que vivieron y trabajaron en condiciones difíciles. Los expertos mencionaron que este lugar expone la forma en la que se organizaba la sociedad de esa época.
El descubrimiento fue realizado por un grupo de arqueólogos que de forma constante realizan trabajos de investigación dentro de esta antigua ciudad, que pudo mantenerse gracias a los efectos que dejó la erupción volcánica del Vesubio, en donde la ceniza mató a una gran cantidad de personas hace 2 mil años.
El hallazgo fue compartido a través de un comunicado oficial que difundieron los representantes de este recinto ubicado cerca de Nápoles, en el sur de Italia. Este hecho captó la atención de distintos medios internacionales, pues decidieron acudir a este lugar para tomar diferentes fotografías de lo que se registró.
¿Cómo es la panadería?
El Parque Arqueológico de Pompeya informó que esta panadería está conformada por una estancia de reducías dimensiones que estaba equipada por unos barrotes de hierro que permitían la entrada de la luz.
Del mismo modo, se descubrió que originalmente este lugar estaba dividido en dos secciones, una sería la zona residencial, que estaba hecha con distintos acabados; mientras que en la otra se encontraba el área de producción, la cual tenía esqueletos.
Los arqueólogos comentaron que la parte donde producían el pan no tenía puertas al exterior y que la única forma de salir era a través de un espacio que se conectaba con el atrio principal de una casa.
“Es un espacio donde hay que imaginar que había personas con estatuto de servidumbre cuyo propietario sentía la necesidad de restringir su libertad de movimiento”, señaló el director del yacimiento de Pompeya, Gabriel Zuchtriegel.
La explotación de los animales
Además de la situación de esclavitud en la que se encontraban quienes operaban esta panadería, igual se descubrieron unas marcas en el suelo que fueron colocadas para coordinar el movimiento de los animales.
Pues es probable que pusieran a burros con los ojos vendados a caminar por varias horas para que activaran la maquinaría que ocupaban para moler granos. El establo en el que vivían tampoco tenía acceso al exterior.
“Esto es lo más perturbador de la esclavitud antigua, desprovista de relaciones de confianza y de promesas de emancipación, donde todo queda reducido a una violencia brutal, una impresión que se confirma por los barrotes en las ventanas”, sostuvo Zuchtriegel.