Herry Wirawan es un profesor que recibió la condena de muerte al ser encontrado culpable de violar al menos a 13 estudiantes y embarazar a algunas de ellas en Indonesia.

El caso que causó gran conmoción en el país asiático tomó mayor resonancia cuando los fiscales encargados apelaron para que su condena inicial por cadena perpetua se cambiara por la pena de muerte, además de que tendrá que pagar una compensación de 300 millones de rupias.

¿CÓMO OCURRIÓ EL CASO?

Herry Wirawan, de 36 años, es un profesor de Corán en un internado islámico del que es dueño en el distrito de Cibiru, ubicado en la ciudad de Bandung. Además, era gerente de la Fundación Manarul Huda Antapani.

Sus crímenes habrían comenzado en 2016 cuando se aprovechó de su posición para violar a decenas de alumnas, algunas de ellas quedaron embarazadas. Por su parte, seguía con su vida normal al tener una esposa y tres hijos.

La forma en que lograba abusar de sus víctimas fue por medio de chantajes al utilizar símbolos religiosos al ser el líder del internado y al afirmar a sus víctimas que debían de obedecerlo. De igual forma, utilizaba la manipulación y promesas falsas al prometer a las jóvenes que les daría empleos o que se haría cargo de los hijos que tuvieran con él.

Son 10 lugares diferentes los que habría ocupado para cometer sus crímenes, que van desde la oficina de la fundación, la sala del internado, así como un apartamento y habitaciones de hotel que habría pagado con el dinero que recibía del gobierno por sus servicios.

“Esa es la razón de nuestro lastre, el imputado usó símbolos religiosos y educativos para manipular y usar la herramienta de justificación para que el imputado se diera cuenta de sus malas intenciones”, explicó Asep N. Mulyana, jefe de la Oficina del Fiscal Superior de la región de Java Occidental.

La esposa de Herry habría tenido en algún momento conocimiento de los delitos al atraparlo con una estudiante, pero decidió no denunciar ya que ella también era víctima de los engaños y de la manipulación del Wirawan.

No fue hasta mayo de 2021 que las consecuencias para Herry comenzaron cuando los familiares de una de las víctimas decidieron denunciarlo por lo que fue arrestado. La policía no terminó por hacer público el caso hasta finales de ese año cuando comenzaron los procedimientos judiciales y para evitar mayores daños psicológicos como sociales a las víctimas.

SU SENTENCIA Y CONSECUENCIAS EN INDONESIA

Tras realizarse las investigaciones de las autoridades se confirmó que Herry Wirawan violó a al menos 13 estudiantes en un periodo de cinco años y nueve bebés nacieron de esas relaciones. Las estudiantes tendrían edades entre los 11 y 14 años.

Se estima que puedan existir muchas más víctimas, pero la mayoría de las que decidieron alzar la voz lo hicieron con miedo y con dudas sobre lo que podría pasar con ellas.

En primera instancia, el Tribunal de Distrito de la ciudad de Bandung dictó la sentencia de cadena perpetua y ordenó al Ministerio de Protección Infantil de Indonesia para que pagara 23,000 dólares en compensación solicitada por las víctimas y entre 600 y 6,000 dólares para el tratamiento psicológico de cada una de las víctimas.

Pero, los fiscales interpusieron una apelación para que el castigo contra Wirawan fuera mucho mayor, algo que concedió el Tribunal superior. De esta forma, el pasado 4 de abril se confirmó la pena de muerte para el depredador sexual y se ordenó que se confiscaran todos sus bienes, lo que incluye la fundación a su propiedad, para que todo se subaste y el dinero conseguido pase tanto a las víctimas como sus hijos al establecerse su compensación en 300 millones de rupias.

“Si miras la carga psicológica de la víctima, la carga de los antecedentes familiares se transmite de generación en generación. Mientras tanto, Herry, el perpetrador, todavía puede respirar, incluso en detención, todavía está siendo administrado por el estado y todavía está siendo alimentado por el estado”, señaló una de las abogadas de las víctimas al solicitar la pena de muerte.

Solo el tribunal superior descartó la solicitud de castración química bajo el fundamento de que alguien ya condenado a muerte no puede estar sujeto a tales castigos.

El caso también provocó una fuerte cantidad de reacciones como protestas en Indonesia en busca de un castigo ejemplar. Joko Widodo, presidente del país asiático, señaló su preocupación por los casos de abuso sexual que podrían existir en los internados islámicos, por lo que promovió la creación de una ley sobre violencia sexual.

Herry Wirawan se declaró culpable desde el primer juicio en su contra y pidió disculpas tanto a las víctimas como a sus familias. De momento permanece bajo custodia y no se tiene una fecha para el cumplimiento de su castigo.